'American Horror Story: Asylum': de religión, experimentos y tabúes

Ayer arrancó en Estados Unidos 'American Horror Story: Asylum', segunda parte de la antología de terror creada por Ryan Murphy y Brad Falchuk. Como ya nos habían anunciado, en esta ocasión la trama se sitúa en la costa Este de Estados Unidos, concretamente en una institución mental, que previamente había servido como "hospital" de tuberculosos, ubicada en Briarcliff, una pequeña población del estado de Nueva York. Pero el cambio de ubicación y de tramas no son las únicas diferencias con la primera temporada de 'American Horror Story', también ha cambiado el modo de usar los saltos temporales: mientras en la anterior etapa la época actual tenía mayor peso y los tiempos pasados eran complementarios, aquí sucede todo lo contrario: los años 60 ocupan la mayor parte de la historia, mientras que la actualidad sirve como acompañamiento, si apuramos, para poner la locomotora en marcha.

A partir de aquí encontrarás spoilers del primer capítulo de 'American Horror Story: Asylum', te recomiendo que sigas leyendo si ya has visto el capítulo o si eres tan impaciente que ya no puedes esperar más.

Como iba diciendo, la pareja de recién casados de la actualidad, formada por Teresa (Jenna Dewan-Tatum) y Leo (Adam Levine), sirven como introducción de la historia. Gracias a las nuevas tecnologías de los teléfonos móviles nos cuentan curiosidades sobre el centro, como por ejemplo que la edificación fue construida en 1908 o que en ella murieron más de 46.000 personas (menos mal que aquí los muertos no se aparecen, si no sería imposible dar un paso sin encontrarse a nadie). En 1962 fue adquirido por la Iglesia Católica, quien transformó el lugar en una institución mental para peligrosos criminales, el más mediático de todos: Bloody Face.

Pero no sólo dan datos, sino que con su recorrido (con sus juegos sexuales incluidos) nos enseñan lugares que después del salto temporal van a cobrar gran importancia, como la sala de la "camilla del pánico" o la inquietante puerta que esconde algo, o mejor dicho, a alguien, en su interior. Sea lo que sea, la criatura de su interior consigue amputar el brazo derecho de Leo, quien cae desvanecido. En un intento desesperado, Teresa corre por los túneles que dan al bosque sin saber que se está metiendo en la boca del lobo, zona en la que años atrás fueron soltados sujetos de experimentos, en el camino de salida le aguarda una criatura empuñando un arma blanca, hecho que sirve como final de capítulo.

Entre medio de esta historia, el grueso del asunto, 1964. Kit Walker (Evan Peters) vuelve a casa tras un largo día de trabajo en la gasolinera. Allí conocemos a su esposa (sí, a mí también se me hace raro ver a un "adolescente" convertido en "marido" de un año para otro) Alma (Britne Oldford), cuyo matrimonio lleva en secreto por ser negra, ni siquiera llevan las alianzas de casados fuera de casa para no levantar sospechas (recordemos que estamos en los años 60, años convulsos en los que comenzaron a aflorar los primeros movimientos por los derechos civiles). Terrorífica la frase que le lanza otro joven de la zona mientras muerde un trozo de chocolate negro: "He oído que tienes una criada". Como buen matrimonio de la época, él trabaja fuera de casa, mientras que ella se ocupa de las tareas del hogar, así, mientras ella está haciendo la cena, desde su cuarto Kit presencia unas misteriosas luces blancas, seguidas de una potente fuerza electromagnética, Alma ha desaparecido, mientras que él ha sufrido una experiencia de lo más paranormal: desnudo en una sala blanca y tocado por una misteriosa mano verde, vamos, lo que viene siendo una abducción extraterrestre.

Pero el chaval rápidamente es acusado de varias muertes y apodado como Bloody Face. Curioso que este año se presente como el malo de la película sin , a priori, serlo, mientras que el año pasado el dulce chico escondía al mismísimo diablo en su interior; sin ir más lejos, la hermana Jude, el personaje de Jessica Lange, le dice a su llegada: "Todos los monstruos son humanos. Tú eres un monstruo", una claro guiño al año pasado, y muy acertado, me alegro de volver a ver reunidos a dos de los actores que mejor lo hicieron en la primera tanda y descubrir que siguen soberbios. Tras una pelea con Spivey (interpretado por el zaragozano Mark Consuelos), Kit es aislado y sometido a macabros experimentos, aunque tendremos que esperar hasta el segundo episodio para saber qué ha sido de él.

También tenemos a la periodista Lana Banana Winters (Sarah Paulson), quien llega al centro mental para desentrañar los extraños sucesos. Con el falso pretexto de que está realizando un artículo sobre la panadería en la que trabajan los internos, consigue cruzar la impenetrable barrera. Pero llega demasiado lejos, tras una infructuosa reunión con la hermana Jude, decide no arrojar la toalla y sigue investigando por los alrededores de la zona. Un fortuito encuentro en el bosque con la débil y llorona hermana Mary Eunice (Lily Rabe), hace el resto. Gracias a los túneles consigue infiltrarse, pero acaba viendo demasiado. De nuevo la criatura de la dichosa puerta. Es por ello que la novicia decide no dejarla escapar del centro y recluirla como una paciente más, usando la relación homosexual (de nuevo otro tabú de los años 60) de la periodista y de su novia Wendy (Clea Duvall), por lo que obliga a esta última a firmar la reclusión de su pareja si no quiere que se haga pública su relación y perder así su trabajo como maestra.

A cargo de los excéntricos experimentos realizados a los pacientes sin familia se encuentra el doctor Arden (James Cromwell), quien trabaja por su cuenta, sin seguir las órdenes de Jude y sirve como contrapunto en el controvertido duelo ciencia/fe del que tantas veces ya hemos sido testigos en literatura, cine y televisión, aunque en esta ocasión me temo que ninguno se andará con chiquitas y a la mínima oportunidad cualquiera de los dos no dudará en clavarle un puñal por la espalda al otro. Eunice, que vive continuamente con miedo de ser castigada por Jude, sí que está al corriente de todo y es la encargada de alimentar a las criaturas soltadas en el bosque. ¿Será éste el próximo destino de Kit?

Pero la monja Jude no es tan beata como quiere aparentar, bajo sus hábitos esconde un gran zorrón que confío en que dé mucho juego. Y cuando digo "bajo sus hábitos" no hablo sólo de forma metafórica, sino también literal. Y que decir de LA ESCENA del capítulo que nos ha dado: ver a una monja cocinando con el velo puesto y en lencería fina mientras se rocía perfume no tiene precio. Y es que ha pesar de su edad, no duda en llevar un picardías rojo bajo sus vestimentas cuando queda con monseñor Timothy Howard (Joseph Fiennes), con quien tiene fantasías (sin moños y con pelos sueltos) que todavía no sabemos si llegarán a culminar, de momento trata de conquistarlo por la barriga. Precisamente este cura, con una visión más moderada y no tan arcaica, también participa como "mediador" de ambas partes en el debate de fe y ciencia que vive la institución, cree que estamos ante tiempos de cambio.

Shelley (Chloe Sevigny), la ninfómana que lo mismo cree que Kit es suyo, como mantiene relaciones con trabajadores del centro, y la enigmática de Grace (Lizzie Brocheré), quien asegura no estar loca y parece querer ayudar a Kip sin ningún motivo, completan el reparto. Al que todavía no hemos visto es a Zachary Quinto, a pesar de ser quien primero aparece en los créditos de título.

¿Veremos en cada capítulo la entrada de un paciente en la institución mental con los saltos de años correspondientes al igual que en la primera temporada fuimos testigos episodio a episodio de una trágica muerte dentro de la casa? ¿Qué ha sido de Alma? ¿Qué futuro le depara a Lana? ¿Por qué está Grace en el psiquiátrico? ¿Qué le ocurrió a Kit cuando fue abducido y qué le inyectaron en ese chip con patas ubicado en el cuello? ¿Qué se esconde tras la puerta? ¿Cómo terminó clausurado el centro y qué fue de todos sus pacientes? ¿Y cómo han sobrevivido allí las criaturas durante todo este tiempo? Espero que éstas y otras preguntas queden resueltas a lo largo que avanza la segunda temporada de 'American Horror Story'.