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La amarga vida de Anita Ekberg

Miércoles 28 de Septiembre de 2011 22:45
 

La amarga vida de Anita Ekberg

La actriz sueca, símbolo sexual en 'La dolce vita', cumple 80 años en una clínica de monjas, en silla de ruedas y prácticamente sola

La fontana de Trevi sigue igual y en el mismo sitio, pero Anita Ekberg, la musa de 'La dolce vita', icono sexual del cine, ha acabado en una clínica de monjas de Nemi, cerca de Roma. Allí cumple hoy 80 años, en una silla de ruedas tras romperse las dos piernas y sin apenas visitas. Ha recibido una de un cronista del 'Corriere della Sera', que la ha encontrado, pese a que se esconde desde hace años de la prensa y de la vida pública, y que usó con éxito el viejo truco del ramo de flores. Anita aceptó el regalo con agrado y también responder unas preguntas, por los viejos tiempos. Es la primera vez que da algo parecido a una entrevista en muchos años y entre eso y el recuerdo del mito, ayer era la portada del diario. Parecía bastante lúcida: «¿Quiere saber si me siento un poco sola? Sí, un poco sí. Pero no me arrepiento de nada. He amado, he llorado, he vencido y he perdido. No tengo marido ni hijos». Luego se dejó llevar en una breve concesión a la nostalgia.

La amarga vida de Anita Ekberg

Lo curioso es que no tiene una buena opinión de 'La dolce vita', la película que la lanzó a la fama en 1960 y que será la imagen que quede de ella en la historia del cine. Hasta entonces era una miss Suecia despampanante que había probado suerte en Hollywood con desiguales resultados, como un insólito filme con Abott y Costello. Hasta que la llamó Fellini, aunque ella nunca se ha explicado por qué, y esta vez lo volvía a repetir. «'La dolce vita' no era una gran película. Existe por aquella escena increíble, estábamos yo y Marcello. Más yo, la verdad. Estaba bellísima, lo sé», confesó, recordando la noche de rodaje en la fontana de Trevi. Añadió mirando sus piernas rotas: «Y pensar que a Fellini le gustaba tanto cómo caminaba...». En aquella secuencia, ha asegurado, ella no se resbaló ni una vez, pero Mastroianni se cayó tres veces al agua, se ventiló una botella de whisky para combatir el frío y al final se puso unas botas de pescador bajo los pantalones.

La amarga vida de Anita Ekberg

Anita Ekberg, en la famosa escena de 'La dolce vita'

Federico Fellini ya ha contado en alguna ocasión por qué la contrató, no es ningún misterio: «La vi en una revista y pensé: '¡Dios mío, no hagas que me la encuentre nunca!'. Daba esa sensación de maravilla que se siente ante criaturas excepcionales como la jirafa, el elefante o el baobab. Cuando la vi años después estaba rodeada de tres o cuatro hombrecillos que desaparecían como sombras en la estela de una fuente luminosa. Sostengo que la Ekberg, sobre todo, es fosforescente».

La diva fulgurante ahora sueña con cosas como un 'capuccino' caliente, porque nadie le empuja la silla de ruedas para bajar hasta el bar más cercano, en la plaza. Aún sacó tiempo para hablar de algunas leyendas sobre ella. Para confirmar, por ejemplo, su «secreto bellísimo» con Gianni Agnelli o desmentir su historia con el director de cine Dino Risi, aunque él siempre dijo que era verdad. Lamenta que los días se le hacen eternos, la televisión le aburre y también está harta «del guarro de vuestro primer ministro». «También en mis tiempos había enchufes, pero no era obligatorio pasar por la cama de alguien para poder trabajar», apunta. La idea de 'dolce vita' también ha degenerado mucho en Italia.

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Anita Ekberg en una foto tomada el pasado año.

Vídeos de la actriz Anita Ekberg:

Fuente:ElCorreo.com

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