"Todo el mundo es bueno" Causas del fracaso.

Ya es oficial, Telecinco ha cancelado Todo el mundo es bueno, el "caza talentos" capitaneado por Pilar Rubio y Jose Corbacho.

En su última entrega, "Todo el mundo es bueno" compitió por la audiencia con el estreno de la serie "Pulseras Rojas" (Antena 3), que fue seguida por una media de más de tres millones de espectadores y obtuvo un 19,3 % de cuota de pantalla, frente al 7,8 % del concurso presentado por Pilar Rubio y Corbacho dato que ha colmado el vaso y Telecinco ha dicho hasta aquí hemos llegado. Un suspenso rotundo frente al buen estreno de Pulseras Rojas en Antena 3. Este dato sentenciaba el final inminente del programa en prime time. Así ha sido. Eso sí, aún la cadena tendrá que aprovechar los seis programas que quedan por emitir y recolocar los sobrantes en alguna franja horaria por aquello de rellenar horas bajas veraniegas.

Las debilidades de Todo el mundo es bueno han estado claras desde el primer día. Y la culpa no es de Pilar Rubio, aunque muchos digan lo contrario. Porque, aunque se podía haber impulsado alguna trama entre presentadores y concursantes para enganchar más al espectador y potenciar el espectáculo, el gran problema del programa estaba en su cásting que ni impresionaba, ni emocionaba. Los participantes parecían desechos de Tú sí que vales. Es más, los elegidos rozaban, en demasiadas ocasiones, la vergüenza ajena y la horterada pretérita. Otra de las causas del fracaso es la escasa química entre los presentadores, y al final la clara bicefalia del programa termina pasando factura en términos de ritmo, hasta el punto de que los cortes y la edición del programa son claros y evidentes, y el aburrimiento del televidente es más que palpable.

En este tipo de talent show está bien que, de vez en cuando, tengan su hueco las demostraciones artísticas más chabacanas o facilonas, pero un espectáculo así jamás puede sobrevivir sin una troupe mayoritaria de personajes con ingenio real. Y aquí sólo vimos frikis dispuestos a todo con tal de salir en la tele, mientras, en cambio, brillaron por su ausencia talentos especiales, de esos que dejan KO al jurado más insaciable de nuestra televisión, un jurado que está de vuelta de casi todo: la audiencia.