Allan Cubitt ha conseguido crear una ficción sexual y excitante, una ficción que realmente gira en torno al placer por el placer pero de una forma sutil, elegante y nada explícita, logrando que la complicada trama de los asesinatos se entienda de una forma diferente, pasando incluso a un segundo plano. Lo realmente importante es descubrir, entender y simpatizar con Paul Spector y Stella Gibson, los personajes que interpretan brillantemente Jamie Dornan y Gillian Anderson.
A Jamie Dornan solo le había visto antes en 'Érase una vez', y por supuesto, he oído hablar de su papel en '50 sombras de Grey', pero la película no me ha llamado lo suficiente como para verla. El actor británico consigue que no llegues a odiar a Paul Spector, psicólogo, padre de familia y psicópata sexual al que interpreta. Su complicada niñez, el descomunal amor que siente por su hija, su aclamada profesión y su actitud ante los problemas cotidianos de la vida, hace que consigas verle más allá de sus macabros asesinatos. Esos momentos previos y posteriores a las muertes deberían ser considerados de culto, ya que están envueltos de un aura que te impiden parpadear por miedo a perderte el mínimo detalle. Perece que el personaje se creó a su medida.
Por otro lado tenemos a Gillian Anderson, la recordada Dana Scully en 'Expediente X', serie con la que se dio a conocer mundialmente, siendo 'Hannibal' la ficción con la que la estadounidense me conquistó. Su personaje en 'The fall', la metódica, autoritaria y atractiva inspectora Stella Gibson, tiene una profundidad tan inesperada que hace querer saber siempre más sobre ella, obligándonos a cuestionar constantemente sus peculiares decisiones. Su estrecho y peculiar lazo con el sexo, es a la vez similar y diferente al de Paul Spector: similar porque realmente su vida y su trabajo giran entorno al placer personal, y diferente porque ella no llega a sobrepasar el límite de la muerte. Pero sí, definitivamente se podía decir que son iguales pero juegan en bandos distintos.
El hecho de que los dos pilares de la serie no se encuentren físicamente hasta llegada la segunda temporada no hace más que subir la intensidad de la misma, siendo el primer acercamiento entre ellos, y sus posteriores e intensos momentos juntos, los más excitantes de su historia.
Mención aparte merecen los grandes personajes secundarios, como la trastornada niñera, la mujer de Paul Spector, los amantes y compañeros de trabajo de Stella Gibson o la patóloga del caso. La trama de los pacientes de Spector, la mujer maltratada y su pareja, son totalmente prescindible y hasta fuera de lugar en ocasiones, a cambio, hubiera indagado más en la vida familiar de la niñera, papel que borda Aisling Franciosi y que seguro que tenía mucho más que contar.
La ficción cerrará este 2016 con su tercera y última temporada, hecho que ha sido un foco importante de crítica al alargar innecesariamente la historia. Bien es cierto que se podría haber despedido por todo lo alto en su segunda temporada, con un final diferente claro, pero bueno, por disfrutar más de estos adictivos personajes y tener un gran acto final, se les perdona y se espera con más ansias.
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