La teoría de los desvíos televisivos

Todo negocio se rige por unas reglas, o mejor dicho, por unos números que deben sumar positivo, incrementar los ingresos y no flaquear ni un solo día. Si por un motivo cualesquiera la venta de tus productos baja, la solución es cambiar y generar nuevos productos que atraigan al consumidor.

La televisión actúa igual, y la ferocidad del mercado se incrementa dependiendo del ofertante, en este caso nadie puede negar que Telecinco es la cadena más exigente en cuanto a resultados de audiencia se refiere. Su punto fuerte, que siempre consigue, sea como sea, renovarse y hacer olvidar aquellos productos que no le fueron rentables.

A primera hora de la mañana los directivos de televisión escudriñan los números con una guillotina al lado para cortar de raíz cualquier producto que debilite su programación. Es la típica imagen que tenemos en la cabeza: un despacho, una persona mirando por la ventana y a continuación un folio sobre la mesa con los números que marcan el camino a seguir.

Aún así, en el camino de las baldosas numéricas se admiten tres desvíos. El primer desvío es el menos alejado del camino, y por consiguiente, el más transitado; es una vía conservadora, inalterable y bastante infructuosa, pues no genera nuevos objetivos, persigue seguir anclado en lo que funciona y reporta buenos datos/ingresos. La mayoría de las cadenas de televisión repiten fórmulas y formatos y no aprovechan las oportunidades que actualmente ofrecen la tecnología y los nuevos canales.

El segundo desvío no es nada creativo y sólo es seguro y sólido una vez conquistado, es casi un duplicado del primero, ya que lo toman aquellos a los que los números les han dado la espalda y sólo pueden circular a rebufo de los que están en el primer desvío. Pretenden competir con contenidos similares a los primeros esperando robar algunos espectadores, pero con la desventaja de llegar algo tarde. Es ahí cuando algunas veces nos sorprendemos viendo determinados contenidos en cadenas que nunca hubiéramos imaginado. Ya sabéis, todo por la audiencia.

El tercer desvío es el más demandado por los amantes de la televisión y también el más valiente, arriesgado y cambiante. Se desmarca totalmente del camino establecido y apuesta por nuevos formatos y contenidos, o al menos lo intenta, empezando por huir de aquellos desvíos en los que está claro que algunas cadenas no son las mejores.

La frustración llega cuando una cadena se ve obligada a circular por el segundo desvío y no logra ni por asomo dividir equitativamente la tarta de espectadores que pertenece casi por completo a su máxima competidora, ya que pese a los infinitos cambios que ha realizado y las grandes oportunidades de las que ha gozado no ha sabido aprovechar su momento. Pero llega un instante en el que se da cuenta de que algo está haciendo mal, por fin observa esa piedra con la que tropieza una y otra vez y que no le permite tomar el tercer desvío. Porque no olvidemos que el camino que marcan los despiadados números es importante hasta que los números bajan y ya poco se tiene que perder.

El panorama actual; con la famosa fragmentación televisiva, las nuevas tecnologías y el uso que los jóvenes hacen de la televisión, ofrece múltiples posibilidades de ser rentable y de dejar de estar a la sombra del líder de las cadenas comerciales.

Permitidme que deje de lado el manido tema de la telebasura, la calidad de los programas y demás contenidos rosas y me centre en el camino. Ya sabemos, con permiso de la televisión pública, que Telecinco es líder por mérito propio y sus datos lo demuestran. Sin embargo, aquí hablamos de otra cuestión, de marcar la diferencia, apartarse del camino principal y elegir el tercer desvío.

Todas las cadenas de televisión se mezclan entre unos y otros desvíos. No obstante, en los últimos párrafos (y fotografía) habréis percibido de que dos cadenas hablamos. Por eso, en la siguiente entrada hablaremos de ello con nombres y apellidos.