Wakfu: una Pequeña Joya Animada Francesa

Yo no he sido muy seguidor de las series animes, aunque en mi infancia seguí series japonesas tan recordadas por todos como Doraemón, Shin Chan, Dr. Slump o Magical DoReMi y siendo uno de los pocos que no le atraía nada Dragon Ball. Pero hace unos meses, navegando por Netflix me llamó la atención una serie francesa con un diseño bastante anime y con un tipo de animación que, a mi conocimiento, no ha sido utilizada en una serie japonesa. Esa serie se llama Wakfu.

Wakfu es una serie francesa de animación realizada por Ankama Animation, basada en el videojuego Wakfu, anteriormente conocido como Dofus, y emitida por France 3 y France 4 en Francia y por Boing y Netflix aquí en España. La serie primero fue creada en el año 2008 para emitirse en la televisión francesa y esta etapa contiene dos temporadas de 26 capítulos cada una y una minitemporada de tres capítulos de doble duración y en 2018, Netflix la rescató para producir una tercera tanda de 13 capítulos.

La serie trata sobre las aventuras de un grupo de héroes que se hacen llamar a sí mismos La Hermandad del Tofu, formada por Yugo el Selatrop, con la capacidad de abrir portales mágicos, Amalia Sheran Sharm, princesa sadida que puede invocar a tallas, Ruel Stroud, un viejo y sabio Anutrof tacaño, Sir Tristepin Perdecai, un aguerrido yopuka, y Evangelyne Cra, una valiente arquera que es guardaespaldas de Amalia.

Durante la serie, este grupo de héroes se encuentran con diferentes aventuras mientras llevan a cabo la misión principal de la serie que es encontrar los orígenes de Yugo. Pero como toda buena serie de aventuras, Wakfu no está exenta de villanos tanto episódicos, como un grupo de minotauros muy brutos, unos piratas salidillos, unas sirenas que convierten sus víctimas en monos, etc., así como principales como Nox el xelor o Quilby el selatrop. todos dispuestos a lo que sea para llegar a su objetivo. Wakfu también tiene su propio deporte, el Jalabol, una especie de fútbol americano, pero con magia y muchísimo más bruto.

Para empezar a analizar la serie, la trama nos lleva a situaciones que tienen una buena combinación entre humor y acción. Un humor que consigue sacar una carcajada ya sea por el espíritu de aventura de Yugo, la tacañería de Ruel, la fastasmería de Tristepin, la parte de princesita mimada de Amalia o la mala leche de Evangelyne, y, por supuesto, teniendo una más que buena combinación entre humor chorra para todos los públicos y humor picantillo para los más creciditos. Y en cuanto a las escenas de acción, son realmente espectaculares y no se nota nada la limitación que suelen tener algunas animaciones Flash, especialmente en los finales de temporada que estas escenas te dejan pegado al asiento desde el principio hasta el final del capítulo.

Hay que recalcar el estilo que se utiliza en la serie. Aunque Francia se inspira fuertemente en la animación japonesa para realizar sus series, éstos no se duermen en un solo tipo de animación y experimentan con más tipos de animaciones que no sea de la tradicional, así lo podemos ver en otras series animadas francesas como Código Lyoko, Monster Buster Club, Miraculous Ladybug, etc., En este caso, el tipo de animación empleada es la animación Flash llevada a cabo de manera magistral a veces variando con la animación tradicional pero sin la sensación de ver el mismo fotograma una y otra vez a 8 fps. Como he dicho anteriormente, la animación francesa se alimenta y bastante de la animación japonesa, y eso se puede ver en los fondos, en el diseño de los personajes y en sus gestos extremadamente exagerados, y eso en esta serie funciona muy bien ofreciéndonos unos geniales diseños de los personajes, variando con diseños no tan orientales y manteniendo el humor cuando alguien se enfada.

La evolución de los personajes es claramente visible según pasan las temporadas, pero eso no significa que por el camino pierdan sus cualidades. Se les meten valores, sentimientos y conocimientos, pero sin perder la esencia de cada uno de ellos. El mundo en el que se desarrolla la serie es fantástico, lleno de personajes de lo más variados y con una variada paleta de colores. Principalmente, la estética del mundo es medieval, aunque a veces insertan elementos atemporales. Y el tono de estos escenarios cambia según la situación que se vive en ese mismo momento, desde colores vivos cuando la cosa va bien o con colores apagados en situación de peligro.

Y tratándose de una serie basada en un videojuego, no podían faltar las referencias sobretodo a los videojuegos, viendo divertidas parodias a juegos tan míticos como Super MarioBross, parodia que se pudo ver en la cabecera de la primera temporada de la serie, Sonic, Pacman, Fight Fighters, God of War, etc. Así como también un divertido homenaje a la película Alien, el Octavo Pasajero.

En cuanto al doblaje al castellano de la serie, es otro de esos doblajes que me ha encantado ya sea tanto por lo conocido que ha sido el reparto de doblaje como por su interpretación a cada uno de los personajes aclarando desde el primer contacto con ellos su personalidad. El equipo de doblaje lo protagonizan Chelo Molina como Yugo, conocida por doblar a Milhouse Van Houten a partir de la T.14 de Los Simpson, a Timmy Turner en Los Padrinos Mágicos o a Pinocho en House of Mouse o los nuevos cortos de Mickey Mouse; Roberto Cuenca Martínez como Ruel, recordado por haber doblado al alcalde Adam West en Padre de Famila, al superindentende Chalmers en los Simpson o a Laurens Prins en Assassin's Creed, Black Flag; Laura Ramírez como Evangelyne, quien ha doblado en series como Rick y Morty, Como Conocí a Vuestra Madre o Arrow; Javier Balas como Tristepin, quien le hemos escuchado en Phineas y Ferb como Buford, en Modern Family como Luke Dunphy a partir de la T7 y en Uncharted 3 y 4 como el joven Nathan Drake; y Beatriz Berciano como Amalia, quien ha doblado a Tristeza en Del Revés, a Martha Jones en Doctor Who T3 y a Elastigirl en Los Increíbles. También han intervenido otras grandes voces del doblaje castellano como son Juan Perucho, Amparo Bravo, Miguel Ángel Garzón, Roberto Encinas, Mar Bordallo, Gabriel Jiménez, Miguel Ángel Varela o Juan Antonio Arroyo.

Y hay que dedicarle un minianálisis a la última temporada de la serie producida por Netflix. La tempoarada en sí evoluciona hacia una trama un poco más adulta y compleja que las vistas en temporadas anteriores, el humor sigue estando intacto en la trama sacandonos una grata sonrisa en la cara y la envolución en los personajes es de lo más interesante y razonable. La relación entre éstos evoluciona dando lugar a un nuevo romance que, por mi parte, es bien recibido. Oropo, el villano de la temporada, termina siendo un plato sorpresa de la temporada y con una historia bastante profunda de cómo ha llegado a la situación de llevar a cabo su plan y que da bastante como adversario. Pero especial mención al personaje de Elely, la hija de Tristepin, que enamora al espectador desde su primera aparición con su dulzura y con sus ganas de reventarle la cara sin preguntar a los malos que van presentándole por el camino. El doblaje castellano continúa contando a los cinco principales actores de doblaje para los papeles de los protagonistas, pero para los extras cuentan con voces no muy conocidas pero que hacen muy bien su trabajo.

En cuanto a las pegas que puede tener la serie, es que tras muchos capítulos episódicos que no traten mucho la trama principal de la temporada, puede que alguien pierda el hilo de lo que realmente están buscando los protagonistas. En la minitemporada que realizaron entre las temporadas 2 y 3, el diseño de los personajes perdía las sombras y los brillos y eso hacía perder la dimensionalidad de éstos y los personajes extras dejan de tener sus propias animaciones a formar parte del decorado quedándose estáticos. Y en su última temporada en Netflix, hay algunas tramas que, en un principio, no se les prestan tanto atención como a otras y eso hace que éstas vayan demasiado lentas y puede resultar cansino mientras transcurre la temporada. También en esta temporada se empieza a reciclar pequeños segmentos de animación cuando un personaje se transforma, suerte que estas imágenes no aparecen tanto como en otras series anime.

En definitiva, Wakfu es una serie totalmente recomendable. Tiene acción, tiene humor, tiene sentimientos y al final terminas encariñándote con los personajes. Su animación Flash está a un nivel muy superior de lo que he visto hasta ahora. Como toda serie, tiene sus altibajos, pero al final terminas realmente fascinado por todo lo que esta serie puede dar. Veremos si Netflix nos da nuevas temporadas de Wakfu y, si es así, qué nuevas y emocionantes aventuras nos traerán la hermandad del Tofu.