Ir a FORMULATV

Las 4 claves del éxito de 'los Gipsy Kings'

Viernes 21 de Abril de 2017 16:18
 

Más de 1,5 millones de espectadores y un share que duplica la media de su canal. Los Gipsy Kings han logrado afianzarse en el prime time de Cuatro, manteniendo la tendencia al alza durante sus 3 temporadas. Sus majestades gitanas han logrado trasladarnos a los orígenes del Cuatro callejero y transgresor tanto en forma como en contenido.

No hay duda de que el docu-reality tiene todos los elementos para triunfar:

1. El hilo argumental

Lejos de seguir el día a día de 5 familias gitanas, los Gipsy Kings tiene un hilo argumental propio que lleva a sus protagonistas a situaciones inverosímiles. Una vuelta alrededor del mundo, un implante capilar o una pedida de mano, incluyendo un escape deshonroso y una carroza del orgullo gay.

Los reyes gitanos las ven de todos los tipos, y nos abren las puertas de sus casas con generosidad hasta en los momentos más difíciles. Hemos visto atónitos y con cierta pena la desolación de los Montoya ante el escape de la primogénita con su novio. Y no pena por la honra de la familia, si no por la cara de nerviosismo y hartazgo de la chica. Sólo ha quedado escondida, como cada temporada, la misteriosa prueba del pañuelo, un elemento ya indiscutible de cualquier reality gitano que se precie .

2. El humor como bandera

Los Gipsy Kings es un programa de humor sin pretensiones de reflejar la realidad de ningún colectivo. La risa es la única constante que persigue e incentiva a través de un montaje rápido y muy trabajado. El programa se recrea en las frases de sus majestades. Del ya mítico "¿Cómo un profesional del pelo es calvo?" al entusiasta "Somos las reinas del brilli cueri". El tono se mantiene incluso en momentos narrativamente complejos, donde el espectador puede sufrir de una fuerte disonancia sentimental: lo que vemos quiere hacernos reír, pero también nos indigna profundamente.

Pese a esto, el programa no tarda en regresar al humor más descarado, pasando de la historia más intensa a la más sórdida en cuestión de segundos sin dar espacio a la reflexión. El humor es su bandera y la ondea a toda costa.

3. La breve pero efectiva narración

Es tan excelente como discreta. Su aportación es tan perfecta que ni si quiera nos damos cuenta de que está. Cómo un buen cámara, una buena edición de sonido o un buen montaje. Tete Delgado pone voz a las peripecias de los gipsys con brevedad y determinación, de una forma entusiasta y arrolladora. Su voz nos recibe con un espectacular "¡Ya están aquí los gipsy kings!" y nos acompaña durante el programa manteniendo el ritmo siempre en alto.

Tete pone la guinda del pastel, quitándole hierro a los asuntos más peliagudos y pensando en voz alta, como lo haríamos los espectadores. El programa ha prescindido inteligentemente del presentador de cuerpo entero, que sólo enlentecería el vertiginoso ritmo con planos innecesarios.

4. El casting

Y como no, gran parte del éxito está en el casting, con cinco familias incombustibles y auténticas. Los Montoya, con Saray a la cabeza, nos han traído los entresijos de barrio, los enredos familiares y el encanto descontrolado de las tres mil. Saray se ha convertido en una de las protagonistas de la temporada por su contundencia y pasionalidad.

Los Jiménez han sido los abanderados de la ternura y la inocencia, envueltos en problemas que ni ellos mismos esperaban. Desde el diseño de una muñeca para la Rebe hasta las clases de baile de la Susi. Naturalidad y frescura por encima de todo.

Las Salazar han puesto el brillo, el desparpajo y el buen rollo, dejando a su paso perlas que serán repetidas en múltiples programas de zapping. Las gitanas empresarias han sufrido por los implantes capilares que iban a dejar tonto al patriarca, han reeducado a su perro y han llenado el orgullo gay de cuero y brillo dorado. Esperemos que a Toby le diesen su pollo a la sidra en el hotel canino.

Los Maya han tenido una participación testimonial, acompañados de un crossover desternillante con Los Jiménez. No hubiésemos querido perdernos la profesionalidad de la Salvadora ante la parsimonia y el relajo del padre de la Susi "que cuando no come, duerme".

Y finalmente los Fernández Navarro, en mi opinión la familia más prescindible del programa. Su vuelta al mundo y el choque cultural que han vivido nos ha dejado momentos divertidos, pero son con diferencia la familia más impostada y artificial. Comprenden el lenguaje televisivo y tratan de explotarlo, perdiendo naturalidad y restando encanto al formato. Un solo plano de Noemí nos ha dado más que todos los vídeos de Mariano juntos.

Y antes de parpadear, este ojo tiene que dejar constancia la fina línea que separa el humor de la estigmatización, que ciertamente está presente en el reality. Desde aquí, todo el respeto a las asociaciones gitanas que se han pronunciado en contra de la imagen que se da de la comunidad. Creo, eso sí, que el formato no pretende en ningún caso reflejar una realidad objetiva. Más allá de eso, se auto reconoce sesgado y juega con el espectador a la exageración. Veremos por qué derroteros nos llevan en las próximas temporadas.

Comentarios

Necesitas ser usuario registrado de FormulaTV.com para comentar en este blog. Conéctate o haz clic aquí para registrarte

Sobre este blog...

22 años, actor, consultor. Vivo desde muy pequeño entre bambalinas. // Twitter: @en16_9 // E-Mail: elojoen169@gmail.com
Creado por
Categorías
Archivo