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Un tipo adorable llamado Steve Urkel

Sábado 10 de Abril de 2010 15:24
 

Era torpe, muy torpe. Empollón, plasta, irritable, cargante y todos los adjetivos se nos puedan ocurrir para definir a un tipo como Steve Urkel. Pero a pesar de sus exagerados defectos que podrían acabar con la paciencia de cualquiera, a mí personalmente me encantaba, y las risas que yo me he podido echar en su momento con este personaje tan peculiar no tienen precio. El otro día he descubierto que FDF está reponiendo esta serie a última hora de las tardes y me ha traído muy buenos recuerdos cuando lo he visto hacer de las suyas.

Steve era el típico empollón de los de toda la vida. Llevaba unas gafas enormes, y unos pantalones subidos casi hasta el sobaco (casi como Julián Muñaoz) y sujetados con unos tirantes; por no hablar de esa manera tan peculiar que tenía cuando caminaba, y el ronquido tan curioso que hacía cuando se reía, que era casi siempre. Era un gran estudiante, y destacaba por su afición a construir los cachivaches más curiosos y diversos que pudiésemos imaginar, con los que volvía locos a los sufridores de sus vecinos, los Winslow. Por que su problema es que, a pesar de esta habilidad, era un torpe redomado; torpe sí, pero con gracia, porque todo lo que estaba a menos de un metro de sus manos acaba hecho añicos. Y si era necesario lo rompía a lo grande, como aquella apoteósica ocasión en la que quiso aprender a conducir y se cargó la puerta del garaje de los Winslow. Luego, después de romper todo lo que caía en sus manos, venía su ya famosa muletilla: "¿He sido yooo?", que repetía con voz de pito y agarrándose a los tirantes de sus cortísimos pantalones largos. La respuesta que le daban era siempre la misma: "¡Vete a casa Steve!". Entre sus habilidades también cabe destacar que tocaba el acordeón y le gustaba bailar a la polka, de una forma, digamos, bastante curiosa.

Estaba perdidamente enamorado de su vecina, Laura Winslow. La primera vez que apareció en la serie fue en una cita que le había organizado Carl, el bonachón y paciente padre de la chica, y eso fue el pistoletazo de salida para que se tirara toda la vida persiguiendo a su vecina, a pesar de que esta constantemente le daba calabazas. Vamos la típica historia de cuando al chico feo y torpe le gusta la chica guapa y popular, y durante la mayor parte de la historia la chica guapa rechaza al chico feo, pero al final la chica guapa se enamora del chico feo (por increíble que parezca) y se acaban casando.

Su primera vez en pantalla fue precisamente por una cita que tuvo con Laura:

El personaje de Urkel empezó siendo secundario; de hecho en los primeros capítulos ni se le menciona, a pesar de que más adelante supimos que era el vecino plasta de toda la vida. Pero tuvo tal aceptación entre el público que acabó convirtiéndose en la estrella de la serie.

Cierto es que esta serie resultó más divertida en las primeras temporadas y fue perdiendo fuelle a medida que sus protagonistas crecían y se convertían en adultos; y además tenía unos guiones bastante simplones, que acabaron resultando muy repetitivos, con un payasete como gancho para atraer a la audiencia. Cierto es también que no pasará a la historia como la serie más inteligente del mundo. Pero también es verdad que todos en su momento nos hemos reído mucho con las divertidas ocurrencias de este tipo tan adorable, lo suficiente como para pasar un buen rato.

Os dejo uno de los momentos de la serie con el que yo recuerdo haberme reído hasta dolerme la tripa. El día en el que Steve quiso aprender a conducir, y acabó siendo un desastre como era de esperar. Lo mejor, aquel huevo que tenía por coche.

Por cierto, en la actualidad Jaleel White, el actor que interpretaba a Urkel, tiene 33 años y trabaja como actor de doblaje y como comentarista de la NBA.

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Sobre este blog...

Empiezo hoy este blog en el que reflexionaré de lo que pasa cada día en la televisión. No es que tenga mucho tiempo para sentarme tranquilamente en el sofá, pero procurare asomarme de vez en cuando a esta ventana.
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