Pequeñas historias de sesenta segundos

Ahora que TVE está a punto de reducir drásticamente el tiempo que le dedica a publicidad me hago una pregunta. Bueno, mejor dos. ¿Merecerá la pena de verdad que lo haga? ¿Por qué nos irritamos tanto cuando estamos viendo nuestra serie o programa favorito y de repente nos lo cortan para poner anuncios? Y no digo ya cuando te pones con una película o con un partido de fútbol. Son irritantes, sí; y además te mosquea que te corten en lo más interesante. Pero hay que reconocer que algunos son verdaderas obras de arte condensadas en un minuto escaso. Pensando en ello me viene a la cabeza la imagen de un sexy "chico Martini" en el anuncio de la famosa marca de bebidas que iba con sus gafas de sol oscuras y se ligaba a una Charlize Teron que aun no había despuntado en el cine. Cuanto ha llovido desde entonces, y como han cambiado los anuncios y la forma de hacerlos. Al final todo el mundo busca lo mismo: llamar la atención del espectador en apenas un minuto. Algunos incluso te captan en apenas 5 segundos, y hay otros que se tiran el rollo y se van más allá de los dos minutos. En apenas un minuto los publicistas te tienen que contar una historia, y deben engancharte.

Hasta hace relativamente poco tiempo el recurso mas utilizado era el del "eslogan": ¿Recordáis aquellas muletillas como la del "Busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo" o "Si no hay Casera nos vamos"? Qué tiempos aquellos en los que un señor en helicóptero se presentaba en el patio de un colegio para invitarnos a merendar un bocadillo hecho con margarina "Tulipan". O aquella señorita enfundada en un ajustadísimo traje de cuero y subida en una moto que buscaba a "Jacq's" desesperadamente. Más recientemente recuerdo a Javier Veiga intentando comprarse un barco con 200 pesetas o a Edu felicitando las Navidades a todos los contactos de la agenda de sus padres.

MARTINI

BUSCO A JACQ'S......

En los últimos años la saturación publicitaria ha hecho que los anuncios tengan mucha más riqueza visual y se recurra a una cara conocida o a lo más absurdo para generar una gran impacto. Se sigue utilizando el "eslogan", básico en publicidad, pero ya no es tan fácil que se te quede grabado como sucedía hace 20 años.

El de la música es un recurso utilizado más o menos acertadamente durante toda la vida, y se le puede llegar a sacar un gran partido si se da en la diana con una melodía perfecta. Muchas veces lo mejor de los anuncios son las dichosas cancioncitas que se te meten en la cabeza en un segundo y no paras hasta que no consigues tararearla correctamente y de carrerilla, sin equivocarte ni una sola vez. Este verano, por ejemplo, están machacándonos los oídos con el anuncio de "Fanta", de "ING", de "Trina", de "Orange", de la "ONCE". Otro recurso que funciona bien es de los personajes curiosos como la abuela de la fabada o el maravilloso hombre de 102 años que le da la bienvenida al mundo a una recién nacida, con una serie de frases profundas sobre el sentido de la vida. Y ya no hablemos de la famosa cremita de la "ONCE".

ESTAS AQUI PARA SER FELIZ (fantástico, como siempre hace coca cola)

DAME CREMITA

Salvando la parte visual, los anuncios muchas veces son una gran mentira, o mejor dicho, una verdad bastante adornada. Que si te venden el ADSL más rápido cuando realmente en muchos países de Europa va diez veces más rápido que en España. Que si un producto delicioso te va a ayudar a cuidar la línea, cuando en realidad es sólo comida, y la comida engorda. O las famosas llamadas a cero euros, cuando en realidad sí que son llamadas a cero euros el minuto, pero no nos dicen que llevan además impuestos indirectos y establecimiento de llamada, que por supuesto te los cobran. Vamos, que siempre te ofrecen lo que quieres pero que no necesitas; o lo que necesitas pero que no quieres.

En definitiva. No se que pasará ahora cuando en la tele pública desaparezca la publicidad. Menos dinero tal vez, pero también podremos ver un programa sin llegar a saturarnos de spots, viendo sin parar uno detrás de otro. Aunque también es verdad que hay anuncios que son tan bonitos que a veces merece la pena pararse un momento para observarlos detenidamente.