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"La piel azul": tensión en alta mar.

Lunes 15 de Marzo de 2010 13:54
 

Confieso que no pensaba verla, pero es que los domingos por la noche suelen ser bastante pobres en cuanto a tele se refiere (hasta que regrese "Aída"), y como la película de La Primera ya la había visto, pues ayer me decanté por la nueva TV-Movie de Antena 3, más que nada porque me gustan mucho los barcos de vela y quería ver el resultado. Ni Miguel Ángel Muñoz es santo de mi devoción, ni el argumento me terminaba de convencer mucho, más que nada porque a simple vista parecía un encuentro de los típicos niñatos guapitos sin una pizca de cerebro. Y tras los primeros minutos, en la recreación de la típica fiesta ibicenca un poco salida de madre, me daba la sensación de que no iba mal encaminada en mis ideas, pero según fue avanzando la trama me alegré de haberme sentado a verla, porque me ha dejado un buen sabor de boca y he quedado con ganas de saber que va a pasar. El avance del desenlace parece a priori bastante interesante y creo que la cosa no se va a quedar en un mero accidente marítimo.

La historia comienza con un grupo de jóvenes en una fiesta en la que Amaya, una cantante mexicana muy famosa, es fotografiada por un paparazzi en una situación un pelín comprometida para su carrera musical. Como está agobiada con tanta persecución, su salido novio, Germán, (interpretado por Miguel Ángel Muñoz) decide salir en el velero de su padre durante unos días para evitar que les molesten, y lo hacen acompañados por Fernando, el hermano y representante de la cantante, Carlota, la esposa de éste, Belén, la DJ de la fiesta con la que Germán se ha enrollado previamente a espaldas de su chica, Luis, amigo de la infancia de Germán y único del grupo que parece un poco sensato, y Sophie, una misteriosa chica a la que recogen de camino al puerto mientras hace autostop. Una vez en el barco se quedan fondeados en alta mar por la falta de viento y es cuando empiezan los problemas; malos rollos entre Germán y Luis porque el primero parece ser un total irresponsable en cuanto al gobierno del barco se refiere, Sophie se encuentra mal y descubrimos que tiene cáncer, Carlota y Fernando parecen tener muchos problemas en su matrimonio y como ella se encuentra mal todo el viaje lo que parece ser un mareo típico de los que no están acostumbrados a navegar, resulta ser un embarazo. En un determinado momento, por estar completamente desfasados, deciden que la mejor manera de acabar con la resaca provocada por el desmadre general de la noche anterior es tirarse de cabeza al agua fría; dicho y hecho, acaban todos en el agua de manera incontrolada, incluido Luis (acordaos que era el sensato y el que estaba pendiente de todo), que es tirado al mar por sus compañeros de travesía. Pero Germán una vez más olvida algo importante: no desplegar la escalerilla con la que volver a subir a bordo. Sólo Carlota, queda en el barco por estar indispuesta de nuevo; pero la joven, mientras intenta ayudar a sus amigos, está tan mal que pierde el equilibrio y cae también al agua con escalerilla y todo. Sin ningún cabo suelto al que agarrarse, intentan hacer uno con las cuerdas de los biquinis y bañadores, pero les sale mal la jugada y se quedan todos en el agua sin poder volver a la cubierta del barco.

La primera parte de la película acaba con los siete chicos en el agua, y el avance pinta interesante, porque no es ya únicamente el qué harán para salir todos de una situación tan mala, si no a quien parecen encontrarse por el camino.

En cuanto a los actores me han parecido todos bastante correctos, incluido Muñoz, pero es que la primera parte no parecía dar mucho de sí; realmente la verdadera angustia de los protagonistas no ha hecho más que comenzar. La fotografía es bastante buena, con unas imágenes del barco y de las puestas de sol muy bonitas. Y la historia, pues realmente aún no ha comenzado a pasar nada, salvo los últimos veinte minutos de tensión que nos dejan con una sensación un tanto rara. ¿De verdad puede ser alguien tan cenizo como para construir un barco en el que no se pueda subir de ninguna manera? Quiero decir, me parece imposible que la popa esté tan mal hecha que no se pueda trepar por ella; casi todos los barcos modernos ahora se hacen con una popa en la que se instala una pequeña plataforma con escalerilla fija. ¿El salvavidas no está fuertemente atado con el cabo al barco? Y sobretodo, ¿cómo es posible que vieran tan mal a Carlota que no eran capaces de esperar un rato a que ella se pusiera mejor? Por más que lo pienso me parece imposible que alguien que cae al mar desde un velero no demasiado grande no vaya a encontrar la manera de volver a bordo. Me queda la duda del ancla; la cadena que la sujeta puede servir perfectamente para trepar por ella, pero si la profundidad es elevada donde uno esté fondeado no tendría mucho sentido echarla.

En cuanto al avance que se vio ayer, no se como será el desenlace. En la historia original todos los tripulantes morían de hipotermia, y yo pensaba que la película se iba a centrar precisamente en mostrarnos la desesperación de la gente en un situación tan límite (de ahí lo del título), pero creo que en esta ocasión, y para variar, se nos va un poco la pinza pues salen del agua y hay un extraño secuestro de por medio. Miedo me dan estos guionistas, con la manía de cambiar las cosas. Veremos como acaba.

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Sobre este blog...

Empiezo hoy este blog en el que reflexionaré de lo que pasa cada día en la televisión. No es que tenga mucho tiempo para sentarme tranquilamente en el sofá, pero procurare asomarme de vez en cuando a esta ventana.
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