Crítica 'Tres metros sobre el cielo'

Llevaba esperando con ganas este día, y aunque habitualmente no me gustan las adaptaciones de libros al cine, esta vez no ha sido así.

Antes de empezar la crítica debeis saber que soy 'seguidor' de los libros de Federico Moccia y por lo tanto puede que mi crítica no sea del todo objetiva.

En primer lugar nos presentan a 'Hache' que en realidad debería haberse llamado Step, un chico rebelde que se enamora de Babi, la típica niña 'pija' que no ha roto un plato en su vida. Relación improbable, casi imposible, pero inevitable, que terminará arrastrando a la pareja a un frenético viaje en donde juntos descubrirán el primer gran amor.

Si ya en 'Fuga de Cerebros' se vió un director que en un futuro podría destacar, ya va camino de hacerlo. Fernando González Molina ha dado un paso muy avanzado en realizar esta película precedida por una serie de críticas (típica película de amor para adolescentes, que ha aprovechado el tirón de 'Crepúsculo') y convertirla en un producto propio y fuera de toda crítica destructiva.

Buena calidad (destacan las escenas en las motos), un ritmo muy bien marcado (la película no aburre en ningún momento) y una historia muy bien contada que engancha al público de principio a fin. Aplausos durante la escena que da nombre al libro y un final seguido de acción y bañado de lágrimas de muchos de los asistentes. Esta muy bien contada para ser adaptación de un libro, sólo se deja detalles sin importancia en la trama principal.

La película deja con ganas de una segunda parte, que probablemente no tenga adaptación, pero que se puede leer en el libro 'Tengo ganas de ti'.

Respecto a las interpretaciones brilla con luz propia la de María Valverde y la de Marina Salas ('Desaparecida', 'El pacto'). Mario Casas interpreta correctamente a su personaje y los secundarios también destacan (Diego Martín, Pablo Rivero). No debo olvidarme de la hermana de Babi interpretada por Nerea Camacho ('Camino') cuyo personaje será muy agradable para el espectador.

Una película muy recomendable para pasar un rato en el cine, aunque el final sea... dejemoslo ahí.