Hace ahora aproximadamente diez años que, con el ya sobrepasado año 2000, diferentes directores decidieron impulsar un género que permanecía dormido durante varios años, la ciencia ficción espacial, cuyo máximo exponente algunos coincidirán en que es esa película llamada Una Odisea en el Espacio, que se adelantó a su tiempo y de la que tantas ideas se han obtenido para sucesivas obras.
Desafiando a la Gravedad ('Defying Gravity') finalmente se ha quedado en España con el nombre traducido no literal de 'Gravedad Cero', aunque cualquiera de los dos hubiera sido perfecto, algo que no suele ocurrir últimamente. Hasta bien introducido el primer episodio uno podría decir que es como una 'Anatomía de Grey' en el espacio, personajes con sus propias historias por contar, con pasados que les unieron y con una importante operación por delante en el Universo conocido. Pero 'Gravedad Cero' es única en su especie como serie, bebiendo de grandes momentos de películas del género.
Se trata de la primera serie, en esta nueva generación que comenzó hace ya seis años, que intenta con éxito abordar el mundo de los sentimientos, tanto en relaciones sentimentales como el interior propio, sin descuidar el toque místico de la ciencia ficción, pero siempre huyendo de las situaciones típicas de otras series del género, aquí no hay seres visibles de otras galaxias, ni enanitos verdes ni peludos, ni naves galácticas que podríamos considerar de épocas tan avanzadas que nos daría miedo mirar hacia el futuro.
No. Muchas han sido las series que han sido catapultadas al quinto universo y que ahora son sagas consagradas, algunas ya finalizadas, otras canceladas a pesar de ser pequeñas joyas y otras creciendo cada vez más y más hacia un futuro incierto: Tierra 2, Babylon, Star Trek, Battlestar Galáctica, Stargate... Aquí sólo están los personajes y el espacio, en continua armonía y en continua lucha constante, ese 90% de la nada para que el ser humano pueda explorarlo en su inmensidad, meditando sobre el camino de la humanidad, sobre los sentimientos humanos y su propio yo.
Para todo buen seguidor y culto de las "space operas", el primer episodio de 'Gravedad Cero' es todo un regalo. Unos personajes muy bien atados y definidos con un pasado al que vamos viajando de vez en cuando para comprobar cómo llegaron hasta donde ahora están. Físicamente los personajes, en su entorno, no tienen mucho más que decir, son sencillos, son lo que son, lo que nos muestran, no tienen dobleces, los que son nobles son nobles y los que guardan secretos se muestran como tal, una maravilla, un giro inesperado cuando estamos acostumbrados a todo lo contrario.
Y entonces ¿dónde radica el interés de los personajes? Pues en que físicamente en su día a día son tan vulnerables que donde reside su riqueza es en su interior, a través de los sentimientos que nos muestran, a través de sus sueños, anhelos, miedos y deseos. De esta magistral forma, hasta el personaje menos importante, ya puede aparecer un solo minuto, que lograremos cogerle especial cariño y siempre nos acordaremos de él quedándonos esa sensación de que le vimos durante varios episodios cuando en realidad no fue tanto.
En qué sitio se pueden expresar mejor los sentimientos que en medio de la nada, donde no hay tiendas ni sitios en los que evadirse cuando acechan problemas, donde las relaciones con los demás terminan siendo el producto de nuestros propios actos, sino el vacío. 'Gravedad Cero' cuenta la historia de un viaje a través del espacio, pero metafóricamente intenta contar el viaje hacia el interior del ser humano, proponiéndole soñar, destrozándole sus sueños, haciéndole afrontar la realidad de su vida cuando todo lo que quería ya no existe, en definitiva, descubriendo ese ser interior que habita en cada uno y que sólo se puede discernir cuando estamos en la más auténtica, definitiva y maldita soledad.
Necesitas ser usuario registrado de FormulaTV.com para comentar en este blog. Conéctate o haz clic aquí para registrarte