Entre el público de un programa de televisión hay varios niveles jerárquicos. Los esporádicos de asociaciones de barrios o similares que reciben bocata y coca-cola bebida refrescante, les pagan el viaje en autobús y les dan las gracias por venir, los que llaman al numerito de turno y van una vez en la vida (o dos) como invitados pagándose su propio viaje por placer (estos son los verdaderos frikis fans), los que van de un plató a otro pagados por una agencia y los anzuelos.
Todos juntos pero no revueltos, un señor o señora deciden dónde está su sitio, según el color de sus ropas los distribuyen para que todo quede bonito delante de la tele. Nada nuevo, Los anzuelos siempre han existido y, mientras haya público en los programas, existirán. Están ahí para sembrar un pequeño caos, para hablar más que nadie y para reflejar, aunque a veces no estén de acuerdo con el papel que interpretan, la opinión popular de la calle, de esos que han ido en autobús y que en pocos programas dejan participar. Quizá donde más se han consolidado estos personajes ha sido en 'Mujeres y hombres y viceversa', recibiendo un nombre ya popular en la jerga televisiva: GANCHOS. Ya no les esconden en sitios estratégicos, su misión ha sido descubierta al cien por cien y todo el mundo conoce su trabajo, incluso de vez en cuando sus vidas privadas si se dejan.
Donde aún siguen encubiertos en cierta forma, aunque a nadie engañan, es en 'De buena ley'. El que hace el papel de machista, la chica de color que debe ser simpática y consecuente con sus pensamientos, el gay amanerado en representación de una comunidad que me consta le odian, la mujer madurita y rellenita que se pone a gritar para que se le oiga, el hombre veterano de guerra que da una de cal y otra de arena...
Si hace algunas semanas se incorporaron de forma excepcional algunos famosos, 'De buena ley' tiene nueva inquilina entre las gradas y no es otra que Gema Zafra, ex de todo, ex concursante de 'Gran hermano' en su edición nº 10, ex del soldador con el que entró en la casa, que no sabemos si a su vez ya es ex soldador, ex colaboradora esporádica en 'Gran hermano: El debate' y si las cosas no le salen bien podría llegar a ser ex gancho.
Si algo no le falta a la ex concursante del reality padre es carácter, el que ya demostró dentro y fuera de la casa más famosa de España y quizá para ella no hayan planeado un papel determinado, porque ya va con el suyo a cuestas y a medida. Es lamentable ver cómo grandes concursantes de la talla de Gema Zafra, que tanto podían haber dado de sí en otros ámbitos, sean relegados a este tipo de colaboraciones. Y es que de estar acostumbrado a ser grabado 24 horas y olvidarte de las cámaras a ser grabado un rato sabiendo que te están grabando en todo momento, va una gran diferencia que agria el carácter y te convierten en otra persona más reservada y distinta. Los seguidores de la catalana (que seguro que son muchos) ya tienen una razón más para poner la tele a mediodía.
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