Muchos piensan que es mejor una serie con pocos episodios de buena calidad que una serie que se extienda en el tiempo alargando tramas de forma innecesaria. Quizá este pensamiento sea un hecho real en determinadas ocasiones, pero la realidad es que la historia nos demuestra que la calidad no se mide por la longitud de una temporada, sino por sus guiones, ya den para 12 o para 24 episodios. 'Falling Skies' de cualquier forma no podría amoldarse a este dicho, pues si bien es una serie entretenida, posee demasiados clichés y personajes anodinos como para alcanzar una nota de sobresaliente y hacerse un hueco privilegiado en nuestras estanterías junto a otras grandes del género de ficción, aunque precisamente por su sencillez y ciertos momentos se hace imposible dejar de verla.
¿Qué esperaba al ver la serie por primera vez y con qué me he encontrado finalmente? Esperaba acción, giros en la trama, movimiento de personajes, una obra tipo 'V' pero innovando, con mejores efectos especiales y con un desarrollo de la trama más rápido de lo que en realidad ha sido. Esperaba en definitiva el toque Steven Spielberg unido a la acción trepidante y esos finales que te dejan con la boca abierta de las series de nueva generación que tan acostumbrados nos tienen. Y excepto en contadas ocasiones, esos momentos parecían no llegar nunca.
Desde el principio, cada episodio parece estar desproporcionado. Un primer capítulo que pone las premisas pero que parece no arrancar nunca hasta que han pasado los 20 primeros minutos en los que todo se vuelve mucho más interesante, incluyendo ese "momento monopatín" inolvidable, entrañable y único, que de alguna manera te dice bajito al oído susurrando "hola, soy Spielberg y esta obra es mía, ¿te has dado cuenta?". Un final que recuerda bastante en su odisea por un mundo destrozado a 'The Walking Dead', serie con la que guarda tantas similitudes que no podremos deshacernos de esa idea hasta bien avanzada la misma. Y cuando uno retoma ilusionado el segundo episodio, se encuentra con un desagradable recuerdo, un sabor a 'Jericho' sin pies ni cabeza, con demasiadas idas y venidas a lugares que parecen perdidos en el espacio y el tiempo, demasiada importancia y pérdida de tiempo con las armas, con ese personaje llamado John Pope que si yo fuese el guionista me hubiera cargado y ni siquiera hubiera salido a la luz porque en realidad, aunque en posteriores episodios sirve para algo, su función no es de tan vital importancia.
No se trata este del único personaje anodino y sin sustancia de la serie. Aunque he de reconocer que el Capitán Weaver cumple su función en los últimos capítulos con bastante interés, sus inicios no aportan nada, son una mera presentación de lo que vendrá después, pero se pone en manos del espectador con una sencillez tan pasmosa que resulta aburrida, hasta el punto de que a uno le importa tres cominos lo que le pase por la cabeza y su hija ni dónde esté, un contrapunto a la interesante historia paralela de la búsqueda y liberación del yugo del hijo de Tom Mason. La doctora cumple un papel brillante en la trama del apresamiento de uno de los deslizantes, ya que se vislumbra una cierta personalidad, sensación que por desgracia se pierde antes y después de esos momentos para pasar a convertirse en una más de los personajes accesorio de tantas y tantas series para encandilar al protagonista, una historia de amor que se ve venir de lejos y que tiene interés nulo. Por no mencionar esos personajes que salen de repente de la nada para cubrir una parte del argumento que bien podría haberse asignado a alguien ya conocido del grupo, véase ese nuevo militar que se lleva a los niños y la trama que los envuelve.
Por suerte no todo en 'Falling Skies' es malo y toca hablar de grandes momentos que son los que hacen de esta una serie entretenida e interesante, que dejará al espectador satisfecho, si bien no muy contento con el resultado global, pero esperando una segunda temporada.
Si a uno le queda claro desde un principio que esta serie no es como las otras, que la lentitud en la trama es la que es en cada momento y que no puedes esperar ver lo que otras series te han enseñado antes dejándote boquiabierto con sus finales, podrá disfrutar de momentos más sencillos no faltos de sentimiento e intriga. Así, el ya mencionado momento del hijo pequeño de Tom paseándose en monopatín rodeado por el grupo sabiendo que el mundo ha sido destrozado y tomado por una horda de alienígenas, te deja ese pequeño nudo en la garganta que tarda en desenredarse. Sentimentalmente hay pocos momentos más a lo largo de la primera temporada, un aspecto que se echa de menos viniendo de alguien que lo está supervisando y que nos regaló una de las mejores películas de la historia.
Descubrir quiénes son en realidad los deslizantes y cómo pudieron haber sido es uno de los aspectos más enriquecedores junto al misterio de los yugos y las secuelas que dejan tras de sí. Sensacional episodio el del hospital que nos revela detalles impactantes sobre la especie desconocida, un capítulo ejemplar. Una historia de mezclas, de intercambios, una subtrama que nos desvela el ansia y hasta dónde es capaz de llegar un ser humano para proteger su vida y la de los suyos, una vez más alienígenas que nos tocan el punto más débil para sacar de nosotros lo que quieren. La ya mencionada trama del secuestro de los niños es otro de los puntos fuertes, mermado únicamente porque desde que aparece cierto personaje uno ya intuye que sus intenciones no son las que expresa, reduciendo así esa capacidad de sorpresa que debería haber sido mayor en el "momento intercambio". Inmersos ya en el final encontramos la interpretacion de otro personaje secundario al que ya conocemos por 'Frige' como Nina, esta vez interpretando a una vieja loca llamada Sonja, simplemente magistral.
Que este año estamos de enhorabuena los amantes de las series y el buen cine, no cabe duda. Por delante nos espera en breve 'Terranova', 'Alcatraz' y la primera adaptación de 'Tintín' al celuloide animado con las nuevas tecnologías y ya podemos disfrutar de 'Super 8' que une a Spielberg y J.J. Abrams en una cinta inolvidable. Spielberg ha dejado en 'Falling Skies' un legado que ya pasará a la historia, más bien un sonido tan característico como el humo negro de 'Perdidos', de esos que cuando escuchas miras tras de tí y la piel se te pone de gallina y el corazón se encoge, esa suave sirena de los máquinas. Tampoco podía dejar pasar su sello característico en la escena final de la serie, como homenaje a todos los seguidores de sus obras de ciencia ficción, una secuencia inesperada y sorprendente que deja el recuerdo de las decisiones y caminos que el ser humano debe saber aceptar y elegir.
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