Mila consigue que todos humillen a Dulce

Lo de Mila con Dulce supera todas las expectativas. Lo grave no es solo esa obsesión de la colaboradora contra su compañera; una fijación inusual y extraña que deja pasmado a cualquiera que siga este reality con asiduidad. Lo peor lo protagonizan el resto de miembros del equipo de fuego al reírse a carcajada limpia mientras Mila insulta y humilla a Dulce. Ayer lo vimos en el resumen; la escena muestra a seis insensibles haciendo corrillo en la playa y a una concursante completamente apartada recibiendo vejaciones sin ningún motivo. Mila ya no se oculta, es más, aprovecha los instantes en los que Dulce está a su lado para ponerla en evidencia delante de sus compañeros y recordar reiteradamente que no hace nada por el grupo. Sí, ya lo he comentado varias veces, pero la colaboradora lo pone a huevo: ¿me puede explicar alguien qué hace ella que no haga Dulce?.

Uno de los argumentos que emplea Mila para ridiculizar a su víctima, es que ésta última es una triste y que cualquiera que conviva con ella acaba con depresión. No es consciente Mila de que con sus ataques a Dulce no hace otra cosa que describirse a sí misma. Debería preguntarle Jorge Javier esta noche qué es para ella la alegría a ver si así puede aclararnos algo y nos deja conocerla mejor, pues hasta el momento, Mila solo ha encontrado entusiasmo y regocijo cuando se ha reído y cuando ha denigrado a su compañera. Pero ella no es la única responsable de la situación tan lamentable que se está produciendo; Víctor Sandoval ha decidido convertirse en su sombra para compartir filias y fobias. Si en Gran Hermano VIP el ex presentador optó por ser el mejor amigo de Belén Esteban, parece ser que en esta ocasión ha decidido convertirse en la versión descafeinada de Mila y en el coro de la voz principal. Ambos acusan a Dulce de no integrarse sin preguntarse ni por un momento si alguien en su sano juicio querría integrarse con dos lenguas viperinas como ellos. Dicen que su compañera no sobrevive cuando ellos son los primeros en negarse a comer arroz y pescado, y podría seguir escribiendo incoherencias de estos pero no llegaría a la gala de esta noche. La conclusión es que a ambos se les permite todo empezando por sus compañeros. Son vitoreados y nadie excepto Dulce tiene agallas de plantarles cara, hecho que les permite a los dos campar a sus anchas y hacer y deshacer como si fuesen los dueños del programa.

Esta noche viviremos la segunda expulsión de la edición. Yola y Miriam del equipo agua y Víctor y Dulce del equipo fuego se la juegan. Supongo que lo más justo sería que Víctor abandonase esta noche la isla. De los cuatro nominados es el que menos dotes como superviviente ha mostrado, por no contar las veces que ha rogado la expulsión. Simplemente por esto último, merecen más quedarse los otros tres. No obstante, si logra salvarse de la nominación, querrá llegar hasta el final. Víctor ha encontrado en Mila la parte fundamental que necesitaba para querer continuar en este concurso. Para él, el cotilleo y los conflictos son la motivación extra que no tenía hace una semana.

Ser el perrito faldero de la protagonista de la edición y manejar el cotarro a su antojo son alicientes suficientes para querer que la audiencia lo salve a partir de ahora. Es una lástima que sea ese el único juego que vayamos a ver por su parte; hubiera estado bien ver a Víctor por otro camino, terminando de aprender a nadar y dando otra imagen de sí mismo, pero no se le pueden pedir peras al olmo. Tampoco me siento decepcionado; Víctor es como es y lo que está haciendo es justamente lo que esperábamos de él como concursante. Otra cosa es que su nueva mejor amiga no nos guste ni un pelo.