Despedimos la semana santa por todo lo alto. Este post viene cargado de buenas intenciones para enseñarte a ti, querido lector, cuales son los
Frigenti mandamientos que debes cumplir a la perfección si deseas presentarte a un
reality show y ganarte la confianza y admiración de los espectadores. Ser un concursante ejemplar no es algo sencillo, y es que vivir rodeado de una gran cantidad de desconocidos con
súper ego y con los que tienes poco en común, será la mayor prueba que tendrás que superar para llegar lejos.
Si anhelas ganarte el corazón de España, tu cometido puede resumirse en los
Frigenti Mandamientos:
solo tienes que seguir al dedillo la sabiduría escrita que te regalo a continuación:
1. Serás fiel a ti mismo y a las cámaras (audiencia) . Si lo que quieres realmente es vivir la experiencia con toda intensidad sin importarte un pimiento las consecuencias a las que se verá sometido tu destino, puedes irte a los blogs vecinos. Si realmente quieres ganar sigue leyendo. Lo que quiero darte a entender con este Frigenti mandamiento es que no tienes, ni debes, explicarle a tus compañeros tus estrategias. Tus pensamientos únicamente son importantes para ti, y en todo caso para al público. Este último se sentirá encantado de que compartas tus reflexiones con él y que le hagas participe en todo momento de cuales serán tus pasos a seguir en el concurso. A la audiencia le gusta jugar con los concursantes, pero le apasiona más jugar junto a ellos, siempre que tus maniobras no pasen por pisar cabezas ni engañar a los de dentro. Fundamental: ocultar información a tus contrincantes no es engañar. Ocultársela al publico, SI, y esto último, la audiencia, no lo perdona.
2. Los amigos se hacen después de salir del concurso. Es una idea maravillosa la de ser igual en tu casa que en el reality, pero realmente, esto no suele funcionar. Debes buscar un equilibrio entre estas dos ideas para no terminar siendo un mueble o alguien completamente diferente de quien realmente eres. Lo fundamental es tener claro en todo momento que los que compiten contigo no son amigos; son desconocidos que buscan exactamente lo mismo que tú: ganar. Por eso debes dedicarte siete días, (ni más ni menos) a observar lo máximo posible a tus compañeros para encontrar sus fortalezas y sus debilidades, que te servirán para quitarte rivales de encima. Tu única amiga ahí dentro será tu voz interior; ni si quiera la audiencia, cuya función es ejercer de juez. Los amigos tardan muchos años en conseguirse, jamás los harás en pocos meses y mucho menos con dinero de por medio.
3. Ser sincero, sí, pero ante la audiencia: Lo de ser sincero y auténtico está muy bien, pero siempre que lo seas ante la cámara, confesionario, y demás variedades que permitan al concursante declararse ante el público. Te decía en el primer mandamiento que lo que busca la audiencia es interactuar contigo. Ser falso es una cosa, y no decirle a tu compañero todo lo que piensas es otra. Al confesarle a tu rival lo que piensas de él, le proporcionas información, es decir, poder. Poder que utilizará en su beneficio y que te pondrá el camino más difícil para llegar lejos. La idea fundamental de este mandamiento es que ante todo, debes ser coherente; esto es lo que más valora la audiencia. Tienes que ser fiel a tu estrategia y evitar los momentos de debilidad que suelen aparecer en una experiencia extrema. La audiencia buscará una coherencia en ti que si no demuestras, te convertirá en el centro de toda sospecha. Juega tus cartas pensando en el objetivo, y no bailes entre una actitud y otra al ver como juegan tus compañeros. Sería demasiado tarde: debes ser fiel a ti mismo y a tus ideas.
4. Estás en medio de una competencia feroz y lo mejor para escalar posiciones y ganar puntos ante tus compañeros es que seas humilde por encima de todo. La audiencia premia a los concursantes que reconocen sus errores. Es evidente que los cometerás y no hay problema por ello. La complicación se dará si no los reconoces y no pides disculpas por ello: la audiencia no es tonta y se cabreará.
5. Entrégate por completo y si no puedes con tu enemigo, únete a él. La seguridad es fundamental, si bien es conveniente pasar algo desapercibido durante los primeros siete días, que la audiencia no te conoce y siempre suele castigar al concursante más llamativo en la primera nominación por falta de información y de datos. Una vez salga el primer concursante, entrégate al publico por completo, centrándote únicamente en tus cualidades y sin atacar a los demás. Hasta que no pasen quince días aproximadamente, no sabrás a que bando apoya el público. Si eres algo listo, esperaras a ser consciente de esto último, que se resolverá con las expulsiones: si la audiencia expulsa al concursante de un bando, ya sabes que el contrario cae en gracia. Debes mojarte y participar en el bando ganador, dosificando tus actos, claro, ya que la audiencia puede cambiar de opinión. Al público no le gusta el concursante satélite que juega en solitario; lo más inteligente: ser el cabecilla del bando favorito. Esto te convertirá en el máximo rival y en el más odiado por parte del grupo contrario, y serás el icono del bando favorito. En pocas palabras, el preferido de la audiencia. Pero recuerda, amigo: deberás tener la cabeza muy fría para no perder esta posición. Si cometes el más mínimo fallo y no rectificas a tiempo, adiós a la gloria.