Los programas de televisión más casposos

Mucho antes de que existiera ¡Qué tiempo tan senil feliz!, ya habíamos disfrutado como locos gracias a espacios de entretenimiento dónde el amor propio brillaba por su ausencia. Un catalogo de programas con caspa a tutiplén y para todos los gustos. Qué tiempos aquellos en los que lo mejor de cada casa se sentaba alrededor de la mesa para conocer a personas dispuestas a humillarse por un minuto de gloria. En homenaje a todos ellos, va este ranking que contiene los programas más horteras de la televisión.

El número seis es para Sorpresa, sorpresa. Sofás que se subían desde el suelo, carpeteras de quince años gritando como locas e Isabel Gemio derrochando esa falsa simpatía que encantaba a las mujeres mayores; lo tiene todo para estar en este ranking. Además, este programa fue la viva prueba del poder de la rumorología: mermelada+chucho+Ricky Martin...

En el número cinco nos encontramos con ¿Qué apostamos?. Un espacio lúdico y familiar presentado por Ramonchu y la actriz y bióloga Ana Obregón. A día de hoy me sigo cuestionando las razones para que nos tragasemos tales dosis de horterísimo extremo. Quizás la tentación de ver a Ana Obregón despeinarse bajo la ducha superaba el sufrimiento que padecían nuestros tímpanos al escuchar la sintonía de este programa cantada por el mismísimo Ramón García.

El número cuatro lo ocupa Vip Noche, programa presentado por Emilio Aragón donde lo menos importante era el concursante. Este espacio fue el culpable de que millones de niños tuviésemos que sufrir a las virtudes y de que otros tantos quedásemos traumatizados con las cacao maravillao; espectáculo maravillosamente vulgar con sabor a destape italiano. Este programa forma parte de la historia de la televisión.

El número tres es para el insufrible Grand Prix. En esa época no era necesario estudiar la geografía de España en el colegio; los alcaldes de los pueblos más recónditos de nuestro país, ya se encargaban de promocionar su absurdez en un programa donde los concursantes se mostraban encantados de auto humillarse públicamente gracias a pruebas como la patata caliente o los troncos locos.

El número dos es para Lo que necesitas es amor. Jamás podremos olvidar esa caravana espantosa que recorría la geografía en busca de segundas oportunidades. ¿Y que me decís del zumito de naranja que ningún invitado se bebía?. Aquí tenéis la respuesta del miedo actual al compromiso. Este programa asesinó a Cupido. No hay más.

Y el número uno no podría para otro: dentro de ti hay una estrella, y si lo deseas, brillará. Elementos inolvidables: Bertin Osborne, puertas que se abrían y cerraban llenando de humo el plató, La Martirio y Lauren Postigo como jurado; lo mejor de cada casa. Caspa con denominación de origen que se prolongó durante años incitando a los mas pequeños a participar en dicho espacio. Sí, Tamara y David Civera salieron de allí. Se entiende, ¿no?