La hipocresía de Nacho Vidal y la ambigüedad de Isa Pantoja

Las últimas nominaciones parecen no haberle sentado muy bien a Nacho Vidal, uno de los concursantes más polémicos de esta edición. Fue curioso su alegato de anoche, pidiendo a sus seguidores que no llamaran para salvarlo esta semana. Digo que fueron llamativas sus palabras porque si echamos la vista atrás, podemos encontrar ese mismo discurso de Nacho, justo cuando salió nominado por primera vez contra su rival más directa Suhaila. Al final voy a empezar a creer en esa teoría apuntada ayer en el debate por algunos de mis compañeros, basada en la cobardía de Nacho al no querer reconocer que si finalmente es expulsado, es porque al público no le ha gustado su comportamiento durante los últimos días. Él prefiere que se diga que la audiencia votante no le salva porque es lo que él pide. Al final Vidal va a perder toda la credibilidad, y es que entre las mentiras que quedaron al descubierto durante la gala del jueves pasado y su mitin nada probable, el actor está enterrando las medallas que ganó al conseguir hacer fuego sin cerillas. Tampoco le ayuda que la audiencia sea ya consciente de que ha llegado a engañar a su amigo Fortu, ese que le lleva acompañando desde el primer día de concurso. Fortu siempre ha sacado la cara por Nacho, incluso en polémicas que nada tenían que ver con el cantante. No es justo pues, que el actor se lo pague con mentiras.

Y para ambigua, Chabelita: Sí la audiencia decide que me quede me quedaré, pero tengo muchas ganas de abrazar a mi hijo. Isa no fue tan explícita en su alegato como Nacho, pues de haberlo sido, también hubiera sido sancionada por la organización del programa, pues está completamente prohibido tanto pedir la nominación como la expulsión; pero sí que le dio pistas a su público a través de su mensaje. El que haya hecho público su deseo de abrazar a su hijo, confirma que Carmen Lomana no se estaba equivocando la semana pasada cuando apuntaba que la hija de Isabel Pantoja no tenía nada claro si se quería quedar o si prefiera abandonar la aventura. La verdad es que me gustaría más que los espectadores salvaran a Nacho, pues el paso por el concurso de Isa se me hace cada día más aburrido, y considero que Vidal puede aún ofrecernos mucho más contenido. Si se salva, el actor se vendrá arriba, pues su gran egocentrismo no le permitirá analizar la posibilidad de que su salvación se deba a que a gran parte del público le gusta darles a los concursantes lo contrario de lo que estos piden, por lo que aun tendremos guerra para rato. Por otro lado, le quitaremos a Suhaila esa losa que no la ayuda absolutamente para nada. Le sobran aptitudes como superviviente a esta concursante, pero su amistad con Chabelita consigue que ambas entren en un bucle haragán tedioso de ver.

La otra nominada, Carmen Lomana, aprovechó su alegato para agradecerle al público el apoyo traducido en llamadas de teléfono. Lomana, a pesar de sus momentos de flaqueza, quiere continuar siendo una superviviente. No debería salir expulsada. No se lo merece, pues ha sido ella la que ha originado buena parte de todas las tramas de esta edición de Supervivientes. Aún sigo sin comprender la ojeriza que la tienen tantos compañeros de profesión, y es que haga lo que haga Carmen, está mal. Me repito pero me consuela saber que al final es la audiencia la que decide quién se queda y quien se va, aunque francamente, no le ayuda nada a Lomana la campaña en contra que sufre debate tras debate, semana a semana, por parte de algunos colaboradores del debate. Es una pena, pero es lo que hay.