El siete de septiembre del año 2006 comenzó la edición de Gran Hermano más polémica. Una temporada marcada por un casting bastante peculiar donde algunos concursantes no tuvieron ningún tipo de reparo a la hora de adoptar ciertas actitudes algo cuestionables.
Una de las novedades introducidas en el juego pudo ser la causante de lo que decía anteriormente; en esta edición, la casa fue dividida en cuatro estancias que fueron asignadas a los participantes por sorteo. GH8 contó con una habitación individual que ocupó Dani López, otra para dos personas que fue asignada a Laura Fernandez y a Javier, otra de cinco para Laura Sevillano, Gemma, Mahme, Daniel Rubio y Pulpillo y una última de seis plazas ocupadas por Kiko, Greta, Miriam, Naiala y Marusky. Esta característica marcaría desde el inicio de esta edición la división de grupos, aunque posteriormente, algunos concursantes se mezclarían con otros habitaciones de distintas estancias para hacer alianzas con el objetivo de sacar un beneficio común: sobrevivir al máximo numero de nominaciones posibles.
Pero trasladémonos al comienzo: la organización de GH sorteó una plaza para entrar en la casa como concursante entre todos los seguidores del reality. Sólo había dos requisitos para optar a dicha oportunidad: ser mayor de edad y presentarse en las inmediaciones de Telecinco durante la gala. Muchos fans se agaloparon en el recinto desde la noche anterior a la del día del estreno, punto que manifiesta la fuerza de este concurso. Todos los candidatos dispusieron de un numero como si de un cupón de la lotería se tratase, y fue durante la gala de presentación de la nueva casa y de los concursantes elegidos mediante el casting tradicional, cuando se realizó desde el plató el sorteo que decidió que concursante entraba en la casa mediante puro azar; pero surge aquí la primera anécdota de GH8, ya que debido a un error humano, la copresentadora confundió el numero 7 de la bola que determinaba el resultado del sorteo, con un 1, otorgándole así la plaza al candidato 133 y no al 733 como debería haber sido. No obstante, la organización subsanó este error y al día siguiente de la emisión del programa se anunció que ambas premiadas entrarían en la casa ya que en ningún caso fueron responsables de este fallo. Finalmente solo entro Laura Sevillano, la 733, ya que Romina, la 133, no superó las pruebas médicas ni los test sicológicos a los que el premiado debía enfrentarse antes de convivir con el resto de participantes. Algo completamente comprensible que demuestra la seriedad con la que el equipo de la vida en directo se toma la seguridad de sus concursantes.
Una vez subsanado el error y con
Laura Sevillano como concursante, comenzó una convivencia que se partió en dos durante la primera prueba semanal en la que se vivió un duro enfrentamiento protagonizado por
Naiala y por
Gemma. Comienzan aquí a organizarse dos grupos completamente opuestos en todos los sentidos. Por un lado tendríamos a
Naiala,
Pulpillo,
Daniel Rubio,
Daniel López y
Laura F, y por el otro nos encontramos con
Gemma,
Greta,
Mahme,
Laura Sevillano,
Kiko y Kiran.
Marusky jugó por libre, aunque al cabo de casi un mes, unió sus fuerzas al segundo grupo.
Otras de las novedades que se puso en marcha en esta edición fue la de la nominación inmediata, en la que un concursante contaba con la posibilidad de designar durante la semana seis puntos al compañero que deseara ver desfilando por la puerta de expulsión. Estos seis puntos podía distribuirlos como quisiera, es decir, bien podía darle a un único concursante los 6 puntos, o dividirlos introduciendo a más concursantes en la lista, otorgando 3 y 3, o 5 y 1... La combinación quedaba en manos del participante que entrase primero en el confesionario y solicitase este derecho; porque sólo uno podía hacerlo y la condición para ello era clara: ningún otro concursante podía adelantársele. Solo había una nominación inmediata por semana y unicamente un concursante podría realizarla y ese sería el que antes la solicitase en el confesionario.
La primera lista de nominados estuvo compuesta en un inicio por Mahme, Laura Sevillano, Javi y Naiala, pero en esta ocasión, el ganador de un sorteo semanal que se hacía entre los habitantes, podía salvar a un compañero de lista e incluso a si mismo si se encontraba dentro de ella. Laura Sevillano, la 733, ganó este primer sorteo, y demostró poca inteligencia, pues pudiéndose salvar a sí misma, decidió librar de la nominación a su amiga Mahme. Decía lo de poca inteligencia porque entró casi cinco días más tarde que el resto de sus compañeros, y exponerte al publico tan pronto cuando no te conocen, es bastante peligroso; y así pasó, que se fue a la calle a la primera de cambio.
Pero la expulsión de Laura no calmo las aguas en Guadalix, ya que la división de grupos era cada vez más radical sin esperanza alguna de una unión colectiva como pudimos ver en GH4, o en GH1 y GH2. Aun recuerdo la noche en el que los naranjas, el grupo formado por Daniel Rubio, decidieron gastarle una broma de mal gusto a Gemma escondiendo un preservativo con leche debajo de su almohada. Esto aumento las discrepancias, pues lo que para unos significaba una macarrada sin importancia, para otros no eran más que repetidas faltas de respeto.
Parecía que esta guerra terminaría cuando Gemma o Naiala, abandonaran la casa. De hecho, ambas salieron nominadas junto a Kiko, novio de Gemma, pero fue esta última la elegida por el público para salir a la calle. Bien es cierto que los porcentajes de esta edición estuvieron muy ajustados durante todo el concurso, pero los miembros del grupo naranja lograban salvarse semanalmente aunque fuese por los pelos, y esto minaba los ánimos del bando contrario: los azules.
Otro momento destacable de esta edición fue el robo del sujetador de Marusky. La concursante entró en pánico cuando descubrió que uno de sus compañeros le había robado una de sus prendas. El culpable, Daniel Rubio, que no demostró en ningún momento cualquier tipo de reparo a la hora de fastidiar a sus rivales.
Pero finalmente, GH8 pegó un giro en su recta final, cuando hubo dos desertores entre los naranjas. Me refiero a Naiala y a Daniel L., que decidieron cambiarse de bando y traicionar a sus aliados no nominándolos en positivo. El resultado de su acción y el que Miriam ganara el sorteo de esa semana al escoger la bandera de Japon premiada con el poder de salvar a un nominado, terminó en un desastre para los naranjas, ya que tres de ellos resultaron nominados: Javier, Laura Fernández y Daniel Rubio.
Fue expulsado el madrileño, uno de los claros líderes de su grupo, y semanas mas tardes también lo fue Daniel Rubio con un alto porcentaje. La audiencia no le perdonó el trato que este tuvo para con Mahme, a la que estuvo machacando psicológicamente durante una semana. Fue pues en este momento, cuando la audiencia decidió ponerse de acuerdo y eliminar al otro puntal de los naranjas.
Pasaron las semanas y a la final llegaron tres mujeres, cada una de ellas en representación de un grupo:
Miriam (azules), Laura (naranjas) y Naiala (desertores). Es de justicia decir que
Pulpillo no es que fuera el último expulsado pues durante esa semana se el público votaba en positivo. Digamos que fue semifinalista de la edición.
Fue Naiala la que gano el premio. La audiencia castigó a los dos grupos, tanto a los azules como a los naranjas, y premiaron a una concursante que aunque en un principio siguiera las normas de un grupo determinado, también demostró la suficiente personalidad como para desmarcarse del mismo y empezar a jugar en solitario y en su propio beneficio. Tampoco le vino mal su historia de amor con Dani López, que tanto gustó a esa parte de la audiencia carpeteril.
GH8 es una de las ediciones mas recordadas pero también mas denostadas de GH, quizás porque mucha parte de la audiencia sintió una gran impotencia al ver como ciertos concursantes avanzaban en el concurso al superar el veredicto telefónico; este hecho demuestra que lo único que vale en Gran Hermano es el voto real, pues las encuestas son solo eso, encuestas. Por eso nunca me cansare de decirlo mientras las líneas estén abiertas: ¡Votad, malditos, votad!