Poco más de tres meses pasaron desde la final de la tercera edición de Gran Hermano hasta el comienzo de una nueva temporada cargada de novedades. Por fin, los seguidores de este programa podrían disfrutar de una edición que se viviría en otoño en una nueva casa, esta vez dividida en dos pisos. Los aceros y brillos fueron característicos en la decoración del mobiliario. En esta ocasión, la piscina era cubierta para proteger a los concursantes del frío, y por primera vez en la historia del programa, entrarían concursantes extranjeros: Desirée y Matías, de Suiza y Argentina respectivamente. Serían doce los participantes en un inicio, aunque pasados los primeros cuatro días de convivencia, se produciría el primer abandono voluntario, protagonizado por María, quien sería sustituida por Anna, más conocida como Anita de Gava.
Las diferencias entre la anterior y la cuarta edición de Gran Hermano son muchas; pero sin duda la más característica radica en el casting de selección. En esta ocasión, disfrutaríamos de un grupo bastante carismático que aportaría grandes dosis de buen rollo a la convivencia. Si GH3 estuvo marcado por los malos rollos y por la división en dos grupos, esta edición es recordada por ser temporada del éxtasis del amor y la amistad verdadera; y es que son inolvidables algunas historias forjadas en Guadalix, como las de Pedro e Inma o Desi y Nacho. Fue un Gran Hermano que dispuso de todos los elementos existentes en cualquier culebrón venezolano: amores no correspondidos, amistades rotas por agentes externos, en este caso la audiencia que separaría a Judith de Desi, y protagonizado también por traiciones inesperadas. Gran Hermano 4 contó con una atmósfera flower power que convirtió a la edición en una de las más deliciosas de la historia de este reality.
Pero hagamos memoria. Por primera vez en Gran Hermano, el ganador de la prueba semanal, contaba con la posibilidad de restar un punto de las nominaciones de alguno de los nominados, haciendo esto variar la lista definitiva en muchas ocasiones. Los concursantes debían subir unas escaleras para dirigirse a la sala superior de la casa, y así poder entrar en el confesionario y ejercer su derecho más preciado, el de pronunciar los nombres de sus candidatos para abandonar el juego. La primera lista de nominados estuvo compuesta por los nombres de Sonia, Rafa, Inma y Rocio, siendo de nuevo una mujer la primera víctima de la audiencia: Sonia Arenas fue la primera expulsada con más de un 50% de los votos. Su pintoresco carácter y la relación que mantuvo con su compañero Gustavo, fueron las excusas idóneas para una audiencia que no perdona la extravagancia excesiva, al menos durante los primeros días de convivencia donde por falta de conocimiento, el concursante que más sobresale suele pagar el pato. Pero la eliminación de Sonia no fue suficiente para que esta concursante terminara con su aventura en Gran Hermano. Tras salir de la casa, se recorrería varios platos de televisión de mano de la polémica, anunciando un pasado romance junto al consagrado Bertin Osborne; hecho que despertaría ampollas y que lograría que incluso Maria Teresa Campos se pronunciase al respecto. Sonia fue la primera concursante de su edición que logró un puesto de trabajo dentro del medio. Pocos días después de su eliminación, la inolvidable participante ya estaba colaborando en el programa A tu lado junto a Kiko Hernández, de la edición anterior.
Tras la expulsión de Sonia, la audiencia pudo asistir a la creación de unas nuevas tramas que sufrían giros constantemente, manteniendo y acrecentando el interés popular de forma diaria. Fue quizás la edición que ofreció los resúmenes diarios más emocionantes de la historia del programa. Resúmenes presentados, por cierto, por Jorge Fernández. Y es que de esta temporada desaparecen Pepe Navarro, que es sustituido por Mercedes Mila, que vuelve al concurso, y también Paula Vázquez, que cede el trono de copresentador para el vasco modelo.
Entre las tramas citadas anteriormente, destacan las de las relaciones de amor que se crearon dentro de la casa, en especial la de Desirée y Nacho. Es en esta edición de Gran Hermano donde conocemos al polo opuesto de Sabrina, ganadora de GH2. Mientras la audiencia de 2001 fue conquistada por una concursante demasiado prudente, en 2003 la que conquistó a los espectadores fue una participante pasional con demasiado carácter; y es que Desi no se cortó ni un pelo para conseguir su objetivo. Muchos cuestionaron la dignidad de la suiza, pero claro, aquí nace ese eterno debate del significado real de este término. Independientemente de la variedad de opiniones, Desi logró hacerse un hueco en el corazón de los espectadores, convirtiéndose en la segunda finalista de esta edición. Poco le faltó para ser la ganadora, pero otra de las tramas de este concurso le arrebató el trono. Me refiero a la historia de amor y traición entre Inma y Pedro. Debemos recordar que esta peculiar concursante se enamoró en un principio del argentino Matías, el cual se lió con Anna en una tórrida noche, dentro de la piscina, pasando a entablar al cabo de los días, una relación más seria con Rocío. No contento con esto, tras la expulsión de esta última, el seductor oficial de GH4 se enrolló con Inma durante la noche de fin de año dentro del jacuzzi. La audiencia no perdonó a ninguno de los dos, pues en esta historia, había una víctima. Ese era Pedro, amigo de Matías, pero también era ese hombre enamorado capaz de perdonar cualquier fallo de su amor; Inma en este caso. Tras esta traición ahogada en burbujas, la audiencia se libró de ambos, y convirtió a este último en ganador de GH4, dejando a la dulce Desirée en un segundo puesto.
El eslogan de esta edición fue:
Ahora empieza de verdad la aventura de la convivencia. El premio ascendió hasta los 300000 euros.
GH4 fue líder absoluto en todas sus franjas de emisión y el éxito que obtuvo le valió a Gran Hermano para poner en funcionamiento la quinta edición del concurso. Tiempo después falleció uno de los concursantes de GH4, Gustavo, en un accidente de tren.