Pero no perdamos más tiempo queridos. Olvidémonos de aquellos que reniegan de nosotros y obviemos los comentarios de los que denostan un género televisivo tan amado y odiado a partes iguales: El Reality Show. Digan lo que digan y hablen lo que hablen, jamás podrán borrar de la historia lo que ha supuesto este tipo de programas en nuestro país. El Reality cambió el mundo la forma de hacer televisión, por mucho que le pese a Julia Otero. Gracias a este género asistimos a tertulias y corrillos varios gozando del placer de vivir un conflicto de primer orden: La guerra de las presentadoras. Desacuerdos entre la veterana presentadora de 'Sonda y Pañal' 'Qué Tiempo tan feliz' y la conductora de 'Cierra los ojos y duerme' 'Abre los ojos y mira'. Sí, la misma que consiguió levantar el share de las tardes de Telecinco a base de contenidos culturales. Y es que por fin, la imagen idílica de los famosos adorados y elogiados por la crónica social, fue destronada gracias a un grupo de anónimos que supo encandilar a la audiencia. Despertando en cada uno de vosotros aquello que hace que el mundo no se pare: Mucho morbo Sentimientos.
El 23 de abril del año 2000 comenzaba para muchos de vosotros una aventura que poco después formaría parte de vuestras vidas. Nunca antes os habíais involucrado con personas que poco después pertenecerían a una plantilla de gremlins 'personajes' hasta el punto de levantar un teléfono y marcar un número premium de tarificación especial. ¿A que es maravilloso? Yo siempre he pensado que si las elecciones se decidiesen mediante SMS de pago y llamadas a un 806, todo iría mucho mejor.
¿El atractivo de Gran Hermano? Muchos, pero por encima de todos ellos resalta uno: En Gran Hermano, la audiencia es DIOS. Un Dios formado por miles de personas. Un dios que juzga y premia a un personaje totalmente real. Acostumbrados a recibir órdenes, a ser juzgados por las personas que nos rodean, a obedecer directrices del inem de nuestra empresa, Gran Hermano nos proporciona todo el poder a nosotros.
La primera edición de GH estuvo formada por concursantes tan carismáticos como la exprostituta Maria José, el del polo verde Iñigo, Jorge, la segunda exprostituta Mónica, Koldo, La cara caballo Vanessa, la gordita Marina, Mabel, el médico Nacho, Iván, El gallego Israel, la peluquera Silvia, la marginada Ania e Ismael. Ellos fueron los primeros valientes que se atrevieron a ser juzgados por una audiencia masiva. Mucho más tarde seguimos descubriendo verdaderos tesoros que constituían un claro ejemplo de la sociedad. ¿Quién no recuerda a la mítica Inma de Guadix (GHVII) y su gran frase con braga en mano 'La elegancia la llevo yo, y no tu, vieja, que eres una vieja amargada'? Y es que, cualquier persona con gusto y estilo ha disfrutado en su pasado de la magnífica experiencia de decolorarse el pelo al menos una vez en su vida en la peluquería de su barrio.
Pero no podemos olvidarnos de los sucedáneos y de otras delicias televisivas que han nacido a raíz de GH. Si eres de los que se emociona y no se avergüenza de reconocer que les parece más interesante lo que ocurre en 'Acorralados' o en '¿Quién quiere casarse con mi hijo? que la primera plana de 'El País', este es tu sitio, amigo mío.
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