¡Cómo despellejan estos hombres!

Actualmente, Fortu es el centro de todas las miradas. Esto tiene su parte positiva y su parte negativa. El cantante ha conseguido eclipsar a su amigo Nacho Vidal, y es que a pesar de la eliminación de Suhaila, la tensión sigue instaurada en la isla, dejándose notar en incómodos silencios y en conversaciones forzadas. No hace falta aclarar que Fortu ha sido un buen concursante, aunque el abuelo de Nirvana podría perderlo todo por decepcionar solo un poquito a sus seguidores en esta recta final. Es lo malo que tiene hacerlo tan bien desde el principio, que luego bajas el listón aunque sea durante dos días, y te quedas sin maletín. Y es que querer ser un buen superviviente, un estupendo compañero y un maravilloso estratega, como que resulta casi imposible, pues tarde o temprano terminas patinando. No sucede lo mismo con otros concursantes, por ejemplo, esto no ocurre con Nacho, el concursante que nos tiene acostumbrados a sus usos y maneras desde el primer día de concurso. A él, más bien, le pasa todo lo contrario que a Fortu, en cuanto hace algo bien hecho, la audiencia se vuelve loca y le salva. El público exige a unos más que a otros, está claro. La culpa es del concursante que genera unas expectativas que no podrá cumplir, ya que tarde o temprano el estrés que acompaña una recta final, acaba por tumbar cualquier propósito que no se hiciese con pleno convencimiento.

Cuando quedan pocos concursantes, es más fácil para ellos examinar al de enfrente y vislumbrar sus virtudes y defectos. De las primeras, no van a hablar, naturalmente. No dejan de estar en un juego competitivo de mero descarte. El secreto está en quejarse de las debilidades del oponente, y como no, de reforzarlas. Esa tarea es arriesgada, pues uno no se puede ''pasar de dosis'', ya que la audiencia puede darse cuenta e identificar esta actitud como juego sucio. Ese examen sobre Fortu, es lo que están haciendo Christopher, Rubén y Rafa Camino. Estos tres concursantes, ya liberados de todas las mujeres con carácter de la isla, no están dispuestos a seguir caminando detrás del cantante. Los tres quieren llegar a la final y son conscientes de que su compañero les saca ventaja. Si a esto le sumamos que Fortu también se encuentra jugando, haciendo uso del papel de víctima, siempre con rasgos de Robinson Crusoe, obtenemos un cóctel molotov a punto de estallar. En el otro extremo, está Nacho Vidal soltando unas cuantas lagrimas y haciéndose el mártir, al afirmar que siente que su paso por la aventura no ha sido comprendido. Y luego está la agregada, esa que parece no sentir ni padecer y que no guarda reparo en vender en cierta manera a la compañera que ha estado cuidando de ella durante más de dos meses, sí, hablo de Isa Pantoja.

Estamos asistiendo a una recta final cargada de intereses, y con una competitividad que hacia tiempo que veíamos en este reality. Una rivalidad que de momento se vive con pocas palabras y con conversaciones secretas entre unos y otros. Resulta gracioso observar a todos despellejándose en reducidos grupos, puede hacerse uno a la idea de como reaccionaran y el pastel que se armará durante la próxima gala del jueves, cuando todos escuchen lo que piensan unos y otros. La que no pestañeara será Isa Pantoja, pues es la única concursante que no ha recibido criticas esta semana. Es como si diesen por hecho su próxima expulsión, madre mía si supieran que tanto ella como Nacho Vidal están casi empatados. Cualquier cosa puede pasar, aunque no sería justo que Isa llegara más lejos que su contrincante en este juego. Nacho ha jugado un papel fundamental mientras que Pantoja siempre ha participado desde la sombra. No es coherente que siga ahí dentro, cualquiera de sus compañeros se merece seguir más que ella.

Hablando del jueves, creo que sería positivo que el programa decidiera cambiar la prueba del líder. Si la apnea vuelve a estar presente en las próximas semanas, no nos quitaremos a Rubén de encima ni por asomo.