Carmen me mostró su lado más íntimo en una entrevista dividida en dos partes. En esta primera, Lomana me habla sin reparos de como se ha sentido a lo largo de los últimos años tras ser criticada y puesta en duda por muchas personas de este país, y lo hace entregada y sin condiciones.
Además, advierte que una de sus compañeras de concurso "le parece mema y desagradecida", aunque eso podréis leerlo en la segunda parte de esta entrevista. Cabe recordar que Carmen ya participó en un concurso de televisión, "Más que baile", logrando un digno tercer puesto. Es sin duda el momento, de ver a la nueva Lomana dando lo mejor de sí misma en el famoso reality de supervivencia, pero nada mejor que ir abriendo boca con esta entrevista donde Carmen consiguió emocionarme. Espero que la disfrutes.
La gente que dice esas cosas no me conoce, y yo no me puedo pasar la vida justificándome. Yo creo que en los medios he demostrado también como soy y que no tengo ningún personaje creado. Tú sabes que soy natural y que digo lo que pienso, pero la prensa coge la cantinela de la millonaria, la frívola, y todas esas tonterías. Normal pues, que haya muchas personas que se crean esas cosas, pero la realidad es que nunca ha salido de mi boca que yo sea coleccionista de alta costura, ni tampoco he dicho que soy multimillonaria. De todas formas, está muy bien que haya personas a las que le guste y también otro sector que no se sienta agradado . Yo lo único q puedo hacer es intentar demostrar que no soy así.
¿Y no disfrutas en cierta manera de esa leyenda urbana?
(Risas), Pues sí, me divierte, es algo que no me hace daño, aunque hay ciertos momentos en los que me afecta ya que soy una persona muy seria. Estoy muy comprometida con las cosas que ocurren y que afectan a mi país. Algo que por ejemplo voy a echar muy en falta, es la información política, pues está el panorama muy tenso. Me preocupo mucho por ello y también de todo lo que afecta en menor o mayor medida al cuadro social; por eso me molesta que a veces me tachen de tonta, porque de tonta procuro tener lo justo.
Estoy harta de los tópicos y de los que se atreven a afirmar que voy a fiestas sin que me inviten. Miguel, voy a más fiestas de las que me apetece, bien porque las organizan amigos o agencias de eventos a las que aprecio, y no me parece justo decir que no. Me sobran las invitaciones, y no precisamente desde que soy conocida mediáticamente por salir en televisión.
Cuéntame como era tu vida antes
Quiero retomar el tema anterior para poder terminar de aclararlo: yo acudía ya a muchísimas fiestas cuando estaba con mi marido, pues él siempre hacía mucha vida social, sin embargo yo nunca he presumido de ello. Hay gente muy mala que no soporta que una mujer sola, llegue a Madrid y se haga un hueco. Para colmo, muchos de ellos no pueden con el hecho de que yo vaya a todas las fiestas, porque en el fondo ellos quisieran tener esa posibilidad, pero claro, no les invitan. Las acusaciones de este tipo de gente son típicas del carácter español; de todas formas, me gustaría que hiciéramos una reflexión Miguel...
Por supuesto
¿Si yo fuera un hombre viudo, crees que muchos de los que me critican hubieran lo hubieran hecho?. Yo nunca pensé en salir en televisión, lo hice por hacerle un favor a Lujan Arguelles. Luego no paré de recibir ofertas y como vi que no me disgustaban los medios de comunicación, fue cuando decidí cobrar por mis intervenciones televisivas. Busque un representante, José Muro, y fue ahí cuando empezó mi carrera de manera seria, pero yo antes ya había hecho cosas gratis en la tele.
Sí, lo pasé realmente mal, soy una persona fuerte pero también muy frágil. Necesité un tiempo; a mi me había pillado todo el tema televisivo por sorpresa. Sufrí mucho porque no entendía muchas cosas. Fue necesario descansar y reflexionar.
¿Por qué cosas sufre Carmen Lomana?
Empatizo muchísimo con el dolor de los niños. No puedo soportar el sufrimiento de los más pequeños. También me desgarra la deslealtad, la mentira. Creo que todos actuamos en el fondo esperando un feedback; no es que haga las cosas para que me las agradezcan, pero no sé, a veces me siento decepcionada.
La deslealtad se ha cebado contigo...
Bastante, y lo peor es que han sido desleales personas cercanas a mi, que es lo que me hace sufrir. No me hacen daño los comentarios de por ejemplo, usuarios de twitter. No me conocen, no les conozco, pero sí me duele bastante la hipocresía y la traición de las personas a las que yo tenía en consideración y a las que trataba con cariño. No termino de acostumbrarme y ojalá nunca lo haga, pues entonces tendría un corazón de piedra.
Siempre, (risas), yo no concibo vivir sin el entusiasmo, sin el coqueteo. Es algo que necesito en mi vida, aunque de ahí a enamorarme...
Y para enamorarte, ¿Qué es lo que le hace falta a un hombre?
Una buena conversación, que me haga reír, sentirme reflejada en él y sobre todo que tenga buena pinta, (risas). Reconozco que el físico para mi es una de las partes de mi superficialidad. Siempre me he enamorado de hombres muy guapos, con muy buena pinta y muy elegantes
¿Y has encontrado esas cualidades?
Siempre. Tengo un maravilloso concepto de los hombres por eso, porque siempre me he sentido muy feliz en mis relaciones. Tu piensa que yo me case súper joven, era tremendamente feliz y un día mi marido murió en un accidente de coche...
¿Como consigue una persona superar una situación así?. Cuéntame como lograste aceptar que ese cuento de hadas tuyo se había acabado
Yo no se todavía si me he recuperado. Le echo mucho de menos, por eso creo que no me he vuelto a casar. Él era completo, extraordinario...
Le recuerdo cada día. Tenía dos años más que yo, era muy humano, un cañonazo. Era brillante. Tenía un don de gentes enorme. Estuvimos tantos años enamorados el uno del el otro...
Hay parejas que con el paso del tiempo pueden perder esa chispa aunque se sigan queriendo, pero es que yo veía a Guillermo y se me hacían los ojos chiribitas. Estuvimos locos de amor hasta el último día de su vida. Me costó muchísimo resurgir. Estuve cinco años que no levantaba cabeza, no podía soportar ni la música, ni la calle... Me enfadé con la vida, con Dios, me enfadé con todo. Estuve sumergida en la tristeza más enorme.
Llega un momento que el que caes en la cuenta de que no puedes quedarte colgada de la melancolía y del recuerdo. El luto tienes que pasarlo, si no lo pasas es que no querías de verdad a la otra persona. El duelo es como un grano enquistado, de color negro; tienes que esperar a que cure, sin prolongarlo demasiado...
Confiésalo: ¿te apoyaron vuestros amigos?
Los que más esperaba que lo hicieran, no. Mi marido y yo teníamos un grupo de amigos con los que salíamos a cenar y a comer, y esos solo me llamaron las primeras semanas. Luego me dieron la espalda, fue muy triste. Creo que fue por culpa de las mujeres, sí. Supongo que veían peligro en mi, como si pretendiese quedarme con sus maridos, (risas). No se daban cuenta de que en esos momentos, lo que menos me apetecía a mi, era verles, ya que todo me recordaba a Guillermo.
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