Amenazas no, gracias

Las amenazas de Mila de abandonar el concurso se han convertido en todo un clásico de esta edición. Anoche, después de que el equipo agua reclutara a Suso, la concursante repetía el mismo discurso de la semana pasada: 'No sé hacer esto, quiero irme y que venga alguien que sí quiera estar aquí. No aguanto la convivencia con esta mujer (Dulce). Suso era un gran apoyo para mí y ya no soporto esta situación'. Como es costumbre, pasaron dos minutos y las lágrimas desaparecieron de su rostro. Su deseo de marcharse había sido otra falsa alarma. Una escena que me temo veremos producirse más a menudo de lo normal. Así hasta que la audiencia la expulse o hasta que la corone como ganadora, quien sabe.

El problema de Mila es que es una concursante de fijaciones; hasta que no acaba con su presa no descansa. Y es que aunque Dulce no inspire confianza, sus compañeros se lo están poniendo a huevo al hacer un juego tan torpe. Hasta la propia Mila se está dando cuenta de lo desproporcionada que ha sido su actitud durante la última semana. Fue por este motivo que intentó rebajar la tensión durante las nominaciones: ''Nomino a Dulce aunque no tenía pensado nominarla. Probablemente no la nomine la semana que viene''. Es evidente que miente y que intenta por todos los medios que Dulce no quede como víctima; algo en lo que ella y sus secuaces han tenido mucho que ver. Los secuaces activos son Víctor y Carla; los mismos que corren a darle bebida isotónica a Mila por un simple vomito. Solo les falta abanicar a su compañera y lavarle la ropa a mano. Luego tenemos un adepto pasivo. Me refiero a Paco; él no se mete en las discusiones pero sí asoma la patita a la hora de nominar: ''Nomino a Dulce porque rompe con el equilibro del grupo''. Hubiera estado bien que el concursante de pasapalabra hubiera terminado diciendo algo como que Víctor Sandoval y Mila Ximénez son muy equilibrados. Hubiera sido la guinda a un pastel necio y disparatado. Una lástima que el peloteo y el desatino estén tapando su otra parte del concurso, la verdaderamente importante en un juego de estas características.

En el otro grupo, los conflictos se van cociendo a fuego lento pero no por ello son menos intensos. Logró salvarse Yola; que aunque no lo parezca, está en el punto de mira de Steisy. Esta última se refiere a su compañera con un menosprecio que no me gusta en absoluto. A decir verdad, la unión de Steisy y Christian me inquieta bastante. Ambos lograron su objetivo anoche que no era otro que ver a Mario nominado. Con Suso como tercero en discordia, deberían echarse a temblar Yola y e italiano si es que este último sobrevive a la nominación de esta semana. Habrá que estar atentos a cómo se desarrollan las cosas en los próximos días, aunque me temo que la olla express de fuego está a punto de estallar.

Y lo mejor de la noche fueron las escenas en las que Miriam y Yurena andaban por la playa sin apenas fuerza. Desterradas y empapadas, me inspiraron gracia y a la vez ternura. Supongo que la semana que viene se pondrá en marcha la mecánica en esta playa ya que la audiencia tendrá que expulsar definitivamente a los concursantes que llevan saliendo desde hace una semana.

Solo una cosa mas: deberían darle un premio a Víctor. No a Sándoval, sino al garífuna que lleva conviviendo con Yurena una semana y con Miriam desde anoche. Me deja perplejo tanta desesperación y tanto drama. Y aunque a veces me divierte tanto momento surrealista, también me apena ver como algunos no tienen el más mínimo espíritu de supervivencia. Es por esto último que prefiero que esta semana se salve Mario; deben ir saliendo los que no quieren sobrevivir. Es urgente recuperar la esencia de un formato que tan buenos momentos nos ha dado. Por mí, Víctor Sandoval y Dioni pueden ir desfilando.