A mi también "me gusta" "Alaska & Mario"

Aunque la MTV no ha arrancado con mucha fuerza en España, sus esfuerzos por aparecer en las listas de audiencias de la TDT nos regalan algunas joyas de la tele actual.

Spain is different, por eso adaptaciones como "Next" o "MTV Tunning España" nos dejan con mal sabor de boca. Es más, no nos engañemos, por mucho atrezzo que añadamos (gorras cruzadas, tatuajes, dilataciones etc), el tuneado español no deja de ser un SEAT 600 al lado de las maravillas americanas.

Aun así, y aunque la audiencia no responda como debería, la apuesta de producción propia de la MTV para España rebosa calidad, realismo y buen sentido del humor. Gran parte del mérito se lo debemos sin duda a sus protagonistas, a los estrambóticos Alaska & Mario, y a su disposición a abrirse y olvidarse de la cámara. De hecho, Alaska & Mario superan en naturalidad a cualquier programa del "boom" de los callejeros (callejeros, españoles en el mundo, programas varios de Samanta Villar, comando actualidad, casas diversas en la Sexta etc). Incluso los supervivientes de la fantástica Raquel Sánchez Silva están más pendientes de la cámara que nuestros amigos de la MTV.

Yo quiero ser amigo de Alaska & Mario... o como mínimo un conocido. Esta es mi conclusión final después de cada programa. Probablemente MTV USA esté desesperada buscando dos personajes tan atractivos como los nuestros, pero ya les adelanto que les será imposible. Alaska & Mario no son sólo ellos, son también su entorno (ellos y sus circunstancias como diría Gasset). Alaska & Mario son la madre de la primera, son Carmen Lomana, son el "Qué Maravilla" y el "A quién le importa", son la hermana de Mario y el resto de las nancys rubias, son las cervezas de Mario y los tacones de Alaska, son la COPE y el Orgullo Gay, F.J los Santos y Viviana Fernández, son su asistenta y Pitita, y sobre todo, sobre todo, son su casa. ¡Si! ¿Quién le dijo no al rojo?, y al resto de colores de su misma intensidad, ¿Quién se negó a los oros y a las telas imposibles?. A muchos nos costaría relajarnos con una casa tan... intensa, pero no hay duda de que es su casa, y que la reconoceríamos aunque solo viéramos el cubo de la basura (por las cervezas supongo).

Ahora sólo nos queda esperar que nuestros amigos sigan dispuestos a enseñarse en pijama, sin maquillar, en el dentista, en el dietista etc. No encontraremos una pareja igual para hacer una obra de arte igual, así que...

... cuidadlos gente, cuidadlos.