Dos grandes olvidados

Hay temas que excitan al personal, ha sido evidente en mi anterior entrada al blog al hablar de Tele 5 (y sigo diciendo que tengo pendiente un artículo sobre Jorge Javier Vázquez), pero a veces también hay que pararse a hablar de periodistas (esa especie en extinción hoy día en la televisión) que uno cree que no tienen la relevancia que tendrían que tener para el tiempo (ininterrumpido además) que llevan en televisión, me refiero a Ana Blanco y Jordi Hurtado. Son solo dos ejemplos, seguro que a vosotros se os ocurren más.

En mi anterior opinión sobre Tele 5, entre los comentarios de la gente (me los he leido todos) surgía un tema secundario a la par que interesante: Audiencia de un programa no es igual a relevancia de un programa. Con estos dos presentadores tenemos el más claro ejemplo. No digo que la gente los desconoza, es evidente que no, pero sí que es cierto que no tienen la relevancia que tenían que tener para el tiempo que llevan en televisión, cosechando muy buena audiencias (Ana Blanco es líder y Jordi Hurtado triplica la audiencia media de La 2).

Ana Blanco lleva colándose en nuestras casas a través del Telediario desde 1990. Sí, a algunos os sorprenderá, pero lleva ya casi 20 años presentándolos. Lo más increíble de todo, teniendo en cuenta que trabaja en una cadena pública, es que ha sobrevivido a dos cambios de Gobierno y a un ramillete de Directores Generales de RTVE, TVE e Informativos. Tiene un estilo sobrio, no diría que tan cercano como otros presentadores de informativos, pero sí expresa credibilidad. Ha presentado las distintas ediciones del Telediario: fin de semana, nocturno y donde ya lleva años, la edición de las 3 de la tarde, donde es líder de audiencia.

No solo la hemos visto presentar el Telediario en su versión ordinaria, sino que también ha estado en presentando grandes acontecimientos de los últimos años, desde trágicos como el 11-S y el 11-M hasta estar presente en citas históricas como la elección de Ratzinger como Papa o las últimas elecciones de EE UU. Como a pesar de su trayectoria no se le tenía en cuenta a la hora de la entrega de premios, uno ha podido observar en los últimos años como en algunos casos se ha crea el premio a la mejor presentadora de informativos, al margen del mejor presentador. Así por lo menos se ha hecho justicia con su trayectoria porque de esta manera si ha recibido premios (por ejemplo, este mismo año un TP).

Jordi Hurtado es el otro protagonista de esta historia. Su imagen siempre estará ligada a concursos en TVE. A mediados de los ochenta se hizo famoso por presentar "Si lo sé no vengo", espacio en el que ya aparecía como voz en "off" Juanjo Cardenal, que luego le acompañaría a "Saber y ganar". Este último programa lo lleva presentando de 1997 y ahí sigue, triplicando en muchas ocasiones la audiencia media de La 2. Este es un claro ejemplo de que audiencia no es igual a relevancia. Aunque consultando audiencias uno observa que ayer (30 de julio) a penas hizo un 9'1 de audiencia, en muchas ocasiones ha hecho un 12 y pico. Es decir, que muchas veces ha superado en audiencia a "Sé lo que hicísteis", "Fama", y lo que programara a esa hora Antena 3 y Tele 5, desde luego sin la relevancia de esos programas.

Jordi hace cercano y ameno un programa que se basa en la cultura de los concursantes. Su papel es muy importante porque si no, el programa daría la impresión de que solo puede ser visto por unos pocos elegidos, ya que el nivel de sus preguntas es alto. Es meritorio haber presentado este programa durante 12 años (y lo que le quede) y seguir con buena aceptación entre el público. No se puede decir lo mismo de su relevancia, que es menor a la de otros programas que muchas veces no han estado a su altura en cuanto a audiencia y casi nunca en cuanto a calidad.

Jordi y Ana, dos periodistas, dos profesionales, una especie en extinción en nuestra televisión como decía más atrás. Dos personas que lleva muchos años presentando espacios distintos, pero de calidad, que merecen ser nombrados en un artículo. Es más fácil llegar al personal escribiendo de otros programas y presentadores, se hace demasiado, pero estos deben tener su momento para reconocerles su valía.