Nos acercamos al final y parece que por fin algunos fans de la serie nos ponemos contentos.
El capítulo 70 de 'El Internado' comenzó tal y como dejamos el anterior: con Roque colgado de un árbol. Sin duda fue uno de los momentos que más llamó la atención, asi que ¿por que no volver a revivirlo?.
Todo en el episodio fue bueno, salvo algunos detalles. Mi petición en el anterior post de que los niños dejasen de tener protagonismo en estas últimas entradas no se ha cumplido, pero eso es lo que menos importó en realidad. Paula estuvo fantástica en estado de "shock" (si se dice así).
Jacinta dio a conocer a la entrañable Alicia (la policia secreta de la que todos confiamos) que Elsa había muerto. Por un momento, el personaje de la buena poli pareció dar la vuelta cuando pronunció unas frases con un martillo en la mano muy cerca de Max: "Sería una pena que...". Lo que hubiese sido una pena es que éste gran personaje que cuajó a la perfección en la serie nos hubiese dado esa sorpresa pero ¿quién sabe si no nos la dará en el último capítulo?.
Un fallo garrafal que Alicia dijese eso, la verdad, pues es la típica frase para delatarse. Segundos después apareció Amaia, que ahora resulta que es nieta de la abuela nazi que se atraganta al hablar. Esa fue una gran sorpresa, lo engañados que nos tenía. Tan engañados, que si echamos la vista atrás no parecía que Amaia fuese mala ni si quiera que lo estuviese disimulando. Otro pequeño fallo, pero que hacía falta la verdad.
Rebeca (mi heroína preferida) sigue en manos de Hugo (al que ya emezamos a aborrecer con su boca torcida), lo que hace que la aventura sea más excitante.
Y por fin llegaron buenas noticias al saber que el uranio estaba en las cajas cojidas por Fermín y Martín, y que los "malos" no se hicieron con las suyas por una vez.
Iván, el pobre, estuvo apunto de morir, y nos dio la sorpresa que lo metieron en la máquina de la radiación gracias a los buenazos de la serie, ya que los indeseados cortaron la luz para que no hubiese posibilidades de que la máquina funcionase.
Sigue sin haber ese estado de apocalipsis que tanto añoro, pero el reecuentro de Irene Espí y Héctor (aleluya, si se dice así) se hizo posible, lo que también es de agradecer.
El capítulo nos dejó grandes momentos, pero todos sabemos que el remate final será en el último capítulo, y si los tiros van por ahí, la serie no decepcionará a nadie.
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