Para que en Gran Hermano en España haya una expulsión, las pruebas deben ser evidentes de posibilidad de agresión tanto verbal como físicamente.
En Italia las reglas cambian un poco y a algunos les sorprenderá e incluso jamás lograrán entender que Massimo, el "pitbull" italiano que pasó de intercambio a la casa de Gran Hermano, haya sido expulsado por el simple hecho de blasfemar. Sí, una blasfemia y fuera, como dice la presentadora, una de las normas del concurso es mantener siempre un vocabulario correcto donde los colectivos no resulten perjudicados. La cosa no queda ahí, ya que le muestran las imágenes de cuán lejos ha llegado su blasfemia, a las páginas de todas las tiradas de periódicos del país que tachan sus palabras de inaceptables.
Si esa regla se llega a aplicar aquí en España, no hubiese quedado ni un concursante dentro de la casa por lo que han soltado simplemente por su boca en el confesionario. Reproducimos su blasfemia para que sea juzgada por cada cual. ¿Es merecedora de una sanción como la expulsión directa? Su expresión traducida al castellano es: "Por mi hermana enculo a Cristo".
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