21 Días en la mina.

La verdad es que tenía mucho interés en verlo, porque hasta la fecha, ningún reportaje de los que ha hecho Samanta Villar me ha defraudado.

Este es sin duda el mejor, se ha puesto de manifiesto descarnadamente, las durísimas condiciones de vida de unas personas desheredadas de la fortuna, para las que el día a día es un verdadero triunfo.

En unos parajes inhóspitos, sin ninguna vegetación a 4.500m de altitud, donde parece que Dios no puso la mano, viven como pueden los mineros Bolivianos en condiciones extremas.

Impresionante la historia de Marlene, la única minera que se juega la vida diariamente para sacar adelante a sus cinco hijos.

Para poder engañar el hambre y soportar la altitud, mastican las hojas de coca, como chicle y esos sorbos o tragos de alcohol puro. 'Impresionante".

Como impresionante fue su bajada a la mina, mas bien parecía una bajada a los infiernos, bravo Samanta te lo aseguro, a 80m de profundidad, en un agujero de reducidas dimensiones, van sacando con las manos el barro, del que se extrae el estaño, depositándolo en unos sacos que pesan 50kg, en jornadas que pueden durar hasta 24 horas y despues por un angosto pasadizo, llevarlo a los carros para que lo saquen al exterior. Teniendo en cuenta que la mina tiene unas condiciones de seguridad ínfimas es jugarse el tipo, por unos salarios ridículos pero... es su único medio de vida.

Dentro de la mina impresiona esa especie de saloncito donde hacen la ofrenda al "Diablo", para que les proteja de los accidentes, cómo te hace reflexionar ver que nosotros somos unos auténticos privilegiados, y qué valientes son esas personas que comparten con nosotros el mismo idioma.

Carecen de todo, de agua de lo más indispensable, para ellos poder darse una ducha cada 15 o más días es el mayor lujo .. qué paradoja Dios.

Bravo por Doña Juana machucando piedras, destrozándose las manos literalmente, para encontrar el mineral, el estaño que es su único medio de subsistencia.

Marlene encima tiene que soportar las amenazas de un exmarido alcohólico, que es como acaban todos los mineros al final, de matarla a ella y a sus hijos. Terrible.

Muy triste la despedida, ójala se pueda hacer algo por Marlene, esa valiente mujer y pueda cambiar de vida, tiene sólo 35 años y unos hijos que sacar adelante... tal vez pueda pensar que al menos un rayo de felicidad existe.

Minas de estaño de Bolivia.

Es así de real y de dramático:

Qué grande eres Samanta.

Desde luego, éste ha sido para mi modesto punto de vista tu mejor reportaje, el más duro y por supuesto el más emotivo, enhorabuena.

El próximo que has anunciado es vivir 21 dias como un ciego, desde luego con la peligrosidad del que se ha ofrecido esta noche no ha de ser, eres intrépida y buena periodista. Felicidades.