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"Si me tiran una piedra devuelvo dos piedras. Si me dan un beso devuelvo cinco"

Viernes 25 de Septiembre de 2015 08:30
 

No pudo ser. Maite se convirtió anoche en la primera expulsada de esta edición de Gran Hermano. La tradición de expulsar en primer lugar al concursante que más destaca sigue viva. De nada han servido esos momentos de infarto donde los porcentajes más que apretados transmitían esperanzas a los seguidores del directo, a esos que deseaban que la madre de Sofía continuara todavía en la casa. La audiencia votante, siempre soberana, expulsó a Maite con un 51% de los votos frente al 49 que obtuvo la extremeña. La casa se queda sin su pastora y Sofía sin esa madre que le sacaba los colores de vez en cuando.

Maite ha sido una concursante imprevisible, de esas que tanta falta hacen. Ella conseguía salvar sus errores ofreciéndonos espontaneidad por doquier. No hay que restarle méritos a esta participante, que ha logrado que muchos seguidores de este concurso se conectaran al veinticuatro horas solo por verla en acción.

Que ha cometido fallos garrafales no hay duda. Pero que este programa no debería ser ejemplo para nada ni nadie debería quedarnos clarito a todos. Ni Maite ni ningún otro concursante deben representar a nadie ni defender ninguna causa. No están en la obligación de dar ejemplo de nada a ningún sector de la audiencia, y mucho menos a los niños. Gran Hermano es un programa de entretenimiento y la audiencia que critica las actitudes de sus concursantes deberían limitarse a consumir este formato siendo consecuente con la finalidad del mismo. Me refiero a que lo que busca un forofo de Gran Hermano no es otra cosa que la capacidad del concursante para vivir una experiencia desde la más absoluta desinhibición. Luego ya habrá tiempo para descartar a los jugadores siguiendo las reglas del juego. Explico todo esto porque he leído bastantes tonterías a lo largo de estos días en las redes sociales; a muchas personas que se han escandalizado cuestionando la responsabilidad de Maite a la hora de dar ejemplo a los jóvenes de cómo ser una madre en condiciones, atacándola por sus excéntricas ideas y por sus desafortunados consejos a Sofía. Miren, ni Maite ni Sofía son el ejemplo de madre e hija perfecta ni pretenden serlo. Y evidentemente, muchas personas de las que queríamos seguir viendo a Maite en la casa entendíamos muchas de sus actitudes. Pero ella cumplía con lo importante, al menos en lo que se refiere al programa: era natural, imperfecta, y nos daba contenido. Un argumento diferente al que ofrecen el resto de sus compañeros. Maite no intentaba quedar bien ante nosotros y eso se agradecía mucho.

Su entrevista fue un reflejo de su paso por la casa. No dijo cosas que no sintiera e intentó por todos los medios cumplir con los que aprobamos su actitud dentro de la casa. Dio el juego esperado y participó en el espectáculo sin defraudar. Entre mamarrachada y mamarrachada, soltó un par de frases que lograron conquistar a este servidor: "Si me tiran una piedra devuelvo dos piedras. Si me dan un beso devuelvo cinco" fue una de ellas. La otra se la dijo a su hija durante su despedida desde plató con la casa: ''Hija, eres muy inteligente. Puedes ganar, tu no estas loca como tu madre''.

Maite deja de jugar pero será imposible olvidarla. En tan solo diez días, ha conseguido formar parte de esa lista donde solo tienen cabida los concursantes más recordables de este programa. Ella no será una más, de eso no hay duda.

Tras la expulsión, tocó de nuevo nominar. Amanda nominó directamente a Sofía. Pudo hacerlo por tener en su poder la medalla 'todopoderosa' que es escondida cada semana dentro de la casa por diversos rostros de la cadena. Me atrevo a decir que fue muy torpe esta concursante. No le hacía falta, sinceramente, malgastar ese privilegio para ver a su enemiga nominada. Era evidente que sus compañeros hubieran dado puntos suficientes a la hija de Maite en las nominaciones, pudiendo la andaluza haber elegido a otro candidato directamente.

Destacar los motivos que proporcionó Vera dentro del confesionario a la hora de dar sus puntos. Él nomina por descarte, porque nadie le cae mal. Más o menos lo mismo hace Marta, que nomina a los que ella cree que van a tener muchos puntos para no perjudicar al resto. Que alguien me explique pues, que tipo de jugadores son estos dos al no aprovechar uno de los rasgos fundamentales de este juego como son las nominaciones por miedo a no quedar del todo mal con sus compañeros.

En un principio los nominados fueron Sofía, Raquel, Muti, Ivy y Suso, pero los que habían acertado con sus apuestas respecto a los secretos (Amanda, Sofía, Raquel, Carlos, Muti,Suso y Aritz) tuvieron la posibilidad de eliminar a uno de la lista. El elegido fue Suso. Ni Amanda luchó por salvar a su amiga Raquel ni Carlos se esforzó por salvar a su mujer Ivy. Está claro que Carlos antepone la protección del secreto que guarda con Ivy ante la permanencia de ésta dentro del juego. Curioso dato.

Como último apunte, recordar el secreto que guarda uno de los concursantes y que anoche desveló Mercedes Milá: ''Uno de vosotros lo sabe absolutamente todo sobre Gran Hermano. Es un estudioso del programa. Sabe más que yo''. Yo diría que se refiere a Enrique o a Aritz. Qué empiecen las apuestas.

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