Rosa Benito y Raquel Bollo son algo en este concurso gracias a Carlos Lozano

Salió Julius y el grupo liderado por Julián y Laura sufrió su primera baja. Lo mejor de todo fue comprobar el grado de cinismo al que Rosa Benito y Raquel Bollo nos tienen sometidos. Las dos concursantes fingieron estar mas felices que nunca con el regreso de Lucía y de Javier a la casa, interpretación que chocó con la cruda reacción de Laura Matamoros. La hija de Kiko tuvo que abandonar el salón y dirigirse al cuarto de baño al no poder reprimir las lagrimas. Lagrimas que reflejaban la derrota de una niña caprichosa a la que no le sale bien la jugada, y eso que ella lo ha intentado por todos los medios. Y es que a decir verdad, he llegado a pensar que lo que realmente le pasa a Matamoros es que anda locamente enamorada de Javier Tudela; si no es el caso, me cuesta comprender el hecho de que una persona viva constantemente pendiente de lo que hace otra para encontrar constantemente defectos que comentar.

Lo de Laura Matamoros es indefendible se mire por donde se mire. No me vale ese argumento que algunos utilizan basado en su traumática infancia, porque en ese caso, Javier Tudela no sería responsable de esa situación. Si Laura no es lo suficientemente sensata como para deducir que el hijo de Makoke no tiene porque pagar la frustración que ella lleva acarreando durante años, apaga y vámonos. No obstante, cada día me resulta más tedioso tener que seguir a esta concursante dentro de la casa. Me cuesta encontrar algún momento en el que Laura este alegre y el nombre de Javier no se encuentre instalado en sus labios. Como participante de Gran Hermano, Laura representa una ristra de adjetivos donde los negativos superan a los positivos por mucha diferencia. Javier en cambio, ha sabido acomodarse a la situación actual formando y consolidando alianzas dignas de un reality.

Su relación con Lucía Hoyos es de las más atractivas de esta edición. Ambos están separados por la edad pero son mucho más cómplices que Liz y Sema por poner un ejemplo. La admiración y el respeto entre ambos han sido dos ingredientes con bastante peso en la decisión que anoche tomo la audiencia, de eso no hay ninguna duda, aunque que los espectadores decidieran salvarla no hizo que sus compañeros no volvieran a nominarla. Lucía vuelve a encontrarse en el punto de mira y vuelve a hacerlo con un enemigo. Julián Contreras es el compañero de nominación de Lucía, al que se sumó Carlos Lozano gracias a un buen puñado de puntos. Creo que sobra decir que no es el momento de ver al presentador abandonando la casa. No podemos darles ese premio a Rosa Benito y a Raquel Bollo, más que nada porque ellas son algo en este reality gracias a él.

Sin Carlos Lozano, estas dos concursantes no tendrían trama alguna porque a decir verdad, su trayectoria hasta el momento resulta más que decepcionante.

Y tampoco creo que sea lo más justo expulsar a Lucía, concursante con fuerza donde las haya. Julián, en cambio, no va a ofrecernos mucho más. Ayer se negó a cenar y se fue a la cama con muleta en mano. No es bonito decirlo, pero la única verdad es que Julián no ha rectificado esa imagen de chico triste con la que entraba en el concurso. Dentro de la casa también lo ha sido, de hecho se refiere a algunos de sus compañeros llamándoles ''chavalería'', excluyéndose a sí mísmo del grupo de los jóvenes. Definitivamente, mejor nos quedamos con Carlos y con Lucía, que bastante negatividad transmite ya Laura. Mandemos a Julián a su casa.