Maite y Sofía empiezan a criticar a sus compañeros

Gran Hermano 'diceissshh' se estrenó por todo lo alto. El programa cumplió con las expectativas al regalarnos uno de los mejores casting de los últimos años. Los secretos estuvieron a la altura, misterios que no han sido elaborados únicamente para una gala de estreno, sino que serán la base de la convivencia de los próximos días, asegurándose el programa de esta forma la fidelidad de miles de seguidores que observarán la evolución de los mismos y las reacciones de sus protagonistas.

En esta temporada hay perfiles para todos los gustos, aunque lo verdaderamente importante será esa conexión que debe surgir entre los participantes. De momento, se han mostrado activos durante las últimas horas, ya que no han dormido hasta bien avanzada la madrugada. Muchas de ellas estuvieron elucubrando sobre los secretos que guardaban sus compañeros, aunque fue Han (21 años, Granada) el que se llevó la palma. Minutos antes, fue justamente él el que comunicaba a sus compañeras su orientación sexual, hecho que provocó que Maite (46 años, Pamplona) soltara esa anticuada y trillada frase que tan innecesaria resulta: Yo me llevo muy bien con los gays, como si todos los homosexuales del universo compartieran una única personalidad. Sí señores, aún tenemos que escuchar ciertas mamarrachadas...

Poco después, Han se convertía en el centro de todos los chismes, quizás por ser su enigma el más obvio. Fue Niedziela (22 años, Tortosa) la que más hincapié hizo sobre el supuesto desconocimiento que mostraba Han del español.

Entre impresiones y confesiones, Marta (24 años, Las Palmas) admitió sentirse contenta por haber sido seleccionada en la rueda de prensa para así no tener que contarle a su padre nada acerca de su condición de concursante de Gran Hermano: Mis padres no están juntos, y para él esto de que yo esté aquí es un disgusto, en cambio mi madre, me dijo que hiciera lo que quisiera. También Suso (22 años, Ripollet) admitió haberle ocultado a su padre su entrada al programa, declaración que despertó la curiosidad de sus compañeras, ¿Entonces tu no te hablas con tu exmarido? (A Maite): No.

Y es que a decir verdad, a la falsa mamá de Suso le dio tiempo a todo. Pasó un buen rato vendiéndose a si misma y afirmando saber mucho sobre muchas cosas. Sofía (19 años, Pamplona) observaba a su madre con templanza y cautela, mientras que esta última parecía más la amante de Suso que su progenitora. A él se le ve encantado con la situación, al menos de momento, pero por si las mocas, Maite ya se ha buscado a otro compañero con el que jugar: tu voz me pone un montón, como me gustaría verte la boca, le decía Maite a un Muti (22 años, Sevilla) invisible mientras tonteaba con el sofá.

Que a Maite le gusta llamar la atención es un hecho, nada extraño si caemos en la cuenta del formato en el que la madre de Sofía se encuentra. A ella le gusta exponerse y eso, a los que amamos este concurso nos viene genial. Igual no le convence tanto a su hija, que imagino que también querrá destacar y sentirse especial. Cabe la posibilidad de que Sofía caiga en la cuenta de que probablemente su madre no esté siendo demasiado generosa con ella, pues no parece que a Maite le esté suponiendo dificultad alguna el hecho de ocultar el parentesco familiar. Más bien, parece haberse liberado de una carga que probablemente hubiera impedido o al menos reducido, el claro tonteo que se trae con su hijo postizo. De todas formas, lo que parece que no van a perder madre e hija será esa contundente conexión que surge entre ambas a la hora de poner verde al personal. Sobre las cinco y cuarto de la madrugada, ambas decidieron reunirse en la habitación azul para intercambiar opiniones sobre algunos de sus compañeros. A ninguna de las dos se le pasó por la cabeza la idea de que probablemente sea algo temprano para juzgar al personal. Ambas nos regalaron uno de esos momentos que se traduce en Gran Hermano en estado puro: qué pringada, no aguanto como habla, ¿que se cree?, le decía Sofía a su madre refiriéndose a Marta. Ya, la canaria no la aguanto, qué asco. sentenció Maite. Ambas expusieron sus pensamientos sin prejuicios, dejando a un lado esa cautela que caracteriza a los concursantes durante los primeros días de convivencia. ''Carolina seguro que es hermana del médico (Enrique), tienen la misma napia'', le argumentaba Maite a su hija a la vez que se quejaba de que los concursantes no quisieran todavía dormir.

Maite y Sofía son completamente conscientes de sus palabras y acciones. Saben lo que quieren, que no es otra cosa que estar en el centro del huracán aquí afuera, por eso no mostraron ningún pudor a la hora de montar ese espectáculo de madrugada coprotagonizado por Suso. Maite se las ingenió para enredar al catalán y para dar así paso a su hija a Sofía. Esta última, que no dudó en meterse en la cama de su madre estar cerca del hijo postizo de ésta. No se cual de los tres fue más ridículo, si Sofía por insinuarse de manera tan evidente, si su madre por referirse a su hija como 'la calentorra', o si Suso por estar constantemente pendiente de las imágenes que va a emitir el programa. Lo cierto es que tanto la madre como la hija lograron su objetivo al hacerse con el protagonismo de la noche. En realidad no les hace falta más que eso, pues luego se reúnen a solas para poner verde a diestro y siniestro y ser por fin ellas mismas. Para ellas sus compañeros no son más que meras marionetas. Vehículos a los que manejar para poder llegar a su particular meta de egocentrismo y protagonismo barato.

Mientras esto sucedía, en la habitación contraria Suso, Ivy (22 años, Barcelona), Carlos (25 años, Barcelona) y Vera (23 años, Sabadell) hablaban de los secretos de sus compañeros: Yo creo que Han ha entrado con su novio, decía Suso. Pues yo creo que habla español, porque a la china del plató se le ha escapado lo del secreto'', apuntillaba Vera poco después.

Podríamos decir que la otra cara de la moneda es Aritz (24 años, Santurce). Él es el único concursante que ha entrado sin secretos. En su vídeo de presentación afirmó no haber visto jamás Gran Hermano, declaración que muchos cuestionan en las redes. Yo no voy a no creerle, en primer lugar porque poco me importa si ha visto o no ediciones anteriores de este concurso, y de paso, admito que me da un poco igual si me ha engañado; será por falta de días para descubrir si me gusta o no como concursante. Lo mismo ocurre con Amanda (25 años, Málaga), la concursante que ayer se definió como ''Rubia-pensante''. Por lo visto tiene un secreto, y la verdad es que no tengo ninguna prisa por descubrirlo. Quiero disfrutar de esta edición de Gran Hermano y quiero hacerlo lentamente. Quiero retorcerme de gusto.