Después de tres meses, todavía no me acostumbro a que esta serie nuestra es muy capaz en un mismo capítulo de mostrarnos lo mejor y lo peor, de entretenernos y mantenernos en tensión, pero también de aburrirnos y cabrearnos a ratos... Eso es lo que se podría decir en resumen de este episodio 11, que encara la recta final de la temporada recogiendo a su manera todo aquello que ha ido sembrando. Además, por fin parece que se nos desvela una carta que llevábamos tiempo queriendo conocer.
Después de una semana de descanso, la serie vuelve para ofrecernos las tres últimas dosis de emoción (esperemos), intriga (confiemos), y romance (por desgracia).
En un hipotético Top5 de los mejores finales de capítulo, el de Enemigos y Cómplices sería uno de ellos, sin duda, pero eso no quita que antes de esos últimos tres minutos hemos aguantado una hora en la que no es que hayamos bostezado sin parar, pero ha ido todo a un ritmo pausado, y encima hemos presenciado momentos de bochorno por culpa de un guión que a veces no se sostiene en una lógica adecuada a los personajes.
(este post incuye SPOILERS del capítulo 11)
Arranco con un breve resumen que nos ponga en situación: concluimos hace dos semanas con el tiroteo en la casa de reclutamiento de la yihad, que se saldó con la muerte de la agente Carvajal, y con el malvado Omar detenido, el peligroso Fouad huido, y el joven Driss herido.
Pues bien, ahora todos lloran la muerte de Carvajal... durante cinco minutos aproximadamente (¿?). Es el tiempo que tarda su compañero López en coquetear con Mati. El tiempo que tarda Hakim en servir pastelitos para todos (es el cumpleaños de su enamorada). El tiempo que tarda Morey en darse cuenta de que Carvajal era casi como su mejor amiga... pero no es Fátima, claro.
No tiene mucho sentido este hallazgo entre las cosas personales de la agente fallecida, sobretodo porque en ningún momento previo se nos ha dado a entender que la relación entre Morey y Carvajal fuera tan íntima. Creo que sólo sirve para hacernos empatizar con el dolor por la pérdida, pero al menos en mi caso no funciona, porque me parece metido a capón.
Sigo con Morey. Del romance que sustenta y adorna las carpetas de much@s seguidores de la serie con edad para reventarse espinillas, he hablado (vociferado) mucho en este blog, y siempre en negativo. Enemigos y Cómplices no va a ser una excepción. Todo lo contrario. A la soporífera e irritante falta de quimica entre la pareja, se le junta un vaivén sin sentido "te quiero, no te quiero", "me caso, no me caso"... Y todavía resulta peor cuando comparamos la relación Fátima-Javier, con la mucho más humilde y entrañable que forman Hakim y Mati. Se miran diferente, se hablan sin parecer forzados, actúan sin imposturas, y no parecen estar recitando la lista de la compra cada vez que demuestran que sienten algo el uno por la otra.
Precisamente la pareja de jóvenes policías ha tenido en este episodio un plus de protagonismo que para mí se encuentra entre lo más positivo de la noche. El amago de celos, las miradas de ambos, los desaires de él hacia López... Y por supuesto el final.
Pero antes de eso, mi mayor indignación esta semana viene (como de costumbre) provocada en buena parte por Faruq, protagonista junto a Morey de una secuencia que seguramente habrá molestado a más de un espectador, porque no tiene ningún sentido, por más "fumados" que estuvieran los guionistas cuando la escribieron. Me refiero al supuestamente impune asesinato de El Polaco. ¿De quién?
Desde hace unas semanas nos han ido lanzando pequeñas pistas sobre los negocios de drogas de Faruq y Aníbal, sobre los problemas que ambos capos han estado teniendo con sus envíos robados misteriosamente. El Polaco no es otro que un empleado de Faruq al que éste despide tras el último hurto sufrido con uno de sus cargamentos.
El hombre, desesperado, intenta vender sus servicios al narco rival, pero Aníbal se ríe en su cara. La deseperación lleva al Polaco a intentar cargarse a Faruq. Éste le pega un tiro (en defensa propia, vale, pero lo mata), y Morey, que pasaba por allí para ver a Fátima por octava vez en todo el episodio, accede a hacer como que no se ha enterado... (¿?¿?) Sin palabras me he quedado. Sobretodo cuando una Fátima completamente atontada (no se me ocurre otra descripción) le dice: "No podría darle otro disgusto a mi madre", y "Deja que por una vez Faruq haga las cosas a su manera".
¿En serio, Morey? Decepcionante como poco, la manera en que ridiculizan a un personaje que, solamente cuando está bien lejos de la terrible influencia de su "amada", funciona sin problemas, en especial junto a Fran.
Éste, por su parte, ha tenido pocos momentos para brillar, pero siempre lo hace con pullitas que le escribe alguien que adora a su personaje. Un ejemplo de ello se da en su encuentro con Aníbal, cuando éste le dice que con tanto estrés un día le va a dar algo: "Mándame flores al hospital", replica el policía antes de ponerse las gafas de sol con chulería. Otro puntazo que me ha gustado es cuando está viendo el interrogatorio de Mati a Fouad (que tarda poco en ser detenido), y Serra comenta algo así como "Esa tía lo está haciendo genial". La respuesta de Fran es: "Mati. Se llama Mati. De Matilde". ¡Chapeau, compañero! Un Zas-en-toda-la-boca al insufrible y prepotente jefecillo del CNI (genialmente interpretado por Pau Durà).
¡Ay, amiga Mati, que por fin has tenido tu momento de gloria!
Ha sido tu cumpleaños, has llevado a cabo un buen interrogatorio, que incluso ha merecido la felicitación de tus superiores, y aunque te toque hacer horas extra, tu novio te va a esperar en casa con una cena para chuparse los dedos... O eso parece, porque a pesar de que te has llevado los mejores momentos del capítulo, parece que las cosas se te tuercen en el último momento.
¿Qué ocurre con Hakim? ¿De verdad es el terrorista infiltrado en la comisaría? ¿El que decía "me llamo Joaquín", el que gritaba "yo soy español"? ¿El mismo que casi lloraba de emoción al narrar cómo Fran le había evitado una vida de delincuencia? Buffff... Esperaré a la próxima semana, cuando nos hayan dado más datos, para valorar si me gusta o no este giro de guión, si lo compro o, por el contrario, lo encuentro un producto de saldo y engañoso.
Aunque estaba claro que Quílez no era culpable de jugar a dos bandas, me ha sorprendido enormemente averiguar quién está detrás de la desaparición de las pistolas, quién es el culpable de facilitar la labor de los yihadistas robando cargamentos de heroína, quién se esconde tras el pasamontañas...
De haber ocurrido este descubrimiento hace tres o cuatro capítulos, pensaría que en realidad es una nueva vuelta de tuerca, que Hakim se ha infiltrado entre los integristas para sacar información que ayude a sus compañeros policías, pero... a falta de sólo dos episodios para llegar al final de temporada, algo me dice que no hay vuelta atrás. Que Hakim es "uno de los malos", que Mati lo va a pasar fatal y que su alegría va a ser de lo más efímera. ¿Tanto como para morir matando? Lo lamentaría sinceramente, porque al excluir todo lo que hace o dice Fátima porque la aborrezco como personaje, para mí son muy pocos los intereses femeninos que aparecen en esta serie, y eso da rabia.
Pero no nos adelantemos. Y despidamos el post con una sonrisa.
Los qataríes estarán contentos al ver que sus empresas (entre ellas una denominada F.C. Barcelona) no se han visto ligadas al terrorismo islámico, ya que el joven Driss perdió el priviliegio de portar su publicidad cuando decidió ponerse a rezar junto al malvado Omar. Ahora que ha vuelto al redil de "la gente de bien", Morey le premia con una camiseta igual a la que no se quitó durante 7 capítulos.
"No es la mía", dice el muchacho. No, hijo, no lo es. Ésta la han pagado.
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