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Punto de Inflexión

Viernes 6 de Enero de 2012 20:52
 

Es por todos conocido que, durante la última década, la suerte de España en el festival de Eurovisión ha brillado por su ausencia, especialmente a partir del 2005. Los motivos de ello son muchos, en gran parte la escasa calidad e innovación de nuestras candidaturas, así como un desinterés generalizado por parte de TVE. Sin embargo, hace unas semanas una noticia nos sorprendía a todos. Tras varios años sin recurrir a este método, el ente público se decantaba por utilizar la elección interna -hecho que no ocurría desde 2006, cuando España envió a 'Las Ketchup' a Eurovisión, dejando de lado el modelo de preselección al que tenia acostumbrada a la audiencia.En principio, y como consecuencia directa del resultado de la última selección interna, la noticia era para echarse a temblar. Y es que la canción del 'Bloodymary' no pasará a la historia por su calidad precisamente. Aun así, días después se anunciaba que sería Pastora Soler la encargada de representarnos en Bakú.

Con esta decisión, se abría la puerta a un hecho que por parte de los seguidores del certamen se venía exigiendo, y resultaba a su vez esperanzador: después de tantos años de amateurismo, un artista consagrado y con tablas en el escenario sería la imagen de España en Eurovisión. Y es que Pastora Soler, con 8 discos en el mercado, varios premios en su haber y una dilatada carrera, posee experiencia suficiente y es, por tanto, garantía de un gran directo, una presencia intachable y una dignidad musical que España ha necesitado muchas veces.

Sin embargo, todos sabemos que Eurovisión es un festival de canciones. ¿Esto quiere decir que la canción es lo más importante? Muchos afirmarían rápidamente que sí. Personalmente, tengo mis dudas. Es indudable que, en 3 minutos de actuación, la melodía, la letra, el ritmo y mil factores han de alinearse en perfecta armonía para convencer a millones de espectadores y proclamarse canción ganadora. Es cierto que el tema posee una importancia vital en el certamen. Pero yo soy de los que piensa que Eurovisión es un concurso de 'equipos'. No gana una canción, como no gana un cantante. Gana la combinación de ambos. Ridículo sería enviar a Pastora Soler cantando 'Satellite', del mismo modo que lo sería Lena cantando 'Follia D'amore'.

Por esa precisa razón tenemos medio camino hecho. Nos queda el otro medio, posiblmente el más complicado. ¿Cómo de diferente hubiese sido el papel de Lucía Pérez en Eurovisión si hubiese cantado 'Abrázame' en lugar de 'Que me quiten lo bailado'? Con esta pregunta se plantea un tema que enfrentará posiblemente a muchos seguidores del festival. ¿Hemos de buscar una canción acorde al festival, o una canción acorde al artista? Personalmente no me cabe duda alguna, es vital encontrar la canción idónea para el artista. De nada sirve una canción eurovisiva si no pega ni con cola con Pastora. Es más importante la dignidad musical, que se sienta cómoda, segura, y que realice una gran actuación, que enviar un tema acertado que no exprima al máximo las cualidades de nuestra candidata. Y es que para ganar Eurovisión canción e intérprete han de ir en perfecta sintonía. La pregunta es ¿sabremos escoger la canción correcta?

Podéis leer más sobre éste y otros temas en 'El Eurovisor Spain'.

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Sobre este blog...

Un blog creado para tratar todos los temas relacionados con el certamen de Eurovisión desde un punto de vista crítico, tratando de analizar los diferentes puntos de vista de cada noticia.
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