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Músculos repletos de sangre y erotismo imperial en el piloto de 'Spartacus'

Miércoles 4 de Agosto de 2010 18:19
 

Lucha, amor, poder, erotismo, músculos y sangre, mucha sangre. Ésos son los principales ingredientes de 'Spartacus: Blood and Sand', que ha finalizado su primera temporada en el canal de cable Startz. Desde el punto de vista del guión, el primer capítulo cuenta con todos los elementos que se atribuyen como imprescindibles en un piloto, aunque algunos de ellos están mejor desarrollados que otros. Una historia de amor, conflicto entre protagonista y antagonista, motivación del personaje principal o secundarios con peso en la trama principal componen la espina dorsal del capítulo. Por su parte, los efectos especiales abundan a modo de sangre que fluye a borbotones con claras reminiscencias de Matrix.

Espartaco (interpretado por Andy Whitfield), esbelto y apuesto, goza de un protagonismo que resulta un tanto excesivo ante lo plano del personaje. Es honrado y valiente, ama a su mujer y poco más se sabe del personaje homónimo de la serie. Enseña más abdominales que su propia psique como personaje. Los guionistas han primado, al menos en el piloto, al Espartaco luchador frente al Espartaco que ha visto como se llevan a su esposa a rastras. El espectador, por tanto, no distingue la violencia de Espartaco, presuntamente heroica, de la que proviene de los "auténticos" malos. La historia de amor, bien presentada en su planteamiento aunque insustancial en su desarrollo, será sin duda el eje de la temporada al tiempo que la motivación principal de Espartaco para sobrevivir como esclavo. Entre ambos protagonistas hay química tanto desde el punto de vista interpretativo como en el plano sexual y físico. Es la trama que otorga más calidad al piloto.

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Otro de los personajes más interesantes es Léntulo Batiatus (encarnado por John Hannah), director de una escuela de gladiadores, ambicioso e instigador, y próximo al círculo del senador de la ciudad. En una hábil jugada política decide comprar a Espartaco como esclavo, una vez comprobadas sus impresionantes habilidades físicas, y transformarlo en gladiador al servicio de la grandeza romana. El resto de personajes secundarios son bastante insustanciales y predecibles en exceso. No hay un gran malo malísimo o algún personaje con un cierto halo misterioso. Por otro lado, la mujer de Batiatus tiene potencial, siempre y cuando extremen el personaje y la hagan mucho más mala de lo que ya parece.

Uno de los elementos distintivos de la serie es la realización, sobre todo en el tratamiento de la sangre derramada a cámara lenta, con colores vívidos y torsiones corporales imposibles. Es original pero abusivo para tratarse del piloto. El exceso de glóbulos rojos le resta espectacularidad a la serie ante las sucesivas repeticiones y de este modo parecen escenas idénticas a ojos del espectador. Aún me falta ver cómo evoluciona la primera temporada, pero la impresión inicial es que los guionistas se decantan por presentar una serie de acción y lucha que sustente la línea dramática principal mientras que sitúan las relaciones personales en una plano quizás demasiado secundario. En mi opinión la serie brillaría más si fuese al contrario.

Músculos repletos de sangre y erotismo imperial en el piloto de 'Spartacus'

Lenguaje no clasista y erotismo justificado

Los decorados, a excepción del circo, resultan insulsos y con demasiado olor a set, y reflejan una débil recreación de la vida ostentosa que caracterizó al Imperio Romano. Esta sensación de artificialidad solo se contrarresta por el buen y original uso del color y de la luz, creando una marca cromática propia. Un buen ejemplo es la escena del reencuentro entre Espartaco y su esposa antes de ser capturados.

Otro detalle que ha llamado mi atención es la ausencia de clasismo en el lenguaje y la abundancia de expresiones del tipo "fuck" o "your ass" más propias de la sociedad de la información que de una república imperial que se remonta muchos siglos atrás. De nuevo, se reduce la credibilidad y los personajes quedan deslucidos. En contraposición, el erotismo sí es abordado con esmero y justificación dramática. Romanos y romanas enseñan cacho para deleite de los espectadores. Es otro de los aspectos imprescindibles para este tipo de series y funcionan muy bien como complemento al desarrollo de la historia personal de los personajes. En este sentido, el resultado ha sido todo un acierto.

Músculos repletos de sangre y erotismo imperial en el piloto de 'Spartacus'

Para finalizar os doy mi veredicto, más positivo que negativo. En el lado de las oportunidades la serie cuenta con potencialidades como los dos enamorados (alejados el uno del otro), las luchas políticas y la personalidad de Espartaco, aún por mostrar y evolucionar. En la lista de las debilidades están casi todos los secundarios que funcionan como meros arquetipos, la escasez en la recreación histórica y el abuso de los sanguinarios efectos especiales. Emitiré mi sentencia final cuando vea la temporada completa y, como en el circo romano, moveré el pulgar hacia arriba o hacia abajo

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