Tronos 4x05: Primero de su Nombre

Nos quedan cinco capítulos antes de volver al modo stand by, ése en el que los fans de Juego de Tronos nos pasamos 42 semanas al año echando de menos la serie, especulando sobre ella, y recibiendo informaciones a cuentagotas... Con este episodio concluye la mitad de la temporada, y lo hace de un modo sosegado (al menos hasta los últimos 16 minutos, donde vamos a un muerto por minuto). Cruzamos el meridiano con calma, sin escenas polémicas, sin enervar en exceso a los lectores ni a los no lectores, mostrando escenarios y personajes que llevábamos tiempo sin ver, plantando semillas que darán frutos en breve, y desvelando algún secreto inesperado (a pesar de que para muchos no vaya a resultar relevante porque alude a hechos de un pasado muy lejano en nuestra memoria de la serie).

Pero no nos equivoquemos, porque éste no ha sido un capítulo de relleno, con Game of Thrones y sus 10 píldoras anuales eso sería imperdonable. Digamos que tanta calma aparente no significa que no haya ocurrido nada, sino que se avecinan nuevas tormentas...

El "bebé" Tommen se ha convertido en "el Rey de la casa [Baratheon]"

Arrancamos con la coronación del nuevo mandamás de Poniente, ("tú vas a mandar, pero cuando yo te mande que mandes", como suele decir el payaso Chopete, y como bien saben el abuelo Tywin y toda la corte); y frenamos 52 minutos después frente a las llamas de un fuego que evitará la creación de nuevos Caminantes Blancos. ¡Vamos a ello!

[este post NO INCLUYE SPOILERS FUTUROS extraídos de las novelas, ni desea incluirlos en sus comentarios]

Cersei ha sido quizá la protagonista más presente en este Primero de su nombre, tal vez porque ella es la que engendró al nuevo Rey. O, lo más probable, porque a la que hasta hace poco era una fiera leona que desgarraba a sus enemigos, la muerte de Joffrey la ha dejado gravemente tocada. Da la sensación de que intenta encontrar su nuevo lugar en el mundo. Parece aceptar y acatar finalmente que su boda con Loras Tyrell es lo mejor para el reinado de su pequeño Tommen, y además la vemos preocuparse, después de bastante tiempo, por lo que le estará pasando a su hija Myrcella, que recordamos fue enviada por Tyrion a Dorne, junto a la familia de Oberyn Martell.

Sí, algo le ocurre a Cersei, tal vez por eso se acerca a su nuera (pasada y futura) con el gesto tan contraído como de costumbre, pero menos amenazante de lo que es habitual en ella. Incluso en algún momento se permite el lujo de sonreír.

Observando al nuevo Rey ocupando su trono por primera vez, recibiendo los respetos y alabanzas de todo el mundo, Cersei conversa con Margaery, admitiendo la crueldad de su difunto hijo, y de algún extraño modo (como todo lo que esta mujer hace contra su voluntad) le pide y a la vez le da su consentimiento a la joven para que se case con Tommen cuando el luto por Joffrey sea sólo un recuerdo.

Otra madre (en este caso de dragones, y también mhysa) que sufre y se preocupa por sus numerosos hijos libertos es Daenerys Targaryen, que curiosamente será la "primera de su nombre" si alguna vez llega a sentarse en el Trono de Hierro. Daario Naharis le ha conseguido suficientes barcos para lanzarse al ataque contra Desembarco del Rey, pero también le llegan malas noticias de Yunkai y Astapor, las ciudades que ha liberado en su camino hasta Meereen, por lo que decide sin dudar que Poniente ya no le corre tanta prisa.

Considero que son escenarios de transición porque están en mitad de ninguna parte, porque los personajes deambulan por ellos a la espera de que les ocurra algo relevante, y un poco también porque no aportan gran cosa a nivel argumental (aunque siempre es un gusto conocer mejor a cada miembro de esta gran familia que compone la serie).

Arya y El Perro siguen cabalgando hacia algún lugar: ella afirmando sin rubor que desea matarle; él no sólo no parece preocupado, sino que se permite la chulería de darle una lección. A mi parecer, llevan ya demasiado tiempo vagando por parajes sombreados, tal vez es hora de que aparquen sus posaderas en una trama más interesante.

Brienne y Podrick, por su parte, llevan menos tiempo siendo compañeros de viaje, pero parece que van avanzando más a nivel de relación humana. Ella empieza a entenderle, puede que incluso a respetarle en su mediocridad, y el muchacho pone todo de su parte para ser un escudero servicial. Su periplo por estos escenarios de transición también se nos antoja largo, por lo que se agradecería una elipsis de uno o dos capítulos antes de volver a saber de ellos.

Ya desde la lectura de las novelas me impactó el modo en que se describía este escenario, y ahora nos lo muestran de un modo más fantasmagórico que en la segunda temporada.

Es todo el tiempo de capítulo que necesitamos para que los guionistas nos sirvan, junto a una bandeja de dulces, el reencuentro con Lysa Tully (la desequilibrada tía de Sansa), también con sus perturbadoras neurosis y arranques de histerismo. El Nido de Águilas, esa fortaleza que, como bien le describe Petyr a Sansa, es practicamente inexpugnable por el modo en que está ubicada, ha seguido alimentando en Lysa la psicosis de que los Lannister desean verla muerta, a la que se suma ahora una nueva paranoia: que su recién estrenado marido (un Meñique que no se esperaba la boda exprés) en realidad está enamorado de Sansa, y que hasta la ha dejado preñada (¿?).

Aunque esto último no sea cierto, tiene razones la chiflada para desconfiar de Petyr. Todos sabemos que tenía una obsesión casi enfermiza por Catelyn Tully, y que ésta ha revertido ahora en su hija Sansa, su supesta protegida... También anda por ahí el pequeño Robert Arryn, menos débil aparentemente, pero igual de canijo. No he comprobado si el joven actor que interpreta al hijo de Lysa es el mismo al que vimos chupando de las tetas de su madre siendo ya un crío crecidito. Si lo fuera, podemos decir que en casi tres años no ha dado ni de lejos el estirón que han dado sus compañeros infantiles del reparto.

Pero si hay algo que sin duda sorprende en estas secuencias del Valle de Arryn, es la conversación que mantienen Lysa y Petyr en cuanto se quedan a solas, conversación que el hombre acaba silenciando con un beso. ¿Y de qué han hablado? De esto.

Seguro que no somos pocos los que seguimos recordando el primer episodio de la serie. Las primeras imágenes que vimos en Desembarco del Rey fueron las del funeral de Jon Arryn, por entonces Mano del Rey Robert y esposo de Lysa Tully... Pues bien, la mujer poco menos que confiesa que fue ella la que envenenó a su propio marido e hizo creer a los Stark que la muerte de Jon fue causada por los Lannister. Y lo hizo asesorada por Meñique. No sé si en algún momento del futuro esta revelación tendrá consecuencias, pero por ahora nos sirve para extraer una pequeña piedra del enorme saco de culpas con el que cargan los Lannister.

Hasta ahí nos conduce la última secuencia (de nuevo larga) de este episodio, que hemos cerrado en el mismo lugar que el anterior, rodeados de nieve y muerte. Si en el 4x04 (Guardajuramentos) la Muerte caminaba y secuestraba bebés, en este capítulo es una muerte mucho más mundana, de cuellos rotos y espadas que atraviesan gargantas...

Poco ha durado Locke como espía de Roose Bolton en el Muro. Tras ganarse la confianza de Jon Nieve con más buenas intenciones que argumentos, el asalto al Torreón de Craster le presenta la ocasión propicia para cumplir con su verdadera misión: llevar a Bran ante su señor para que éste lo pueda utilizar como moneda de cambio con los norteños, a los que traicionó y cabreó matando a Robb Stark en La Boda Roja.

Pero Locke no contaba con un detalle, y es que el joven Bran demuestra que ser un tullido no significa ser incapaz de defenderse, sobretodo cuando tienes cierto poder, y tu mejor y más fiel amigo es un gigantón.

Hodor siendo invadido por Bran mietras piensa: "Hodor"

Al final, la encarnizada pelea entre los Hermanos Juramentados y los desertores de la Guardia de la Noche se salda con la muerte de cinco cuervos y los once traidores okupas. Y del Torreón nos despedimos, ya que las huérfanas-viudas de Craster desean verlo quemado.

Si la semana anterior muchos lectores nos habíamos sorprendido por el giro que podía dar la historia con el secuestro de Bran y el posible rescate de Jon, en este episodio las aguas han vuelto a su cauce. Por lo que parece, el bastardo volverá al Muro para preparar las defensas contra los salvajes que les acechan, y el Príncipe de Invernalia seguirá su camino hacia tierras inexploradas, en busca del cuervo de tres ojos con el que tanta lata nos está dando.

Creo que hasta el sector más liberal de los lectores habíamos tenido nuestras reservas ante la posibilidad de un reencuentro entre los dos hermanos, pero está claro que determinados asuntos deben seguir la línea marcada para evitar un descarrilamiento total.

Y hoy despido con una curiosidad. Revisando el episodio piloto de la serie, me he encontrado con la primera imagen de una White Walker que nos brindaron los creadores, y la verdad es que no parece tan aterradora como la última que nos han mostrado.