Más de 4 millones de espectadores permanecieron pegados al televisor para despedir la que se ha sido, sin duda, la serie del año en España. Tras 4 temporadas Velvet cierra sus puertas en su momento más álgido, dejando a los fans con ganas de más. En un evento televisivo histórico con casi 15 minutos de emisión en directo, los espectadores pudieron vivir un cierre de telón único que mantuvo a los fans en vilo.
La experiencia fue todavía más completa en la web de Antena 3, con la emisión del plató en 360º desde minutos antes del inicio del directo. Y así, este Ojo pudo ver al increíble Asier Etxeandia corretear frente al perchero nervioso antes de que se iniciase la emisión, como un si hubiese una mirilla por la que observar los camerinos. El espectáculo técnico y artístico fue brutal, con actores entregados y una emoción que traspasaba la pantalla. El evento superó a la trama en sí misma, que quedó relegada a un segundo plano. No había duda de que la historia acabaría en boda y fuegos artificiales, con todas las ovejas junto a sus parejas.
De hecho, los últimos giros de la trama con Rita fueron innecesarios y desconcertantes. Posiblemente se cometió aquí el mayor error del episodio, privando al espectador de ver a Cecilia Freire en todo su esplendor. Pese al giro dramático que el personaje ha tomado esta temporada, en la memoria del espectador quedará siempre la Rita risueña y gruñona que nos enamoró ya en el capítulo uno. Los fans de Velvet merecían una despedida a la altura, acompañados de la Rita que les conquistó. Su último capítulo fue en cambio frío, secundario y entorpecedor, muy lejos de lo que el espectador (y Cecilia) merecían.
Y este ojo quiere aprovechar para lanzar un órdago por Paula Echevarría, que pese a todas las críticas recibidas a los inicios ha hecho un trabajo colosal como Ana Rivera. El personaje ha evolucionado como ningún otro en la pantalla, ganando seguridad y siendo cada vez una Ana más creíble y cercana. Paula ha arrastrado el peso argumental de las 4 temporadas de Velvet con éxito, siendo el pilar de la serie en ausencia de Miguel Ángel y compartiendo todo tipo de registros con el espectador. Para este Ojo, hubiese merecido también un Ondas.
Velvet cierra (de momento) sus puertas, y este Ojo espera que para siempre. Quizás es demasiado arriesgado estirar una historia que en este momento ha sido cerrada de forma perfecta. "Segundas partes nunca fueron buenas", o al menos no tan buenas como las primeras, y seguro que Bambú tiene ideas suficientes para hacer nuevas series a la altura de Velvet.
Se acabaron los bailes en la azotea, las copas en el Pausa y las riñas de de la Riva, pero se queda algo más importante: la confirmación del talento que existe entre los creadores de ficción de nuestro país. Velvet es fruto de la increíble evolución que la ficción televisiva ha vivido de la mano de distintas cadenas y productoras. Esperemos que lo que venga esté, al menos, a su altura.
¡Hasta siempre Velvets!
Necesitas ser usuario registrado de FormulaTV.com para comentar en este blog. Conéctate o haz clic aquí para registrarte