La serie sigue un camino mucho más "oscuro" que sus predecesoras. Tras el descubrimiento del noveno chevron, un grupo de militares y cientificos, con el Dr. Nicholas Rush (Robert Carlyle) a la cabeza, intentarán hacer funcionar un stargate en un planeta inhóspito con una dirección de 9 símbolos. Sin embargo, todos sus intentos fracasan, dado que constituye un desafío extremadamente complicado de resolver. Es por ello que el gobierno decide incluir este problema en un famoso videojuego, con la esperanza de que algún freak consiga resolverlo. El freak en cuestión es Eli Wallace (David Blue), vago aunque genio de las matemáticas y la informática que vive con su madre. Tras un nuevo intento fallido, esta vez con la ayuda de Eli, el complejo donde están investigando es atacado por fuerzas alienígenas. Ante la imposibilidad de que la nave que comanda Samantha Carter los teletrasnporte, su única esperanza de sobrevivir al ataque es huir por el stargate hacia la Tierra. Sin embargo, una revelación de último minuto de Eli hace que llamen con la dirección de 9 simbolos a quién sabe donde. Dado que ya no tienen ocasión de llamar a la Tierra, su única opción es aventurarse hacia lo desconocido. Al otro lado del stargate, una antiquísima nave de los antiguos llamada 'Destiny', situada a millones de años luz de la Tierra. Y a partir de ahora, su meta será sobrevivir, regresar a la Tierra. Por supuesto, y al igual que sucediese con Stargate Atlantis años atras, con los cameos del equipo stargate SG-1 original (Richard Dean Anderson, Michael Shanks y Amanda Tapping)
Con esta premisa, Stargate Universe ha logrado dejarme totalmente enganchado. Los efectos visuales son muy buenos, y la música es magnífica. La atmosfera de tensión está muy lograda. Sin duda, la recomiendo a cualquier seguidor de la ciencia ficción.
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