CAPITULO 3- FELICIDAD MAXIMA

- TOC TOC se puede soy Ylenia

- Si pasa,- dije llorando-

- ¿Qué te pasa Victoria?, ¿es por lo que te ha hecho Samuel?.

- Yle, no lo entiendes.

- Si lo entiendo, ¿estás pillada por él, verdad?, se te nota demasiado.

- Ojalá te pudiera decir que no, pero mentiría, yo lo odiaba, pero todo el odio se ha convertido en amor, no sé que ha podido pasar, yo jamás hubiera pensado estar con un chico como él, es la primera vez que lo confieso, pero me gusta, ojalá pudiera ser algo más..

- Victoria, me gustaría decirte otra cosa, pero es mi hermano, lo primero que él no es un chico de novias, quiere a las mujeres solo para una noche, y mi madre y tu padre, no os dejaría estar juntos, lo entiendes...

- Me lo vas a decir a mí, si en mi clase casi todas han tenido algo con él, y si solo fuera mi clase,, y además es una tontería, nunca podríamos estar juntos, él no querría tener nada conmigo. Y en lo otro quizás lleves razón, nunca nos dejarían estar juntos –dije llorando-

- Victoria, no quiero verte así, después salimos de compras, y te despejas, llama a alguna de tus amigas, que las mías no pueden.

- Gracias, ¿bajamos a comer algo, le digo a Mari, la asistenta, que nos prepare algo?

- Vale, quiero que te animes Victoria, arréglate el maquillaje.

Bajamos y allí estaba Samuel, estaba tirado en el sofá.

- ¿Sigues enfadada conmigo?, lo siento

- ¿Qué me has dicho?

- Que lo siento, no quería haberte hecho daño

- Te perdono esta vez.

- Por cierto, te ha llamado el aburrido

- ¿Quién?

- Tu queridísimo novio, te dejaste el móvil en el jardín,

- Para que lo sepas el aburrido, tiene nombre, se llama Marcos. Y es un amor- obviamente no le iba a decir que llevaba razón.

- Pues como en todos los sitios sea igual de aburrido te compadezco

- No te importa como sea Marcos, y además no lo conoces lo suficiente....

- Lo conozco lo suficiente para decir que es un muermo de tío, Victoria tú te mereces un hombre como yo, alegre....

- Para el carro, como tú como, que va ligando con todas las tías, como tu como... déjalo me voy a comer y después voy con Ylenia de compras. – me encanta lo que me dijo, era verdad me merecía un hombre como el-

- Me voy con vosotras, y nos llevamos a Hugo.

- Samuel, vamos de compras

- Déjalo que se vengan, pero después no quiero, estoy cansado, vámonos para casa o vamos a otro lado – dijo Ylenia

Estuvimos toda la tarde fuera, Samuel, estaba más amable conmigo que otras veces, estaba más centrado, no se metía tanto conmigo, y hasta me hacía reír. Me compre muchas cosas, y nos paramos a comer en un burguer que había en el centro comercial. Estuvimos toda la tarde juntos, de hecho, parecíamos una pareja, Samuel se pegaba a mi cuando andábamos, cuando volvíamos me día un golpe en la rodilla, y Samuel muy gentilmente me ayudó a caminar, es más se ofreció a llevarme en brazos, y la ultima parte del trayecto acepté.

- Hacéis muy buena pareja –dijo Hugo inocentemente.

Ante aquel comentario todos reímos a carcajada limpia, yo quería a ese Samuel, al que me ayudaba, al que me hacia reír, eso era lo que yo quería, pero cuando estaba con sus amigas era tan distinto. Cuando Hugo comentó, a Samuel se le cambio la cara y puso una sonrisa picarona.

Al llegar a casa papá y Belén, llamaron, les había ido muy bien el primer día, yo me alegraba que fueran felices, tan feliz como fui aquella tarde con Samuel.

Al día siguiente debíamos ir al instituto, y se lo contaría a mis amigas, no se lo creerían, jajajajajaajajja, ellas junto con Ylenia era las que realmente sabían mis sentimientos. Aquella tarde había sido de felicidad máxima, espero que dure mucho tiempo, pero tenía miedo que al día siguiente Samuel, volviera a la normalidad.

Por la noche vimos una película de miedo, y Samuel se sentó a mi lado, y yo aproveché para en las escenas más fuertes, acurrucarme con él, hacia como la que me daba miedo para que me abrazara. Ylenia y Hugo se reían viéndonos.