YURENA SÍ CAMBIÓ

Como un jarro de agua fría. Así me sentó la expulsión de Yurena de 'Supervivientes' tras someterse al televoto contra Paco y Steisy. Aunque la pareja que se queda puede dar mucho juego, eso no evita que la de Barakaldo haya sufrido la enésima injusticia por parte del público español.

La vida mediática de Yurena está llena de obstáculos y zancadillas y esta vez no ha sido otra excepción; la permanencia en la isla apartada del grupo durante meses teniéndose que adaptar a nuevas parejas de convivencia no ha sido suficiente para auparla hasta la final.

Aunque suene a tópico da lo mismo, creo que una gran mayoría de telespectadores estaremos de acuerdo en que Yurena es -como poco- finalista moral. Una persona que es capaz de reponerse de un fuerte bajón tras su llegada al concurso -agravado por ser apartada la primera semana-, que ha sabido adaptarse al medio manteniendo el buen humor y que no olvidemos se deja a miles de kilómetros a lo más importante de su vida con una triste enfermedad, merece un gran reconocimiento. Al igual que merece un gran reconocimiento en su carrera musical.

Sí. Yurena es uno de los pilares esenciales de la música electrónica de nuestro país le pese a quien le pese (aunque esto último sigo sin poder comprenderlo después de 16 años...).

Es una artista con una imagen muy potente y personal, modernista, diva en los escenarios y tremendamente humilde en las distancias cortas.

A estas alturas, no hay que explicar el fenómeno de masas que en el año 2000 supuso su salto a la fama con el maxi 'A por ti' que incluía el archiconocido 'No cambié' (número 1 en ventas durante 10 semanas consecutivas). Lo único que se le puede echar en cara a la intérprete son las formas en que saltó a la fama durante esos primeros tiempos (aunque siempre con exquisita educación en las entrevistas), pero aquello es fácilmente perdonable.

Tras su primer triunfo llegó un álbum completo ('Superestar'), un diamante compuesto por lo mejor del pop de nuestro país (Canut, Berlanga, Miguélez, Nikis...) y amadrinado por Alaska, la reina del electropop patrio. Pero la joya de la corona rápidamente fue vetado de las tiendas por considerarse un escándalo que hiciera sombra a cantantes como Alejandro Sanz y hoy se vende a precios desorbitados como joya de coleccionista.

Este veto es lo más incomprensible que he visto jamás en la industria musical.

Tras el infortunio con el antiguo nombre de Tamara que llevaba usando desde 1990 y los pleitos contra la señora que canta boleros ajenos, cerró esta etapa con un hit cuya letra fue toda una declaración de intenciones y que debería haber sido un himno masivo: 'Yo soy así'.

Tras un breve paseo con un nuevo nombre artístico muy comercial (Ámbar) se ve de nuevo envuelta en la polémica al serle arrebatado otra vez por coincidir con la marca registrada de una cerveza. Fue en 2005 cuando adoptó el nombre definitivo de Yurena.

Y Yurena sí cambió. Volvió tras una temporada alejada del espectáculo con una imagen renovada, un sonido más internacional y unas letras en inglés que la han reafirmado en su trono de diva.

Especialmente, el sencillo 'Go' lanzado en 2012 que estuvo acompañado de un videoclip sensacional, marcó un antes y un después.

Lamentablemente, los prejuicios del pasado han ensombrecido el que estos últimos temas lleguen al gran público de masas pero gracias a internet y a las compañías independientes podemos disfrutar de nuestra diva, de nuestra gatita superviviente, a la que no tengo ninguna duda de que el tiempo colocará en el reinado que siempre ha merecido.