Pekin Express al rojo vivo

Me descolocan las parejas que este año participan en Pekin Express. De pronto me caen bien, y al rato les daba una patada en la espinilla para descargar la rabia que a veces me produce su actitud. En las ediciones anteriores siempre había alguien que destacaba por encima y me apasionaba de principio a fin. Pero este año me ha costado mucho conectar con los concursantes y decidir cuál de todas las parejas es mi preferida. Quizás Marta y Manuel sean mis favoritos, o incluso los azafatos, o Javier e Hilario. Pero es que la actitud del resto me deja demasiado desencajada.

Ayer se fueron las dos amigas cuarentonas, de lo que me alegro bastante, porque yo personalmente no las soportaba. Las veía muy falsas. Y la actitud de ayer de Menchu me pareció bastante patética y me vino a demostrar que muy equivocada no estaba. Como ya sabréis, la segunda mitad de la etapa de ayer la tuvieron que hacer intercambiando las parejas. A Engracia y Manuel les tocó con Menchu, una de las rubias, y Belinda, respectivamente. La actitud de la primera, quien reclamaba todo el rato que Engracia no le llegaba ni a la suela del zapato, me pareció de lo más irrespetuosa. Se dedicó todo el camino a ofender al pobre agricultor, y al final le echó la culpa de su eliminación, cuando llegaron en segundo lugar al punto de reencuentro. Se tiró todo el camino llamándole Encarni, demostrando no tener siquiera un pelín de tacto, y el agricultor, que podía haber dicho de todo, tuvo la suficiente delicadeza de no ponerse a su altura. A Belinda le pasó algo parecido; se echó las manos a la cabeza porque le había tocado el agricultor al que demostró no soportar tampoco, y al final también acabaron de los primeros. Al final parecieron darse una tregua y a Belinda no se la vio demasiado enfadada. Me hubiera gustado ver su cara si al final la eliminan. Puedo entender perfectamente que no te guste que te pongan con una pareja que tú consideres de pocos recursos en la carrera, pero el respeto que vaya por delante, por favor, que nadie tiene derecho a menospreciar a los rivales del modo en el que se ha menospreciado a Manuel y Engracia. ¿En que se basan para afirmar que los manchegos no están ni van a disfrutar la aventura como ellas? Por ellas me refiero sobre todo a las rubias, y a las hermanas vascas. ¿El ser agricultor te impide tener sueños, ilusiones, expectativas de conocer nuevos lugares y culturas y sentidos para disfrutar de lo nuevo y exótico?

Las amigas estas de cuarenta años no me gustaban nada. Había algo en ellas que no me terminaba de convencer, y ayer pude comprobar que era. Tienen muy mal perder. Sonia viajó con Fernando, y como éste tenía la inmunidad se lo tomó con calma, algo que pareció haber contagiado a su compañera de carrera, porque llegaron los últimos y con bastante retraso. Al final la culpa se la echaron a los agricultores, lo cual no me pareció nada justo. Es verdad, seamos realistas, que Engracia y Manuel tienen sus cosas. Y es cierto que ahora ya no me caen tan bien como al principio. Son muy pesados, y hay momentos en los que me resultan demasiado cargantes. Gritan demasiado y parecen llevar una juerga constante que suele rayarme bastante. A veces tengo la sensación de que no son trigo limpio; ya no me gustan como al principio. No llevan comida al campamento, o eso dicen el resto de participantes, lo cual demuestra que en apariencia muy buenos compañeros no son. Pero también hay que reconocer que ellos nunca se han metido con nadie. Van a su bola y todo parece salirles demasiado bien. Porque ya me diréis como se pueden hacer entender sin hablar ni una palabra de inglés. Ayer me enteré que "luz" se decía algo así como "lucky". Sonia y Belinda, son demasiado prepotentes, van demasiado sobradas, lo mismo que los azafatos. La diferencia que yo veo entre estas dos parejas aparentemente muy similares, es que, mientras las primeras aprovechan para criticar en cuanto pueden a todo y a todos, los azafatos tampoco se han metido nunca con nadie. A Sonia y a Belinda las veo muy envidiosas en muchos aspectos, y muchas veces hablan con bastante desprecio de los demás.

Sobre María y Fernando sí que no entiendo nada. Se llevan mal, o mejor dicho, no han terminado de encajar el uno con el otro. Les falta ese punto de feeling necesario como para llevar una buena carrera, pero ni siquiera se molestan en disimular lo mal que se entienden. Y Fernando es lo más soso que he visto en mi vida. Ayer, cuando ganaron el juego de inmunidad, ni siquiera se alegró un poco. Parece que no está disfrutando del viaje, y que todo le da igual. Al poco entusiasmo mostrado por ganar la inmunidad se le une lo apartado que estaba cuando iban en el autobús con las hermanas y los azafatos. A María sí la veo con más ganas de pasarlo bien, y se lo toma todo mejor, pero el pobre chico no termina de encontrar su lugar. Me gusta María, pero es que mucho juego no están dando.

Hilario y Javier también tienen lo suyo. A veces tengo la sensación de que Javier lleva todo el peso en todo lo que hacen, la voz cantante de la pareja (quizás por edad) e Hilario es un mero espectador de todo lo que pasa. Será porque eso de llevar a tu profesor contigo te impone bastante, pero luego es que luego me acuerdo de José y Oier de la primera edición, también profesor y alumno, y había mucha más sintonía entre ellos. Javier lo decía al principio del programa. No son amigos, pero digo yo que se conocerán aunque sea un poco. Ayer vimos a Hilario en toda su salsa haciéndole ojitos a Marta. Fueron pareja en el intercambio, y les vino muy bien a ambos. Por lo menos pudimos ver a un Hilario un poco más relajado. Al final la etapa la ganaron Manolo y Marta. Padre e hija. Son competitivos, lógicamente. Esto es una carrera a fin de cuentas. Pero son buenos compañeros y ya les veo más cómodos. Con el tiempo me han ido ganado y hoy por hoy son mis favoritos.

En definitiva, que vistas ya unas cuantas etapas, mi ranking final sería:

De momento los demás como que me van sobrando. ¿Y vosotros como lo veis?