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Podía haber esperado a que Cuatro terminase de emitir de forma completa la sexta temporada de Anatomía de Grey, pero lo siento. Han tardado tanto tiempo en empezar, que he tenido que ver la temporada una vez más por mi cuenta. Después de muchos altibajos durante todo el invierno, por fin he podido terminar el año, y acabo de ver la Season Finale; aún estoy en shock, dándole vueltas a lo que acabo de ver. Si la temporada estaba siendo en general bastante más floja de lo que estábamos acostumbrados, agarrémonos que llega Shonda Rimes con su pluma despiadada y nos rompe todos los esquemas. Impresionante. Ha sido impresionante.
El capítulo se podría resumir como la historia de un hombre dolido, el señor Clark, el cual ha denunciado al hospital porque Derek, Richard y Lexie decidieron desconectar a su mujer. El hombre decide tomarse la justicia por su mano y deambula por los pasillos con la intención de matarlos a los tres. Se presenta en el Seattle Grace con una pistola y todo un cargamento de municiones, pero la cosa se complica y acaba en una masacre. Entre otros mueren Reed y Percy, dos de los residentes procedentes del Mercy West después de la fusión con el Seattle Grace. Karev es herido gravemente, lo mismo que Derek, y Christina tiene que operar al segundo con la pistola del señor Clark apuntando a su cabeza. Y Meredith, que esa misma mañana había descubierto que estaba embarazada, sufre un aborto en medio de todo el estrés de ver a su amado al borde de la muerte.
Me decepciona un poco el final tan apresurado. Meredith aborta en mitad del quirófano, ¿y ni siquiera le hacen un legrado? Ella ve la muerte del ser que más quiere, aunque luego fuera mentira, y la impresión es tan grande que pierde al bebé, una muestra del dolor que siente, pero queda un poco raro cuando unos minutos después recupera la serenidad y se auto diagnostica un aborto. Tampoco se han cargado a uno de los personajes de peso. ¿A quién le importan Reed y Percy? Quizás fue muy duro ver la impotencia de Miranda al ver que no podía hacer nada por salvarle la vida a Percy. Pero le faltó más tensión; a lo mejor deberían haber dejado a Derek en el quirófano manteniendo el suspense hasta la séptima temporada, como pasó con Izzie y George el año pasado. O mejor, cuando Richard está con el señor Clark se oye un disparo; no saber quien muere también le habría dado más emoción al regreso de la serie en otoño.
Pero me ha encantado una vez más el aplomo de Christina cuando está preparándose para salvarle la vida al marido de su mejor amiga. Esta mujer se derrumba muy pocas veces. Y Ellen Pompeo se ha lucido en la que creo ha sido una de sus mejores interpretaciones en toda la serie. Me ha partido el alma verla entregarse al asesino, decirle que si quería hacer daño a los culpables de la muerte de su mujer lo mejor era matarla a ella. Estuvo increíble. A pesar de estar bastante insulsa toda la temporada, en este doble episodio se ha salido; ha vuelto la Grey más Grey, la que da nombre a la serie. Lo mismo que Sandra Oh y Chandra Wilson. Ojalá ésta última se lleve el Emmy, porque ha estado increíble toda la temporada. Esa Bailey frente al ascensor cuando ya asume la derrota y se sienta destrozada. "Yo estoy aquí contigo, aquí me voy a quedar". Dios, ¡qué momento señores!
Del resto de la temporada no hay mucho que destacar, la verdad. Ha sido un pelín floja. Callie y Arizona (me encanta Arizona) han acabado con un pequeño tira y afloja porque la primera quería ser madre y la segunda no. Al final pudo el amor. El triángulo Christina-Owen-Teddy ha dado bastante juego, aunque a mí Owen es que no me transmite nada y no termino de verle junto a la doctora Yang. Y Mark Sloan, ese rebelde sin causa que me encanta, se ha convertido en padre primero y abuelo después de la noche a la mañana, y eso le ha descolocado bastante y ha echado por tierra su relación con Lexie, la cual acaba temporada diciéndole a Álex que lo ama. Álex, ese hombre abandonado sin ton ni son por su mujer cuando ésta consigue remontar un cáncer que aparentemente la tenía condenada a muerte, ha estado toda la temporada también de un lado a otro muy desubicado. Al final encontró un poco de serenidad al lado de Lexipedia, aunque cuando estaba encima de la improvisada mesa de operaciones montada por Sloan, aún tenía la cabeza y el corazón puesto en Izzie. Y es que los dos vivieron momentos muy duros. Tengo que decir que el abandono de Katherine Heighl de la serie me ha parecido muy feo. Porque la actriz ha estado todo el año jugando al gato y al ratón y al final se ha ido. Yo creía que su ausencia se iba a notar mucho más, pero es que al final no se la ha echado de menos. Es una pena, porque el personaje de Izzie me encantaba, pero hay actrices a las que se le sube la fama a la cabeza y no hay quien las aguante. También me ha encantado el personaje de Teddy. Y me gusta la pareja que ha hecho con Sloan en los últimos episodios, aunque éste sea un cabrón, pero como es mi cabrón preferido, le perdono. Espero que nos den mucho juego en el futuro. Y Webber ha tenido también una presencia bastante imponente esta temporada. Su alcoholismo ha estado a punto de terminar con su carrera, pero ahí estaba Derek para ayudarlo a salir del pozo, aunque éste haya tenido que quedarse con el puesto de jefe de cirugía mientras Richard consigue salir a flote. La última escena conversando con el asesino y sujetando con la mano una petaca llena de Vodka ha sido preciosa. Ha estado a punto de echar por tierra seis meses sin beber, pero al final ha resistido la tentación.
Y ahora sólo queda esperar el comienzo de la séptima temporada. Promete bastante. La tensión que todos los personajes han sufrido en el capítulo final les pasará factura, y nosotros veremos cómo les afecta. Esperaremos impacientes.