¿Eres un manitas?

Cada vez es mayor el número de personas que dedica su tiempo libre a realizar actividades de bricolage. Arreglitos por aquí, arreglitos por allá, los fines de semana es muy frecuente ir al Leroy Merlin y verlo repleto de gente. Me pregunto si toda esa gente va motivada por esos programas como Bricomanía y Decogarden, o realmente es aficionado a la realización de reformas en casa. A mí este tipo de programas me gusta verlos, pero porque me resultan entretenidos; poco más tienen.

Me gusta ver al presentador de Bricomanía, el del nombre impronunciable, Kristian Pielhoff, darnos muy buenas ideas para montar desde un mueble para el vestíbulo de nuestra casa, hasta una piscina en el jardín. Resulta interesante, pero seamos realistas: a veces es un poco desmoralizador ver como te explican que es muy sencillo montarte tu propia piscina (pala excavadora incluida, a ver quién tiene una) cuando la mayoría de la gente ni siquiera tiene jardín en su casa. Con esto quiero llegar al hecho de que no siempre te cuentan cosas facilitas de hacer, por no hablar de los precios de los materiales que emplean. La verdad es que ya sólo con ver el taller de trabajo, bueno la nave de taller que disponen en el programa, comprendes que lo que vas a ver es de categoría. Y oye, que en un minuto igual te planchan un huevo que te fríen una corbata. No, en serio, son capaces de construir el utensilio, el mueble, la herramienta más útil para tu vida de la forma más sencilla. Esa nave está llena de las más increíbles herramientas, y bastante caras, por cierto. Luego viene la realidad para la gran mayoría: cuando tú te colocas en tu pequeño cuartucho de casa, con un martillo un destornillador y poco más, se te cae todo de las manos, y no eres capaz si quiera de poner una punta, atornillar un tablero o empapelar tu cuarto de baño. En definitiva, quizás sea el verdadero objetivo del programa, pero al final creo que solamente cumple dos funciones: entretener y servir de propaganda a la casa Bosch de herramientas y a Leroy Merlin.

Luego te vas a Decogarden, que últimamente ha reformado su estructura. Éste ya me gusta más. La simpática Yolanda Alzola, ahora visita distintas casas a las que mejora ya sea reconstruyendo un mueble o cambiando el sofá o pintando una pared. El nuevo Decogarden además muestra como es el proceso de ir a la tienda a comprar los materiales y como poco a poco vemos el cambio de las casas elegidas y de los muebles que se han decidido cambiar. Si es necesario, se pinta la habitación de otro color o se resalta una de las paredes, empleando un esmalte de un tono diferente. Además, siempre añade un mueble o un objeto hecho por ella misma, que nos enseña a hacerlo, paso a paso, en el taller. Y, en el apartado floral, el experto paisajista Iñigo Segurola completa la decoración de la estancia con distintas flores y plantas. Me recuerda mucho a la idea de Esta casa era una ruina, pero a pequeña escala, apuntándose a la moda de reconstruir casas, o mejorarlas un poquito. Pero repito que hay que ser un verdadero manitas y tener mucha paciencia para llegar a obtener unos resultados mínimamente parecidos.

En las teles locales, e incluso en la 2, hay un montón de programas de este tipo. Y todos son más o menos iguales. Hágaselo usted mismo. Si puede, claro. El problema es bastante evidente. ¿Alguien ha hecho alguna vez algo de lo que nos han enseñado? Buenas ideas, pero al final te da pereza. Esa es la palabra, pereza. Si tienes que pintar tu casa y no quieres hacer una buena chapuza, además de que no te apetece darte la paliza de tu vida para algo que no sabes si quedará como Dios manda, acabas recurriendo a ese maravilloso invento llamado Páginas Amarillas y buscando unos pintores, fontaneros, electricistas que te solucionen todos los problemas en un abrir y cerrar de ojos.