Dos hombres y medio: Cuando los hijos son más adultos que los padres

Qué poquito he visto hablar de programas de La 2 en los blogs de FTV, pero que grandes programas y series te encuentras de vez en cuando. Por eso hoy voy a dedicarle unas pocas líneas a una serie que he descubierto hace poco y que me tiene absorta. Hoy esta entrada va dedicada a esa genial serie llamada "Dos hombres y medio".

Por lo pronto, no sabía que la serie lleva ya la friolera de siete temporadas en antena y que su protagonista, Charlie Sheen, es ahora mismo el actor mejor pagado de la televisión estadounidense. 875.000 dólares por capítulo, además del pico que debe llevarse como propietario de una parte de los derechos de la misma. Me sorprende que en la lista de los mejor pagados, de donde he sacado esta información, y que podéis ver AQUI, no esté ni un solo actor de "Perdidos", y quiero suponer que la lista está bien, pero es que yo no lo entiendo. Pero bueno, otro día analizaremos esa lista. Hoy hablaremos de Charlie, Alan y Jake, los "Dos hombres y medio" de la televisión americana.

Charlie Harper (Charlie Sheen) es un típico soltero que trabaja poco y vive demasiado bien, y que de repente un día ve como Alan (Jon Cryer), su hermano "tontorrón" recién divorciado, decide irse a vivir con él, y lo hace acompañado de su hijo Jake (Angus T. Jones). Charlie tiene todo lo que necesita para vivir bien, una casa en la playa, un buen coche en su garaje y una buena mano con las mujeres. Y de repente llega su hermano, que es todo lo contrario a él, que está deprimido por su reciente divorcio, y que no tiene suerte con las mujeres, pues todas sus relaciones acaban siendo un desastre. Y llega con su hijo Jake, que muchas veces parece más adulto que los propios adultos. Jack es un niño obeso y con un sentido del humor que hace que cada vez que abre la boca me ría con ganas hasta más no poder; le encantan los videojuegos y siempre dice lo primero que piensa, haciendo que le pillen en todas las gamberradas. Yo me parto de la risa con él, si duda es el mejor de la serie.

Por si fuera poco, a Charlie se le complica aún más su vida cuando aparecen a su alrededor unas cuantas mujeres que parece que sólo quieren fastidiarle, y que vienen a romper su remanso de paz. Primero está su egocéntrica y controladora madre, Evelyn (Holland Taylor), que no hace más que maltratar psicológicamente a sus hijos y que lo intenta con su nieto, pero no puede con él. También está la ex de Alan, Judith (Marin Hinkle), que primero dice que es lesbiana pero acaba casada con el Dr. Herb, y que siempre que aparece significa que habrá problemas cerca. Rose (Melanie Lynskey), es una mujer muy atractiva, poco convencional y loca, vecina de Charlie, con quien ha tenido una breve aventura y que está decidida a quedarse en su vida de la forma que sea necesaria. Y Berta (Conchata Ferrell), la dominante ama de llaves de Charlie, una mujer humilde y muy trabajadora que está acostumbrada a manejarse en casa de su jefe como si estuviera en la suya propia y que al principio no acepta muy bien a Alan y sus manías.

En "Dos hombres y medio" hay unos personajes que son muy distintos entre sí; están dos hermanos que son como el agua y el aceite, y un crío de diez años que no tiene nada que ver ni con uno ni con otro. El hecho de que sean los tres tan diferentes le da a la serie un punto muy bueno. Las historietas que se cuentan en cada uno de los capítulos son bastante normales; enredos familiares, malentendidos con la asistenta, con la madre, con la ex y con la vecina. Vamos lo normal.

En la serie hay una pareja protagonista que parece bastante bien avenida, con unos chispeantes y creativos guiones, con un buen sentido de la observación y del detalle, y un tono sarcástico demoledor. Pero sin duda lo mejor son los actores. Charlie Sheen no es precisamente uno de mis actores favoritos y nunca me ha gustado mucho, pero es que en la serie está que se sale. Y Jon Cryer está genial como el mojigato, como su polo opuesto, su "extraña pareja" (esta comparación con esa obra maestra del cine no recuerdo donde la he leído, pero me parece acertadísima). Ambos podrían haber hecho la serie juntos sin la necesidad de meter a un crío en medio. Pero, una vez más la serie se sale de lo convencional, porque Angus T. Jones no interpreta el típico papel del insufrible niño encantador, sino que siempre está metido en todos los líos y todos los fregados. Y el resto de personajes tampoco está nada mal: la relación que mantienen los dos protagonistas con su madre es graciosísima, y la criada posee algunas de las mejores frases en todos los diálogos de la serie.

En definitiva, os recomiendo que un día os paréis a ver un rato esta divertida comedia, una de las más exitosas ahora mismo en Estados Unidos. No defrauda.