Deportes en la tele: con los nervios a flor de piel

Ahora que está a punto de comenzar la Copa Confederaciones de fútbol en Sudáfrica, me pregunto si nos volveremos a pasar horas sentados delante del televisor mordiéndonos las uñas de la impaciencia. Aunque bien es cierto que este torneo no tiene el prestigio ni el rodaje de un mundial o una Eurocopa, también es verdad que ésta es nuestra primera participación, así que no sabemos cuanto éxito va a tener. El domingo que viene se da el pistoletazo de salida.

Si la opción de vivir "in situ" un acontecimiento deportivo de gran magnitud nos falla, siempre tenemos la inestimable colaboración de la pequeña pantalla. ¿Cuántos de nosotros no hemos practicado al menos una vez en nuestra vida ese estimable deporte llamado "sillón-bol"? Quien diga que no, miente como un bellaco. Te coges tus patatitas, tus aceitunas, tu "Tele Pizza", una buena cervecita, invitas a los colegas de siempre si hace falta, y te acomodas en tu sofá favorito, por supuesto después de haberte peleado con media familia por tener en tu poder todos los mandos a distancia. Todo consiste en sentarse delante del televisor, preferiblemente durante buena parte del fin de semana, y tragarse durante horas todos los eventos deportivos que se puedan, siempre y cuando haya algún españolito de a pie que se juegue algo importante y nos tenga en un sin vivir durante varios días. Y la cosa no se limita exclusivamente a la competición propiamente dicha. Hay que ver la previa para ponerse en situación y enterarse bien de todo lo que puede llegar a ocurrir, hay que sufrir un poco, y hay que disfrutar de la celebración posterior para regodearse un poco del enemigo. Porque si no te regodeas, ya no es lo mismo.

Quedan en el recuerdo de muchos de nosotros aquellas calurosas tardes de julio en las que Miguel Indurain ganaba "tours" de Francia como quien no quiere la cosa, mientras Perico Delgado nos contaba con pelos y señales todo lo que pasaba en cada etapa. Durante tres largas semanas nos estropeaban la práctica del otro gran deporte nacional: la siesta. A cambio nos poníamos todos muy nerviosos cuando le veíamos subir por las rampas de Los Alpes, preocupados porque no le entrase una "pájara" a mitad de la etapa y llegase el último a meta. ¿Y quien no recuerda el año pasado la interminable final de Wimbledon entre Nadal y Federer? Casi cinco horas de infarto mirando como una pequeña pelota amarilla iba de un lado a otro por encima de una red. Luego están las Olimpiadas. Dos semanas viendo todos los deportes que podamos, aunque no tengamos ni idea de lo que pasa, pero animando como los que más. ¡Qué emoción cuando Fermín Cacho ganaba el oro en Barcelona, o cuando la selección española de baloncesto puso contra las cuerdas a la de Estados Unidos en Pekín! ¿Y los madrugones que nos pegamos algunos domingos para ver las carreras de motos o de Formula 1? Es el único momento de nuestra vida en el que no tienen que venir a sacarnos de la cama, eso si no hemos empalmado con la juerga del sábado.

Pero el mayor sufrimiento de todos es el que nos hace pasar la Selección española de Fútbol. Eso ya es resistir los envites; te tragas toda la previa de un partido de fútbol y luego, o te echan y te acuerdas de todos lo parientes del árbitro que nos ha robado el mejor partido de nuestra vida, o le rezas a San Iker Casillas, te infartas en los penaltis, y por fin consigues ver lo que llevabas toda la vida esperando: España pasando de cuartos. Hay que sufrir, y luego ya respirarás aliviado después de asegurarte de que tu corazón sigue en el mismo sitio de siempre y te prepararás para ver el siguiente partido en el que estudiarás con detalle al próximo rival. ¿Y qué pasa cuando se juntan en la misma tarde de domingo una carrera del mundial de motos a media mañana, un importante e interminable partido de tenis a media tarde y una carrera de Formula 1 por la noche? Pues que del sofá ya no nos mueven ni con agua caliente, porque además es cuando todos tenemos el oído pegado a la radio escuchando atentamente que hace nuestro equipo de fútbol en una jornada decisiva de liga, y si encima de que nos lo jugamos todo nos toca un derbi con el eterno enemigo pues ya no sabemos ni para donde tenemos que mirar.

La información según las cadenas

Las cadenas de televisión siempre han tratado la información y las emisiones deportivas de una forma muy particular; saben perfectamente que son lo que más audiencia suele reportarles. Se genera mucha publicidad y se pagan auténticos dinerales por tener en exclusiva los derechos de emisión de las competiciones más seguidas y donde más españoles triunfen. En cuanto lo tienen bien agarrado se dedican a bombardearnos de información en largos programas especiales que seguimos atentamente mientras esperamos a que empiece el gran acontecimiento. Algunas cadenas abarcan tanto que a veces no saben ni por donde empezar, otras sueñan con tener uno de estos caramelos y de vez en cuando se lo consiguen robar al vecino, otras están a la espera de poder llevarse el gato al agua cuando otra emisora se lo piensa mucho a la hora de renovar sus derechos, y luego ya vemos a otras que pasan olímpicamente de informarnos como Dios manda. Si quieres ver tu competición favorita ármate de paciencia, porque seguramente será el rato del día en el que mas publicidad te tragues; bueno, ahora mismo es que ya ni al baño puedes ir, porque te ponen la ventana pequeña para que te dejes los ojos tratando de no perderte ni un solo detalle de lo que pasa. Y si ves los informativos lo harás con la esperanza de que las noticias te las cuenten rápido para llegar a los deportes y poder empaparte bien de los resúmenes, no vaya a ser que durante la emisión en directo te hayas perdido algún detalle importante. Piénsate bien que canal quieres ver, porque, salvo excepciones, no todas hablarán de lo que te interese.

Por ejemplo, pensemos un momento en TVE. Desde siempre ha sido el canal del deporte por excelencia, que lo pagamos todos, y para eso durante años fue el único. Siempre han dado las Olimpiadas, el Mundial de Motos, los Mundiales de Fútbol hasta el año 1998, las Eurocopas de fútbol hasta el año 2004, Roland Garros, La liga ACB, la Vuelta, el Tour, la Copa Davis y la Copa Federación, balonmano, etc; y seguro que cualquier tarde de sábado o domingo pones la 2 o Teledeporte y te encuentras competiciones que ni siquiera sabías que existían. ¿Qué pasa cuando llega la hora del Telediario? Pues que no tienen tiempo material para poder hablarnos de todo. El fútbol es obligatorio, cuidado si no hay un día noticias sobre el Real Madrid o el Barcelona. Luego pasan al deporte que en ese momento esté de actualidad y acaban con una pasada muy rápida al resto de noticias. Es lógico que no puedas hablar de todo lo que pasa porque condensar tanta información es apenas 15 minutos es muy difícil. ¿Cómo puedo saber qué noticias son verdaderamente de interés general y cuáles sólo interesan a una minoría?

Si te vas a Antena 3 el panorama es bastante similar. Durante tres años han tenido los derechos en abierto de la Liga de Campeones, uno de los caramelos más grandes y más dulces. Esto unido a la Liga, hace que el fútbol ocupe la mayor parte del tiempo dedicado a la información deportiva de la cadena. El resto de deportes casi no existen, salvo circunstancias excepcionales, como un español que gane el mundial de Formula 1 o que otro triunfe en la NBA. ¿Y la cantidad de publicidad que dieron cuando terminó la final de la Champions? Parecía como si tuvieran que amortizar en el último momento todo el dinero invertido. No dieron ni un solo minuto de lo que pasó en el campo desde que el árbitro pitó el final hasta que los jugadores del Barça subieron al palco a coger sus medallas. Sólo la dichosa ventanita. Era curioso ver al comentarista a pie de campo en un pequeño recuadro entrevistando a los jugadores y yo de fondo escuchando las excelencias del coche último modelo o del detergente que mejor limpia del mundo.

El caso más grave es el de Telecinco. Me gusta ver a Hilario Pino y a Pedro Piqueras, pero es que cuando llega el bloque deportivo es lamentable. Básicamente está pensado para los madridistas, y si me apuráis a veces también para culés y colchoneros. Los demás no existimos, a no ser que juguemos contra el Madrid o Barcelona, o suceda algo digno de mención en nuestro partido del domingo. Por no mencionar que este año no han hecho prácticamente ni una sola referencia a la Fórmula 1, después de todo lo que han machacado con ella. Los demás deportes no existen o no merecen nada más que una pequeña reseña de dos segundos. Increíble. Este año emitirán la primera participación española en la Copa Confederaciones. Preparaos para la saturación de información. Seguramente que no habrá nada más que fútbol y más fútbol.

De La Sexta poco puedo decir, porque no suelo ver sus informativos, y eso que tienen unas presentadoras estupendas. Ellos han tenido hasta ahora los derechos de la Liga para casi todos los equipos de primera y disfrutan del mundial de Formula 1; pues como que van bien servidos y hablan de ello a todas horas, que para eso han pagado una pasta. Yo igual haría lo mismo.

De momento, puedo decir que a mí, personalmente, la información deportiva que menos me desagrada es la de Cuatro. no es que sea tampoco la mejor, pero después del gran trabajo que hicieron con la Eurocopa yo espero que el mundial del año que viene lo veamos en el canal; a mí me dejó muy buen sabor de boca el trabajo de todos en la Plaza de Colón y en los estadios donde jugó España. En cuanto a los informativos, puede ser impresión mía nada más, pero creo que los Manolos se esfuerzan todos los días por traernos cosas cuando menos curiosas, y me da la sensación de que le conceden a todo más o menos la misma importancia. Cierto es que a veces resultan un poco cargantes, pero ¿a qué periodista deportivo no se le ve nunca el plumero y deja entrever cuáles son sus debilidades? No hay más que pensar en Lobato y la Formula 1; bueno, en su caso lo perdonamos, al fin y al cabo solo hay un español corriendo y todos nos hemos cabreado por lo menos cien veces con Hamilton.

Los comentaristas

Además de Lobato, el caso de los comentaristas deportivos de televisión es bastante curioso. ¿Cuántas veces habremos bajado el volumen de la tele para escuchar el partido de turno de la selección española a través de la radio? Es cierto que es muy difícil contar con emoción algo que ya está viendo todo el mundo, pero es que o se pasa del muermo total a pasarse de emocionante. Dos ejemplos bien distintos. Por una parte, no hay más que recordar a José Ángel de la Casa y su voz tan monótona, que sólo se alteró hace ya 26 años cuando España le enchufó 12 goles a Malta. ¿Qué hubiera pasado si alguna vez España hubiera ganado algo? ¿Nos habría deleitado el bueno de José Ángel con alguno de sus gallos? Se le echa de menos, porque sus sustitutos no es que sean la alegría de la huerta. En el lado opuesto al de J.A. de la Casa tenemos al Tiki-taka y al "¡Porque la vida puede ser maravillosa, Salinas!" de Andrés Montes. Este hombre si que es insólito. Algún día podré entender el significado de sus misteriosas muletillas. De verdad, ¿a nadie le pone nervioso tanto entusiasmo? A Montes o se le odia, o se le idolatra, y yo no se aún en que grupo me encuentro.

¿Y los ex deportistas metidos a locutores? Esto ya merece un estudio aparte. Les hay que tienen mucha labia y mucha gracia, y te mueres de la risa con ellos, como Kiko Narváez, pero les hay que son un muermo total. ¿Quién tuvo la feliz idea de fichar a Jorge Valdano para hablar en televisión? Es verdad que el tío sabe de fútbol, pero en lo que tarda en explicarnos por qué hay un fuera de juego, a mi me da tiempo a ir a la cocina a prepararme un tentempié.

En fin, que estamos todos hechos unos verdaderos especialistas en deporte televisivo. Si por lo que sea te has perdido tu competición favorita, o con una vez no has tenido suficiente, siempre puedes recurrir al ciberespacio para ver cuarenta veces a tu equipo favorito machacar al rival. Si no te dan una ayudita las parabólicas y los canales digitales, siempre te quedan las emisoras locales, que no tienen una información muy espectacular, pero son bastante apañaditas.

Ahora a prepararse para el primer partido de España en la Copa esta que se han inventado los árabes, a ver si con un poco de suerte nos pasamos lo que queda del mes de junio pegados a la pequeña pantalla.