Hay una leyenda en Hollywood por la que siempre se ha dicho que las actrices, según se van haciendo mayores, lo tienen cada vez más complicado para conseguir papeles interesantes. Afortunadamente para nosotros los cinéfilos y los aficionados a las buenas series, esto no suele ser lo habitual, pues grandes actrices han hecho grandes personajes a una edad más bien avanzada. Quizás uno de los ejemplos más fáciles de recordar lo tenemos en Meryl Streep, quien a sus espléndidos 61 años, lleva más de treinta sin bajar la guardia y ha sido nominada al Óscar cuatro veces en los últimos diez años, por no contar las innumerables ocasiones en las que ha sido nominada y ganadora de los Globos de Oro. O está Glenn Close, ganadora también de un Globo de Oro hará un par de años por su estelar televisivo en "Damages"
Pero Meryl o Glenn no son el objetivo de esta entrada. Todo esto de las actrices maduras me sirve para dar pie al maravilloso recuerdo que tengo de una de las series más divertidas de la década de los ochenta. "Las chicas de oro" fue una historia de las de verdad, con el protagonismo absoluto de cuatro maravillosas maduritas que nos hicieron reír con cada una de sus ocurrencias, y hoy, viendo como TVE va a poner en marcha (por segunda vez) su propia versión castiza, pues me vais a permitir que tenga un pequeño recuerdo para ellas. Para Sophia, Dorothy, Rose y Blanche.
La historia de "Las chicas de oro" comienza cuando Blanche Deveraux tiene que alquilar las habitaciones de su casa de Miami para sacar algo de dinero que le ayude a pagar la hipoteca, así que pone un anuncio en un supermercado y Rose Nylund y Dorothy Zbornak acaban viviendo en su casa. A ellas se une después Sophia Petrillo, la maravillosa madre de Dorothy, que tiene que irse con su hija ya que la residencia donde vivía se destruye en un incendio. Así que estas cuatro maduritas se apoyarán las unas a las otras en sus problemas típicos de su edad, cada una con sus manías, sus locuras y, sobretodo, con su simpatía.
Blanche Deveraux era, como decimos, la dueña de la casa. Era la coqueta del grupo. La que flirteaba con todos los hombres y cuyo interés por el sexo nos ha dejado en el recuerdo las situaciones más divertidas, ya que Sophia era la que tenía siempre algo que decir al respecto. Siempre estaba convencida de que estaba igual de atractiva como cuando tenía 20 años, pero ahí estaban sus amigas para opinar lo contrario. Un dato curioso que hicieron los guionistas es que las iniciales de su nombre, Blanche Elizabeth Deveraux, forman la palabra "BED", vamos, cama en inglés, algo que le iba como anillo al dedo. Era madre de seis hijos y estaba viuda.
Rose Nylund era la ingenua campesina. Tenía la curiosa habilidad de dar muchas vueltas a todo lo que quería contar porque siempre acababa relatando algo relacionado con su infancia, y esto sacaba de quicio a sus amigas. Que si truchas saltarinas, vacas voladoras….etc., nunca sabíamos con qué nos iba a salir. Cada vez que le explicaban alguna anécdota ella la interpretaba a su manera. Vivía en un mundo de fantasía. Entre muchos empleos que tuvo, llegó a trabajar de consejera en el teléfono de la esperanza. Menudo peligro. Estuvo casada con Charlie, con el que tuvo cinco hijos.
Dorothy Zbornak era la cabeza templada del grupo, la seria, la que trataba de ser responsable y que en la casa hubiera un poco de orden, lo que hacía que estuviera continuamente lidiando con Rose, y sobre todo con su madre. Era la típica marimandona que mantiene a raya a sus compañeras de piso. Al ser profesora de niños es como si también ejerciera de profesora en casa, dando consejos o soltando ironías acerca de la vida de sus amigas. Estaba divorciada de Stan, que le hizo la vida imposible siempre con chanchullos, negocios que no llegaban a ningún lado y deudas de juego. Aún así aún le guardaba un gran cariño y estuvo a punto de casarse con él por segunda vez.
Y por último tenemos a la gran Sophia Petrillo. Me vais a permitir que la considere el alma de la serie, porque aún siendo todas maravillosas, era de largo mi personaje preferido. Sophia era la antítesis total de Rose. Despierta, vivaz, dicharachera, mordaz. Decía siempre lo que pensaba. Su fuerte carácter, quizás en parte gracias a su origen siciliano, traía por la calle de la amargura a todas las chicas, especialmente a su hija Dorothy. Se dice que en una ocasión Sophia había sufrido una ataque que había dañado la parte de su cerebro que actuaba como censor y le daba sensatez, y mucha de la popularidad del personaje está precisamente tanto en ese peculiar sentido del humor y como en una total falta de pudor con lo que siempre nos hacía reí a pesar de dejarnos descolocados en más de una ocasión. Esa mala leche que tenía la hacía entrañable y cuando contaba sus historias sobre su querida Sicilia, te morías de risa.
La serie estuvo en antena siete temporadas. Por sus capítulos pasaron Bob Hope, Julio Iglesias, Leslie Nielsen, Mickey Rooney, Debbie Reynolds y Burt Reynolds, entre otros. Estuvo siempre cargada de humor picante, inteligente, pero si caer en la vulgaridad.
Mítica canción:
Una de las cosas que más me gustaba era que prácticamente en todos los episodios, las chicas se levantaban por la noche porque debido a alguno de sus numerosos problemas no se podían dormir, y decían "venga vamos a charlar un ratito a la cocina y ya nos dormimos cuando se nos pase esta angustia". Al final siempre acababan desvalijando la nevera y empalmando con el desayuno, hablando de todo tipo de cosas que casi nunca tenía que ver con aquello que les había quitado el sueño. Sin duda, en estas pequeñas charlas de mesa camilla y mantel era donde salían las mejores historias de la boca de Rose y de Sophia.
La serie nos enseñaba que aunque la vida tenga cosas tristes e incluso horribles, siempre hay que llevar el sentido del humor por encima y reírse, reírse mucho, y tener el cariño de gente que te quiera alrededor. Las chicas se ponían verdes las unas a las otras, cierto; se lanzaban puyas, pero se querían como hermanas y nunca se abandonaban las unas a las otras. Precisamente la gracia de la serie estaba ahí mismo, en el contraste de las personalidades de cada una de ellas, y los guionistas supieron sacarle el mejor partido a cada situación.
Ahora TVE ha elegido a Concha Velasco, Carmen Maura, Lola Herrera y Alicia Hermida para adaptar por segunda vez esta magnífica serie. Yo no sé que saldrá de esto, porque la verdad es que no me convence mucho, no termino de verlo, y eso que nadie duda que estamos ante cuatro estupendas actrices que seguro estarán a la altura de las circunstancias, o al menos lo intentarán. Evidentemente nunca serán tan maravillosas como las originales, pero por lo menos habrá que darles el beneficio de la duda. Sobre todo si está detrás el ingenio de José Luis Moreno, que cuando se pone manos a la obra, de vez en cuando nos regala joyas como "Aquí no hay quien viva". Les deseo suerte, la van a necesitar.