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D.O.A. (relato)

Martes 7 de Julio de 2009 10:25
 

Aitor Carrasco se dirigía con paso cansado hacia el despacho del Fiscal, la parsimonia con la cual andaba no hacía pensar los graves momentos vividos hacía veinticuatro horas.

- Buenos días, señor Fiscal, buenos días Doctor.

Alejados de la puerta el fiscal de madrid y el forense hablaban tranquilamente mientras disfrutaban de una taza de café.

- Donde está mi secretaria, porque le han dejado pasar?

- No había nadie en el despacho, señor. Necesito hablar con usted.

- Pídale una cita a mi secretaria, cuando llegue.

- No puedo esperar debo contarle algo importante...

- Déjale hablar, total lo que tenemos que hacer ya lo tenemos preparado para el Ministro cuando llegue por la mañana y sabemos que no vamos a poder dormir mientras no se acabe nuestro asunto. Intercedió el forense.

Mientras el Fiscal accedía observó al agente, era un joven de poco más de 20 años pero su cara reflejaba mucho sufrimiento. Este chico es un viejo, pensó sin dudar mientras se disponía a escucharle.

- Siéntese, le escucho, desea tomar algo.

- Gracias, un vaso de agua.

El forense le acerca el vaso con el agua y a su vez se sienta cerrando un triángulo con su silla.

- Verán, todo comenzó cuando recibí la llamada del Coordinador de operaciones internas del C.N.I., Lucas Fernández, en la que me llamaba para informarme de que volvería proximamente al páis. En esta historia hay cuestiones personales que no le puedo aclarar pero me pedía que cuidara de su esposa y de su familia pues "el Gordo", había amenazado sus vidas.

Al día siguiente, se celebraba la boda de dos compañeras de comisaría y quedamos allí para poder preparar una estrategia para defendernos de la mafia.

Pero allí comenzaron nuestros problemas, cometimos el error de pensar que todavía no les había dado tiempo de preparar un atentado y nos equivocamos.

Cuando terminó la ceremonia llegó Lucas Fernández a la boda y ese fue el momento que debían estar esperando los hombres del Gordo para comenzar el ataque.

Poco después, mientras ambos discutíamos comenzaron a disparar, El Inspector Montoya y Silvia Castro, una de las novias, fueron gravemente heridos. Debido a la insistencia de las novias la boda se realizó en el campo con ninguna cobertura de móviles, lo cual fue un error por nuestra parte, ya que somos policías.

Ante la imposibilidad de comunicarnos con el exterior y pedir refuerzos sólo nos quedaba la posibilidad de acercarnos a un coche patrulla que había traído a unos compañeros que tenían que traer unos papeles importantes para que el comisario los firmase.

Debido a que el aparcamiento estaba lleno no pudo pasar y se encontraba aparcado a doscientos metros de donde se desarrollaba la boda. Yo me ofrecí voluntario para ir y en ese momento Lucas Fernández se ofreció a acompañarme. El comisario intentó detenerlo pero el no hizo caso dijo que no quería que me pasara nada.

Sábiamos que durante un tramo de aproximadamente cien metros tendríamos que ir a campo descubierto pero si íbamos los dos habría mas oportunidades de volver alguno con vida.

Comenzamos a correr mientras los demás nos ofrecían cobertura con sus disparos. Tuvimos suerte pues no esperaban que salieramos tan pronto y logramos alcanzar el coche patrulla sin ningúna herida. Alli pudimos pedir refuerzos, pero sabíamos que nos necesitaban así que corrímos todo lo rápido que pudimos, extrañamente no se oyó ningún disparo exceptuándo los de nuestros compañeros para protegernos. Cuando faltaban cincuenta metros para llegar a donde estaban los compañeros, oímos un disparo único proveniente de los hombres del gordo. Era un francotirador... miré a Lucas y ví como caía, pero se levantaba inmediatamente. Seguimos corriendo en zig, zag hasta que llegamos a nuestra meta.

Enseguida se lo llevó su mujer y me paré a observar a mi alrededor, había tres cadáveres tapados por los mánteles del restaurante.

No quise preguntar quienes eran, eran mis amigos, es lo único que necesitaba saber. Eran mis compañeros.

Enseguida llegarón los refuerzos y detuvierón a los pocos que no habían muerto en el enfrentamiento con nosotros.

Entonces comencé a andar, cogí mi coche y he estado dando vueltas pensando en lo que iba a hacer a partir de ahora, después de que ella eligiera. Pero parece que ya han elegido por mí...

Aitor Carrasco se levanta, con la pistola y la identificación en la mano, da un paso hacia el Fiscal para dárselas y cae con toda su altura midiendo el suelo, los ojos abiertos mirando a la cámara situada en el suelo. Mirando a los espectadores que observan como se le va la vida.

Mientras el agente está en el suelo el médico-forense se acerca y observa una bala alojada en la columna.

- Que ha pasado doctor?

- Este hombre estaba ya muerto al llegar.

Saludos.

(D.O.A.= Dead Or Alive. Muerto al llegar, Con las horas contadas. Ambas traducciones libres del título de la película en inglés).

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Este no será un blog al uso, es decir, una persona que cuenta sus impresiones con cierta asiduidad, unas veces desnudándose ante los demás y otras ocultandose de ellos. Yo no escribo por costumbre, escribo cuando me apetece. A veces, puedo escribir muchas cosas y no publicar nada, otras publico todo lo que se me ocurre. Que se le va a hacer así soy yo.
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