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Personajes de series: Benjamin Linus, un paciente psicológicamente complicado

Sábado 30 de Mayo de 2009 00:36
 

Han transcurrido varios minutos desde que he abierto las puertas de mi blog al resto de la comunidad de Fórmula TV, y estoy dándole vueltas a cuál podría ser mi primer artículo. No he tenido que pensar mucho. No se me ocurre mejor manera, teniendo en cuenta los temas que pretendo tratar aquí, que comenzar con una breve reseña acerca del que probablemente es mi personaje favorito de ficción: Benjamin Linus, de la serie 'Perdidos'.

Cuando hablamos de Benjamin Linus, y hay que elegir muy bien las palabras a la hora de hacerlo, nos estamos refiriendo al villano más retorcido, impredecible, manipulador, esperpéntico y estimulante que ha parido la televisión a lo largo de su historia.

Por respeto a las personas que nunca hayan visto la serie y pretendan hacerlo, no recurriré a ejemplos para reforzar mi anterior afirmación. No obstante, estoy convencido de que aquellos que sí lo hayan hecho en estos momentos deben estar evocando docenas de escenas que ponen de manifiesto las espeluznante virtudes de este singular personaje, caracterizado por la capacidad de desatar pasiones tan radicales como pueden ser el odio o la compasión, siempre en sus máximos exponentes.

Desde el ya lejano día en que se nos presentó, colgando de una red, como el inocente Henry-Gale-de-Minessota, ya se podía intuir en su mirada el brillo de la mentira, el arma más recurrente y efectiva de la que dispone, y resultó cuestión de capítulos que se erigiese como el eje central de la trama. Dicho de otra forma, es la persona que pincha y corta en la Isla. O al menos, por aquella época...

A lo largo de los 46 capítulos que engrosan su aportación a la serie, y entre otras muchas cosas, Benjamin Linus ha arrebatado la vida a sus dos progenitores, además de su hija a una mujer, ha usurpado la identidad de un muerto para llevar a cabo sus nefastos planes de secuestro y asesinato, ha asesinado a una persona a la que segundos antes salvaba la vida e incluso es responsable de un genocidio. Y todo esto, obviando la interminable lista de crímenes de los que es indirectamente culpable, desarrollados por su retorcida mente pero efectuados por alguna otra persona de la que él se sirviera. Visto así, podemos delucitar entonces que consiguió dinamitar un submarino estando en silla de ruedas, y sin salir de casa. ¿Alguien da más?

Como contrapunto, mencionar que esta serie de acciones tan perjudiciales para cualquier persona que no sea él mismo le han granjeado un concurrido grupo de enemigos, que si se reuniesen en asociaciones de víctimas autocompadecentes... forzarían a Ben ha realizar un nuevo holocasuto isleño.

Pero eso no tendrá lugar hasta la 6ª temporada, acerca de la cuál prefiero no teorizar aun, con tantos meses por delante, por lo que recupero el tema de unas líneas más arriba: a raíz de sus múltiples y abyectas maquinaciones, el personaje ha recibido más de una respuesta hostil, razón por la cuál se nos presenta malherido, atado, esposado, encadenado o coaccionado por un arma sobre su sién en la mayoría de secuencias en las que aparece. Y lo más elogiable de todo esto es que nada de eso le resulta un impedimento para atormentar a cualquier alma errante encargada de vigilarlo, enfrentar a dos compañeros por un vaporoso liderazgo o envenenar la mente de quien se tercie con su sibilina lengua viperina como único recurso.

Realmente, la única ocasión en que hemos visto a Benjamin Linus maniatado tuvo lugar en los capítulos finales de esta reciente 5ª temporada, cuando el manipulador por excelencia sufrió en sus propias carnes la táctica que él mismo había perfeccionado durante décadas para utilizar a la gente de su entorno para sus propios fines. Ben, descubrimos, no era más que otro peón. Y fue ese frustrante y sobrecogedor sentimiento lo que le impulsó a realizar la misión que le habían encomendado.

El manipulador manipulado...

FRASES CÉLEBRES:

¡Me llamo Henry Gale, soy de Minessota!

(A Sayid Jarrah, desde el interior de la red de Rosseau, siendo esta su primera frase y mentira)

Ha cambiado las reglas.

(Frase lapidaria pronunciada segundos después al asesinato de su hija, y que hace referencia a Charles Widmore)

Porque el destino, John, es un voluble cabrón.

(Deducción ante la evidencia de las impliaciones del camino marcado para cada uno)

¿Cuántas veces tengo que decírtelo, John? ¡Yo siempre tengo un plan!

(A John Locke, momentos antes de capitular ante el grupo de mercenarios de Widmore)

-¿Y?

(Demoledora forma de concluir un capítulo, mostrando así su indiferencia tras saber que es responsable de la muerte de todas las personas que viajaban en el carguero)

He venido, Charles, a decirte que voy a matar a tu hija.

(Curiosa forma de desear las buenas noches y anunciar tus propósitos vengativas sin desperdiciar saliva)

Mi madre me enseñó.

(Ingeniosa respuesta a bordo del vuelo 316 ante la pregunta de Jack a cerca de cómo podía leer en semejante situación)

Soy Piscis.

(Réplica a la pregunta del antiJacob "¿Puedo preguntarte algo?")

Así que sí, John: mentí. A eso me dedico.

(Capitulación ante el antiJacob, con un Ben arrollado tras comprender que él nunca fue la persona que movía las piezas, si no que era una de ellas)

Conclusión: Benjamin Linus es un devoto de la mentira, un virtuoso de la manipulación y la personificación del engaño. Su convulsiva necesidad de proferir una falsedad tras otra se ha traducido en un número de seguidores tan prepotente como el de detractores.

Quizás se deba a su burlesca superioridad, o por el hecho de que siempre, sin importar las circunstancias, esconde un as en la manga y sabe cómo desenvolverse en cualquier situación, pero muy pocos seguidores de 'Perdidos' pueden resistirse a los encantos de Ben, un personaje que es, ante todo, y a pesar de haber gozado de sus propios (aunque escasos) momentos de emotividad, una sátira hacia las virtudes humanas.

No obstante, debemos tener presente que nada de esto sería posible de no ser por Michael Emerson, el actor que da vida a este Otro de ojos saltones, y que presumiblemente es, con el permiso de Terry O'Quinn, el mejor intérprete que ha pisado el plató de 'Perdidos', responsable de deleitarnos con una actuación soberbia tras otra.

Hasta aquí llega el análisis del personaje, y me despido con remordimientos ante la perspectiva de que mis palabras no conseguirán hacer justicia ante todo lo que simboliza Benjamin Linus, el mayor villano del siglo XXI.

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