"Fuga de cerebros", la irritante guinda de Globomedia

Definitivamente, he sucumbido ante las sutilezas del mundo publicitario. Tras varios meses filtrando acometidas promocionales, no tan subliminales como debieran, en la totalidad de ficciones de Globomedia, finalmente he accedido a estudiar el objeto de su promoción: la película "Fuga de cerebros", de la misma casa. El título de la cinta bien podría ser un homenaje a los guionistas de la productora, pero no: hace referencia a un tipejo y sus amigos, que van a Oxford para conquistar a la chica de sus sueños. ¿Os suena? A mí también, porque tras escuchar ese eslogan en boca de tantos personajes de mis series favoritas hasta la saciedad, ha terminado por encasquillarse en mi cabeza, y temo no conseguir deshacerme de él nunca.

No obstante, y a pesar de no hacer justicia a tan ingente campaña publicitaria, es una película entretenida, que consigue hacerte reír a lo largo de sus X minutos de duración. Además, cumplió el requisito por excelencia de las películas españolas: una escena de sexo y la aparición de una prostiuta.

Larga vida al cine patrio.

Por respeto hacia las personas que hayan permanecido los tres últimos meses alejados de la civilización y sin conexión televisiva, comenzaré aclarando que "Fuga de cerebros" es la enfermiza y devota obsesión que la productora Globomedia ha manifestado hacia el que es su primer proyecto cinematográfico. Esta lubricada adoración por el porvenir de la cinta se ha traducido en un empobrecimiento de los guiones de las series de susodicha productora, incoherentemente abarrotados de incrustaciones publicitarias, esqueléticos esbozos garabateados sin pies ni cabeza.

¿Y qué se puede destacar de "Fuga de cerebros"? Tanto por lo bueno como por lo malo, el llamativo y variopinto reparto. Entre mis ideas preconcebidas sobre la película se registraba la certeza de que contaba con un elenco ejemplar, que acumula a muchos de los rostros más conocidos de la interpretación española, aunque apenas concedan tiempo para identificarles, relegándoles a cameos de segundos milimétricamente distribuidos y guiones compuestos por un par de frases. Estoy hablando de Loles León (Paloma Cuesta en 'ANHQV'), José Luis Gil (Juán Cuesta en 'ANHQV'), Carlos Santos (Povedilla en 'LHDP'), Pedro Civera (Camilo en 'El Internado'), Jorge Guillén (Federico en 'Motivos personales'), Mariano Peña (Mauricio en 'Aída'), Antonio Resines (Diego en 'Los Serrano') o Brendan Price (Mr. Smith en 'LHDP'), entre otros.

Por el frente juvenil se encuentran Mario Casas, Amaia Salamanca, Alberto Amarilla, Canco Rodríguez, Gorka Lasaosa, Pablo Penedo y Blanca Suárez, aunque si yo fuese el responsable de los cástings de la película lo último que haría sería sentirme orgulloso de la elección de los dos primeros.

Si bien es cierto que Mario Casas se maneja mejor en este registro, quizás debido a la novedad que supone verle en un contexto diferente al habitual, cuando ya pocos creían que sobreviviría al encasillamiento al que su pétrea inexpresividad le había condenado. Aun así, consigue destacar a la hora de compartir escena con Amaia Salamanca, la cual, al menos en este caso, pues no puedo presumir de haberla visto trabajar en otros productos, ha hecha gala de una capacidad nula para la interpretación. Visto lo visto, lo más oportuno sería que vertiese su carrera hacia la ficción pornográfica, para la que ha demostrado encontrarse mucho más cualificada y dotada profesionalmente hablando.

La verdad es que, aun con todo, resulta muy doloroso degustar de forma tan puntualmente a maestros de la actuación que realmente merecen acaparar protagonismo, siempre eclipsados por la sobrevalorada generación de "futuras promesas".

En cuanto al humor, (al menos) en este campo la película no tiene desperdicio. Las comedias son usualmente el único género del que el cine español puede sentirse orgulloso respecto al internacional, a pesar de no contar con el respaldo de la mayoría del público.

Sátiras de personas discapacitadas, comentarios groseros, chistes relacionados en su totalidad con la sexualidad y demás vulgaridades, marcas registradas de la ficción nacional.

Además, en las declaraciones de los personajes se puede atisbar, y de hecho se percibe evidentemente en más de un esperpéntico enredo, la mano guionística de 'Los hombres de Paco'.

Quizás porque las expectativas se mantuvieron desde un primer momento en el prototipo de los mínimos, me esperaba un argumento pésimo, que sencillamente ha ascendido a mediocre. En definitiva, cine español de andar por casa: escenas de sexo tórrido sin pretextos, situaciones nefastamente inverosímiles y ese putrefacto matiz de realismo desde el que incomprensiblemente se empecinan en enfocar determinados momentos, desmenuzando o directamente arrebatándole el género con el que se la promociona.

Para concluir, mencionar que creía importante redactar una breve reseña sobre la película para prevenir a los incautos y desmentir las leyendas televisivo-urbanas a las que poco les faltaba para catalogarla como la producción del siglo.

"Fuga de cerebros" puede, y me atrevería a decir que debe, ser perfecta y cómodamente descargada y visualizada en su propio hogar, sin molestias ni innecesarios gastos econónimos de por medio, que tan solo servirían para engordar las ínfulas (y las carteras) de los cabecillas de este proyecto, además de proporcionarles una justifiación idónea para vanagloriarse de su trabajo.

Y creo que lo último que muchos ansiamos ver es cómo a Mario Casas le premian con un Goya.