Proyectemos nuestro propio flashback y rememoremos a qué viene este despliegue de elogios...
Otro detalle a favor de la escena inicial es la técnica con la que enfocan el hallazgo del contenido de la escotilla. En lugar de una revelación a la antigua usanza, recurren al clásico lostiano de jugar con la confusión, presentándote primero un escenario desconocido e inconexo con los datos que ya poseías, para minutos después declararse la respuesta a una pregunta que llevabas varias eternidades haciéndote.
Fue ese resbaladizo y díscolo "Ti-ro-ri-ro-ri, ti-ro-ri-ro-ri, ti-ro-ri-ro-ri..." quien nos acompañó al final de la 1ª temporada hasta las profundidades de la escotilla, y ahora nos envuelve de nuevo en el angosto y claustrofóbico ascenso desde cuyo punto final observan Jack y Locke. Ambos tratan de adivinar qué se esconde en su interior, pero cada uno con pretensiones radicalmente opuestas.
Y es que, llegados a este punto, no se admiten los términos medios. O eres de Jack, o eres de Locke. O eres un hombre de ciencia, o lo eres de fe. La adversidad se sembró a lo largo de la primera tanda de episodios, y la muerte de Boone fue el detonante que consiguió que comenzase a aflorar y abrió la brecha entre ambas corrientes.
El tira y afloja entre Jack y Locke será una de las doctrinas fundamentales que sustentarán esa franja de capítulos, con grandielocuentes resultados.
La audiencia aun no ha salido a relucir, pero se puede dar por hecho que es un error confiar en cifras positivas. Y sí, se puede achacar absolutamente toda la culpa a Cuatroº: un intervalo de más de un mes entre una temporada y la siguiente, cuando la serie está al alcance de cualquier persona mínimamente indecente que sepa dónde buscar, un retraso de más de 25 minutos respecto al horario estipulado, y no hablemos de esos escandalosos y desmotivados avances que desmenuzan cada detalle y pregonan cada spóiler con aparente satisfacción.
No obstante, debemos continuar agradeciéndole a la cadena el haber ofrecido esta segunda oportunidad a 'Perdidos', y por muy inapropiados que pueda presentarse en ocasiones sus métodos y manías publicitarias, la rehabilitación a la que está sometiendo a la serie tras el crudo e insoluble maltrato de TVE durante años es ensalzable.
Por último, me gustaría aplaudir una vez más a todo aquel que se han sumergido sin dudarlo en la historia de esta Isla y que han resistido el abate de la impaciente ansiedad durante más de un mes para descubrir qué se escondía en el interior de una escotilla, cuando disponían de acceso al propio capítulo en múltiples lugares, o sencillamente podrían haber consultado la respuesta en cualquier página de información.
Vuestra presencia nos ha permitido a los veteranos estudiar la serie desde un nuevo prisma, más relajado y sobrio que al que estábamos acostumbrados, y nos ha reconfortado ver que sus entresijos provocan en vosotros el mismo efecto que en su día hizo mella en nosotros. Y es que, a estas alturas, la objetividad es algo que tenemos prohibido a la hora de hablar de 'Perdidos', y los elogios, incluyendo toda esta exagerda verborrea, nos salen a bocajarro y por inercia, en un compulsivo amago de plasmar todo lo que esta serie significa para nosotros.
Es por eso por lo que vuestras impresiones son tan valiosas para nosotros, y de ahí que hasta el más visceral de vuestros comentarios sea objeto de nuestro estudio.
Aprovecharemos esta ventaja mientras nos sea posible, que a sabiendas de las intenciones de Cuatroº para la emisión fugaz de las temporadas restantes, será por un breve periodo de tiempo.
Gracias, y ahora a disfrutar, porque si midiésemos la trayectoria de 'Perdidos' en forma de una metafórica escalera, vosotros aun os encontraríais cogiendo impulso para alcanzar el primer peldaño.
Make your own kind of music, singing your special song...
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